[E P Í L O G O]

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Una semana había pasado luego del incidente que rompió el corazón de Joel, pero de igual forma revivió para esperar pacientemente por aquel muchacho de ojos verdes.

Sietes días que lo tuvieron en una cuerda floja a la deriva de lo que podía o no suceder. Horas interminables que lo afligían a más no poder. Minutos y segundos que destruían su cordura sin que se diera cuenta.

Hasta esa mañana que la luz volvió.

Con cautela se acercó a la camilla después de escuchar un balbuceo, mostrándose dócil para no causar ningún tipo de disgusto a Erick. Antes que su mano acariciara la mejilla del menor se detuvo.

—¿F-Fallé?

Joel negó brindando una sonrisa triste, atreviéndose a besar de manera lenta su frente y permitiendo que las lágrimas resbalen por su piel.

—Lo lograste, mi amor.

Fuera de la habitación se encontraba Christopher con su padre. Jenny, la madre del adolescente, miraba con enojo a la señora Colón. Si ambas fuesen las líderes de una manada, sería ella quien hubiese ganado y desterrado a la otra. Todavía recuerda que su esposo tuvo que sostenerla de los brazos para que no empezara una pelea.

¿Cómo puede ser ella una madre si dejó a su hijo en manos de un monstruo?

Días iban, días venían. Erick estuvo una semana más, sentía raro cada vez que sus ojos miraban las vendas en sus muñecas. Joel siempre lo notaba y comenzaba a distraerlo para que no piense en ello. No fue hasta que la señora Alicia llegó y la felicidad atacó su corazón. Ambos se extrañaron demasiado.

—Bebé, tu mamá...

—No quiero verla —dictó Erick, arreglando su ropa porque ese día iba a retirarse por fin del hospital—. Aceptaré que mi custodia sea dada a los padres de Christopher.

Joel suspira.

Aquel tema surgió por una broma que hizo Christopher, pero cuando las cosas se pusieron serias y se habló con más meticulosidad. Erick comprendió que podría ser un nuevo inicio. Jenny y Marck le prometieron hacer todo lo posible, aun cuando en varios meses sería ya mayor de edad.

Para la suerte de Erick, lo consiguieron.

Cuando llegó el día del juicio, Erick se mostraba nervioso. ¿Cómo llegaron a eso? En reiteradas ocasiones fue cuestionado si realmente deseaba tener otros padres, todas las veces se limitó a responder un "sí". A pesar de los ruegos que hizo su madre al finalizar, no volteó a verla. ¿Por qué hacerlo si jamás creyó en él? ¿Por qué perdonarla?

Semanas después Joel tuvo que regresar a su país, asegurando que volvería en el cumpleaños dieciocho de Erick.

No lo hizo.

Mantenían poca comunicación. Y por lo general solían hacerla a través de aquella aplicación que conectó sus vidas. El mayor esperó que Erick se encontrara bien para iniciar la plática respectiva. Para los dos fue chocante. Sin embargo, al final terminaron riendo porque también llegaron a sentir algo por ellos mismos, pero a través de una pantalla.

Erick terminó la escuela haciendo clases online. Comenzó las terapias. Dejó de tener miedo y lo confirmo al permitir que después de un largo año, Marck pudiera abrazarlo.

Un abrazo que sintió como si de su padre se tratase.

La abuela Alicia se mudó a casa de los Vélez. Nadie se opuso, terminaron consintiéndola a más no poder y escuchaban sus historias por horas sin aburrirse.

Erick volvió a sentirse parte de una familia.

Fue una sorpresa cuando Joel apareció con un ramo de claveles en la puerta para su cumpleaños número diecinueve. No tardó en lanzarse a sus brazos y llorar sobre su hombro. Lo había necesitado mucho.

Ganaste un amigo || JoerickHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin