13 | AD2

5.2K 590 127
                                    

(Adjunto foto de Samcito arriba)

Sam

Los últimos cinco días habían estado fatales. Veía constantemente a Nate y Zach soltando carcajadas y salir con distintas chicas, a Andrew centrarse en preparar sus siguientes clases como si todo fuera normal, y quería copiarles, pero luego veía a mi madre recostada en su cama, llorando, o con la mirada perdida, con sus pensamientos y recuerdos carcomiéndole la poca estabilidad que le quedaba, y me sentía tan reflejado en ella que me dolía más al darme cuenta. Si soy sincero, la realidad es que, desde que Chase se marchó, todo ha estado mal en la cotidianidad a la que estaba acostumbrado a vivir. No solo habían sido cinco días, venía arrastrando mucho dolor durante más de un año.

Envidiaba a mis hermanos, porque mientras ellos salían a divertirse, yo solo me quedaba en casa, encerrado en mi cuarto, y me ponía a pensar mil maneras de hacer que Chase regresara. Y no es que estuviera diciendo que Nate, Andrew y Zach tenían que hacer lo mismo que yo, ni que mantuvieran el mismo tipo de dolor, pero a veces era bueno tener un poco de ayuda cerca. No eran malos chicos, pero al vivir en un mundo sobrenatural, esperaba que me tendieran una mano en el proceso de regresar a Chase.

Comencé a sentirme peor desde que llevé a Skyler a esa casa, con la intención de ver a mi hermano. Estuvo mal. No debí exponerla a ese nivel de peligro, y debí investigar más acerca del hechizo, antes de decirle que tenía la manera de ver temporalmente a Chase. ¿En qué estaba pensando? ¿Por qué simplemente no me guardé el secreto y fui solo yo? Ella no tenía por qué saberlo, no tenía por qué soportar terribles pesadillas, ni haber tenido consecuencias con su familia. Encima, para complicar las cosas, Chase iba a salir del infierno, y si antes el objetivo era sacar a mi hermano del infierno, ahora era devolverlo. O directamente recuperar su alma. Pero eso era más complicado.

Ese día fui a casa de Skyler luego de que almorzáramos en la habitación de Chase (y respecto a ello, no puedo evitar decir que me sentí demasiado bien teniéndola cerca, lo que es vergonzoso y malo de mi parte) y hablamos con su familia, me responsabilicé por todo, y les pedí que no la culparan, que la culpa había sido talmente mía. No sabría decir con exactitud si fue Luke o Ryan quien usó sus poderes para darme un horrible dolor de cabeza. Las cosas no salieron nada bien, creo que eso está más que obvio. Y Skyler ahora tenía prohibido hablar conmigo otra vez.

Me sentía mal. ¿Qué estaba pensando Chase de mí? Él me vio en aquella visita que le hicimos, y lo noté totalmente agotado. Habrá sido un desconcierto grande tener a Skyler frente a él, y un peso encima tener que decirle que, gracias a aquella visita, que solo consistía en hacerle saber que estábamos intentando encontrar una manera de sacarlo de esto, ahora era un desencadenante del peligro que Skyler correría. Porque el demonio iba a poder salir sin necesidad de que ella hiciese contacto físico con él. Chase debía estar odiándome, y no podía culparlo si así era, me merecía todo lo malo; Skyler pudo haber muerto esa mañana, un demonio la aventó en ciertas ocasiones y hasta la dejó sin aire. Y Chase, seguramente, ahora estaba pagando las consecuencias, ya que nos ayudó a escapar. Y no podía quitármelo de la mente. Porque yo lo oí soltar aquel grito antes de despertar.

Los últimos días fui al bosque a visitar la tumba de Chase en diferentes momentos del día. Estaba buscando su perdón, a pesar de que sabía que no me escuchaba. Allí, estando cerca de él, me sentía mucho más relajado, por eso es que iba tanto, sentía que un peso se me quitaba de los hombros, o que al menos disminuía un poco, pero cuando regresaba a casa, los pensamientos negativos no me dejaban dormir.

Mis hermanos estaban molestos conmigo, molestos porque no les dije que visitaría a Chase, y molestos por las graves consecuencias que he traído conmigo a causa de esto. Eso me hacía sentir más mierda. Pero lo merecía. Y entonces no podía quejarme ni excusarme. Porque, por más que no tuve malas intenciones, la cagué. Y no podía remediarlo.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora