Capítulo 41: Malas relaciones laborales.

शुरू से प्रारंभ करें:
                                    

Me paralicé y tuve genuinos deseos de gritar, pero alcancé a contenerme... porque incluso a través del espacio existente entre su mano y yo, desde un principio hubiese sido imposible para mí distinguir si quien sea que estaba frente a mí era hombre o mujer. Porque... todo su cuerpo era... cubierto por una sombra en su totalidad.

Y estaba tan cerca de mí que podía sentir con claridad su respiración pausada y el latir de un corazón humano.

¿Quién eres? Era lo que quería preguntar, pero ni una sola palabra salía de mi boca.

...A...

Te encontré. —dijo una voz que me resultó familiar y ante mis ojos, la persona-sombra se desvaneció.

No había salido de mi estupefacción cuando, en el mismo lugar en él que había estado la persona-sombra hace tan solo un segundo, se hallaba un chico de cabello oscuro y ojos azules observándome.

¿Kayla...? —dijo, primero confundido, luego boquiabierto. Sus ojos oceánicos, en principio abiertos de par en par, recorrieron mi figura de arriba abajo. Yo no podía articular palabra alguna. Pasados unos segundos que parecieron eternos se acuclilló, quedando más o menos a mí altura—. Con que esto es a lo que te referías con "oído de nadador" —para mi sorpresa, distinguí en su rostro una tranquila sonrisa ¿de diversión? mientras sus ojos buscaban los míos. ¿Qué? —. Tranquila —Nic alzó las manos frente a mí y algo alrededor de su mano brilló por el reflejo de la luz solar—, no te tengo miedo ni nada —al contrario, podía ver en su expresión cierta ¿alegría y... fascinación? —. Eres hermosa.

Por tercera vez abrí mi boca para decir algo o de una vez gritar, pero ninguna palabra salía de esta. Era como si hubiese perdido la capacidad para moverme y hablar. Tampoco supe que decir cuando noté que mi pelo ahora era de color rojo.

¡¿Qué está pasando?!

—Ahora que conozco a la verdadera tú... para mí eres... la chica perfecta —me sentía como la espectadora de mi propia vida sin ser capaz de intervenir. Pronto me alzó en brazos y acercó su rostro a mí cara, diciendo: —. Ya no es necesario que me ocultes nada, nunca más —él simplemente dijo lo que quería y salió del Café conmigo en sus brazos—. ¿Sabes por qué? —Afuera, el mar profundo, inmenso, insondable, nos esperaba con los brazos abiertos. Los ojos azules de Nic brillaron, apasionados con toda la intención de lanzarse al mar. Intenté gritar con todas mis fuerzas pero ningún sonido salía de mis labios—. Iré contigo a dónde tú quieras y permaneceré junto a ti... por siempre...

Justo entonces desperté a causa del sonido que produjo la alarma, pero no le hice el menor caso y me limité a cambiar de posición, de modo que ahora estaba mirando al techo.

Mi corazón latía como loco y un lado de mi cara cerca de mi cien palpitaba, haciéndome difícil poder sacarme de la cabeza esa, o eso, lo que fuese. Pasados unos minutos de permanecer en esa posición, el dolor se aplacó poco a poco.

Dejando a un lado mis reflexiones, ningún pensamiento que pudiera tener impedía que ese insistente, repetitivo y monótono sonido atravesara mis tímpanos pues lo tenía a un lado, con la más que obvia intención de hacer su existencia y el motivo de la misma, lo más evidente posible.

Ignorar el persistente ruido, escondiendo mi cabeza bajo la almohada aunque era una idea tentadora, no era una opción que pudiera tomar a la ligera, ya que era probable que lo lamentara más tarde, por lo que, ya resignada y habiendo perdido el sueño, no me quedó más remedio que levantarme.

Di un manotazo al aparato, haciéndolo callar y me puse de pie, arrastrándome para llegar al baño.

Era el comienzo de un nuevo día en mí rutinaria vida de empleada a medio tiempo, sirena (shh, eso es secreto), adolescente, por el otro.

H2O, sirenas del mar; La Otra Sirenaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें