[C U A R E N T A -Y- S E I S]

668 95 4
                                    

—¿Qué te pasó, Er?

Alejo la mano de Christopher ante que intente tocar mi rostro. Sé a la perfección que hay una gran mancha violácea en mi pómulo izquierdo, sumando a ello mi labio partido.

Niego lento, sonriendo en su dirección para no angustiarlo.

—Intentaron asaltarme el día que nos íbamos a juntar. Lamento no haber avisado —miento con descaro, observando a lo lejos cómo todos disfrutan de juegos que desconozco.

—¡Dios mío! —exclama entre jadeos—. ¿Te hicieron daño? ¿Pusiste una denuncia?

Formo una mueca que me produce dolor.

—Y-Yo... no van a creerme.

—Erick, claro que sí lo harán. Mira nada más cómo está tu rostro, apenas puedes abrir el ojo —anuncia bajito mirándome triste.

—Voy a estar bien —susurro.

—¿Qué hizo tu mamá? ¿Te colocó una pomada o algo? Si quieres puedes ir a mi casa, mi padre es enfermero y tal vez...

—¡No!

Séque mi grito lo ha espantado, pero desconfío de todos los varones. Menos deChristopher y Joel, ellos no han intentado hacerme daño, solo se preocupan por mí.

En voz baja me disculpo por mi actitud tan hostil con él.

—Tal vez debería fotografiar tu rostro, así tendrías una evidencia para cuando decidas poner la denuncia.

Christopher no lo supo en ese momento, pero me dio una gran oportunidad para que Johann vaya a la cárcel y yo pueda ser libre.

Obtener una libertad que no iba a vivir, no obstante, Joel sí lo haría.

Faltaba menos de dos minutos para salir de la escuela. Francisco todo este tiempo no volvió a dirigirme la palabra, cosa que me alegró mucho. Sin embargo, ahora quería pedir de su ayuda. Sé que no conoce a Joel, pero el día que nos vio juntos él solamente me estaba abrazando. Reconozco que no es muy importante aquello, es más, hasta suena loco y muy tonto.

Me pongo de pie una vez que no hay nadie en el aula, aprieto las manos en cada tira de la mochila. Avanzo despacio, sintiendo miedo.

—Profesor. ¿Podemos hablar un momento?

Voltea sorprendido, a lo mejor no creyó que le iba a dirigir la palabra nunca más. Cosa que iba a cumplir.

—Las clases ya terminaron, alumno. Retírese ahora mismo.

—P-Pero...Necesito su ayuda.

—No me interesa. Fuera de aquí —señala la puerta con molestia, no me queda nada más que asentir y caminar cabizbajo hacia la salida—. Que sea la última vez que te quedas después de clase. No quiero verte.

Aquel sujeto que un día se mostró tan simpático conmigo, hoy me corría como si fuese un miserable animal.

Tenía que hacer un plan por mi cuenta antes que sea demasiado tarde y Joel ya no la tenga fácil para salir.

Y eso fue lo que hice una vez que llegué a casa.

Si no creían mis palabras, iba a mostrarles evidencias.

***

Paso a retirarme.

A mí me resulta sorprendente cómo Erick se empeña en ayudar a Joel, pero no lo hace consigo mismo. No sé ustedes.

Besos.

Ganaste un amigo || JoerickWhere stories live. Discover now