[V E I N T E]

798 116 36
                                    

Dentro del auto hay un incómodo silencio, dedico a perder el tiempo mirando mis manos que juegan entre sí sobre mi regazo.

Luego de las palabras de Joel, Francisco se terminó alejando, nunca sabré cuál fue su reacción. Tampoco es como si me interesara.

Y ahora estamos nuevamente en el mismo parque de la vez pasada, aunque no hemos bajado.

—¿Quién era el hombre?

Poso mis ojos en él, quien se muestra inquieto, su mandíbula está tensa y el volante está siendo apretado con mucha fuerza por sus manos, hasta sus nudillos se notan blancos.

—Mi profesor —susurro.

Asiente con los labios fruncidos, permaneciendo con la vista al frente. Quisiera poder reducirme en el asiento, volverme un bichito para no sentirme mal.

—¿Te está molestando?

Sus preguntas no tienen ninguna pizca de tacto, van directo al punto y ocasiona cierto malestar porque nunca había hablado con otra persona sobre esto.

—N-No sé.

—¿No lo sabes? —ahora sí me mira—. Dime, Erick. ¿Te hizo algo malo?

—M-Me... él me besó.

—¿Y tú querías? ¿Quisiste que te besara?

Niego sin retener los sollozos.

Yo soñaba con tener un beso como el de las películas, sentir esos fuegos artificiales o las famosas mariposas, pero no. Creí que mi primera vez sería especial, con la persona que iba a amar por el resto de mi vida o al menos con alguien que sintiera afecto hacia mí. Pero también me equivoqué.

De solo pensar en eso el llanto aumenta, ya no miro a Joel, solo me dedico a abrazar mi propio cuerpo.

—Erick...

—N-No quise. Nunca he querido nada.

—Pequeño, calma.

—Mi vida es horrible —confieso entre lamentos—, todo es horrible. M-Mi primer beso no fue lo que esperaba... y mi primera vez tampoco. ¡No sabes cuánto deseo morirme! ¡Estoy cansado! ¡Harto de esta vida de mierda que tengo! Y-Ya no puedo, no puedo más.

No sé por qué le estoy contando a un completo desconocido las desgracias que he sufrido, está demás saber que a él no le interesa en lo más mínimo. Seguramente ahora pedirá que me baje de su auto, no lo culpo. ¿Quién quisiera tener en su vida a una persona como yo?

Johann nunca me había besado, mordía mi labio hasta que sangrase y eso ya era demasiado para mí. Y luego Francisco toma atribuciones que no le corresponden, provocando que el estómago se me revuelva de solo recordarlo.

Para muchos un beso no es nada, algo insignificante, pero para mí iba a significar un nuevo comienzo.

—Erick, no digas esas cosas.

—¡Tú no entiendes! —vocifero con dolor—. ¡Nadie entiende!

—Si me explicaras tal vez lo podría hacer.

Niego furiosamente. Sostengo la mochila y abro la puerta, comenzando a correr sin rumbo fijo. Me daría igual si justo ahora un carro me arrolla. Yo sé que la muerte no es una gran solución.

Pero soy cobarde.

Mis ojos divisan un puente, no lo pienso dos veces cuando mis pasos ya son dirigidos hacia allí. Siento el ardor en cada pierna, el profundo dolor que invade mi cuerpo, las lágrimas empañan mi vista, pero no me detengo.

Antes que pueda llegar siquiera a colocar las manos sobre la baranda soy tumbado al frío concreto, gimo dolorosamente y quedo aturdido por el impacto.

—¡¿En qué estás pensando, Erick?!

Por cada lado de mi rostro se deslizan las lágrimas.

—Abusó de mí desde que tenía ocho años. ¿Sabes la rabia que sentía, el asco que me provocaba?

Su mirada se suaviza, pero sigue reteniendo mi cuerpo con el suyo.

—Pequeño...

—N-Nunca me hizo caso, me lastimó de la peor manera —continúo—. Morirme ni siquiera debería causar terror en mí, pero lo hace.

—Erick.

—T-Te juro que ya no quiero seguir —sollozo una vez más.

Ya no quiero seguir.

*** 

No saben cuánto he llorado con este capítulo.

Besos.

Ganaste un amigo || JoerickWhere stories live. Discover now