Ganaste un amigo || Joerick

[V E I N T I S É I S]

Llevo las manos hacia su delante para alejarlo de mí, no quiero que se repita otra vez, ya no quiero.

—¡Joel! —grito desgarradoramente— ¡Joel! S-Suéltame, p-por favor.

Siento asco, ganas de vomitar a pesar de tener el estómago vacío. Cierro los ojos cuando toca una zona privada de mi cuerpo.

Ahora pienso en ese puente de ayer, en el fallido intento de acabar con mi vida. Si lo hubiese hecho no estaría pasado esto, no estaría sintiéndome muerto a pesar de que mi corazón todavía late.

Solo espero no fallar más adelante.

O encontrar la manera de dejar de existir.

Termino en el suelo, golpeando parte de mi cabeza con la mayólica. No lo pienso dos veces, empiezo a gatear lejos de Johann y de Joel, quedando oculto mientras rodeo mis piernas sollozando fuerte. Oculto mi rostro porque no quiero escuchar los gritos, no quiero seguir aquí.

Honestamente no sé cuánto tiempo transcurre, he desconectado mi cerebro de la realidad.

Brinco del susto cuando tocan mi hombro, pero al descubrir que es Joel me lanzo a sus brazos, hundiendo mis dedos en su espalda y ensuciando su ropa con mi llanto.

—Ya pasó, Erick.

—N-No, él... él, no, yo...

—Voy a sacarte de aquí, ¿quieres eso?

Asiento frenéticamente.

En todo momento me cubre con su cuerpo, llegamos a la habitación y lanza su casaca en mi dirección. De forma rápida la coloco encima de mi pijama, busco mis zapatillas y agarro el teléfono. No digo nada al notar su pómulo lastimado, tampoco comento sobre la sangre que baja por su nariz. 

—Lo dejé inconsciente o eso creo —murmura en voz baja, poniéndome el cinturón de seguridad al ver que sigo temblando.

Por más que intente hablar sé que no podré o terminaré llorando.

—No te haré daño, pequeño.

Un bajo sollozo se escapa de mis labios al escuchar esa palabra.

—¿Pequeño?

—N-No me llames así... ya no.

***

¿Será que hoy llego al capítulo 30? 

Besos.