[T R E I N T A -Y- C U A T R O]

722 106 6
                                    

Después de haber respondido a mamá, volví a quedarme dormido. No desperté hasta pasadas las cuatro de la tarde, seguía sin tener hambre y me conformé con darme un baño debido al dolor de cabeza que tenía. Mi alimentación se basa en a beber agua obligado por Joel.

—Vas a enfermar si sigues así —replica, estoy por responder, pero levanta la mano y me callo—. A menos que no digas algo sensato, entonces ahórrate tus palabras.

No luce molesto, mucho menos se escucha como antes. Simplemente podría asegurar que poco a poco se va cansado, dejando de insistir porque sabe cuál terminará siendo el fin de todas formas.

Y es cierto.

Él no puede reparar a alguien que está roto y botó partes de las piezas en el camino.

—Joel —llamo suave, deteniendo la película que se reproduce en el televisor. Giro para verlo, tiene puesta una ropa de dormir similar a la mía—, ¿puedo hablar?

Continúa estando tenso por varios segundos, hasta que suelta un suspiro y posa sus ojos en mí.

—No me refería a esto, Er. Solo... sé que puedo ayudarte. No te quiero perder.

—Deberíamos ir a otro lugar —respondo ignorando lo que dijo antes—, en cualquier momento buscarán a la prensa y será muy difícil salir de este hotel.

—¿Y a dónde pretendes llegar?

—Escapemos, vayámonos a otro país.

Joel niega. Hago un puchero ante su negatividad.

—¿Quieres que termine en prisión antes de tiempo? Eres un menor de edad y yo tengo una denuncia por quién sabe qué razón —me recuerda agitando las manos.

Cierto. No pensé al hablar.

—Mañana cumplo 17 años —susurro—. Si fuera más grande, tú... ¿Me llevarías contigo?

—Todo dependerá del contexto y si es lo que verdaderamente quieres.

—No entiendo —mascullo cruzándome de brazos, volviendo la vista al frente.

Joel se carcajea como si hubiese contado un chiste.

Ofendido me pongo de rodillas y golpeo su pecho sin ejercer fuerza bruta, es suave, al igual que el de un bebé. Jamás estuve cerca de uno, pero quiero creer que así se deben sentir.

—¡Oye!

Le saco la lengua y continúo con los golpecitos en su pecho, para mi mala suerte termino cayendo de lado cuando se levanta, ocasionando más risotadas de su parte.

—Eres cruel —acuso yendo detrás de él.

—Lo que tú digas —el sarcasmo se filtra en cada palabra.

Sin pensarlo dos veces me sostengo de sus hombros y doy un brinco para enredar mis piernas alrededor de su cintura, me permito reír porque verdaderamente es una situación muy cómica.

Quiero sentirme como un chico cualquiera por un jodido segundo antes que sea demasiado tarde.

La duda me acompaña todo el día.

Pero justo ahora no dejo que me abrace.

—¡Erick, vas a caerte!

—¡No! ¡Joel, no! ¡Deja de hacer eso!

Hago más fuerte el agarre cuando empieza a girar y sacudirse como si fuese un perro que acaba de terminar con su respectivo baño.

—N...No puedo... Erick... No respiro —apoya ambas manos en mis brazos presionando fuerte para que lo suelte. Lo hago y pido disculpas—. Mierda, niño. Tienes fuerza.

A veces no sé qué quiero para mí.

Pero deseo que Joel sea feliz.

***

Ya va siendo hora de soltar esta historia.

Besos.

Ganaste un amigo || JoerickWhere stories live. Discover now