cuarenta y cinco

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🐥 • [y.m] • 🐱

Jimin regaba con una manguera sus plantitas y árboles, teniendo especial cuidado en cada una, hablándoles, y llenándolas de alagos. Ya habían terminado de trasladar todas las flores que su alfa le había llevado con ayuda de este, y como el sol ya había bajado bastante, había decidido regar las plantitas, empezando por las del jardín trasero, y por último las del jardín delantero, que era las que regaba en ese momento.

Empezaba a preguntarse dónde era que estaba su esposo, cuando justamente este llegó con dos enormes vasos de jugo de naranja, con hielo, popote y hasta una sombrillita en cada uno. La de él era la rosa.

Tomó el vaso con una sonrisa, y puso sus labios en forma de piquito, para que su alfa le diera un beso corto. Cosa que hizo.

— Gracias, Yoonie. — sonrió, para luego beber la refrescante bebida.

Sintió como su interior refrescaba, y suspiró gustoso. Ese día había sido demasiado caluroso, el más caluroso del verano en los últimos cinco años según las noticias, y definitivamente se había sentido como tal.

Por ello Jimin llevaba puesta una camiseta de delgados tirantes amarilla, y un short café, incluso había tenido que recoger su cabello con una colita, para que no se le viniera a la cara y no aumentara el calor.

Yoongi se había sentido morir cuando vió a su omega con ropa tan linda, con la cual resaltaba su barriguita, y había muerto aún más, al ver la adorable colita de girasol que este se había puesto. Definitivamente su pareja era la cosita más preciosa del universo.

— Vamos a sentarnos al columpio. — pidió el omega, sintiendo como sus hinchaditos pies ya no podían más.

Yoongi asintió, y rápidamente cerro el grifo de la manguera, para luego extender su brazo, y que el menor lo tomara. Caminaron de forma lenta hasta su pórtico, y se sentaron en el blanco columpio de manera, en donde el mayor empezó a mecerlos de forma suave, mientras que el castaño simplemente dejaba colgando sus piecitos, y veía al rededor de su vecindario, tomando de su delicioso jugo.

— Mañana estoy cumpliendo diez semanas. — habló suave el castaño.

— Es verdad. — sonrió el mayor — Ha sido muy rápido. — se inclinó y besó la frente de su pareja.

Jimin sonrió feliz con el gesto, y tomó otro sorbo de jugo antes de seguir hablando.

— Mañana es sábado.

— Así, es. Mañana no tendré nada de trabajo. — respondió el pelinegro.

— Entonces... Estaba pensando, que tal vez podríamos invitar a los chicos y a nuestros papás, para al fin dar la noticia formalmente... — murmuró cerrando sus ojos, y concentrándose en lo que le transmitía el lazo.

Yoongi lo vió con atención, y sonrió orgulloso. Al fin su pareja se sentía con el suficiente valor para hablar de su embarazo con sus familias y amigos, y eso le decía que ya iba asumiendo poco a poco la situación, y eso era lo que ambos habían estado esperando las últimas semanas. Que el menor dejara de sentirse ajeno a la situación y a su cuerpo, tal y como le sucedía en varías ocasiones.

El miedo ya lo irían superando poco a poco, Yoongi no lo presionaría, quería que fuera todo a su tiempo.

— Me parece una gran idea, mi amor. — al fin respondió, besando la mejilla de su pareja con cariño — Aunque sería mejor el domingo, para que mis papás puedan venir de Daegu, y tal vez viene también mi hermano y su esposa... Podríamos avisarles a todos desde ahora, para que dejen reservado ese día, y no hagan otros planes.

Por algo Tinder no es Rosadoजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें