Epílogo

1.2K 98 149
                                    

Estaba frente a aquella Casa Blanca, con grandes ventanales, ubicada en las parcelas de la ciudad. Sus cuerpo lleno de pintura y el sudor en su frente era todo lo que quedaba del trabajo. Una enorme sonrisa se plasmó en su rostro cuando recordó las palabras de la chica por la cual había estado arreglando el enorme hogar. Estaba satisfecho de haber cumplido una promesa que hizo a sus veintidós años de edad, pues sabía la dicha que causaría en ella al ver aquella casa que tanto soñó.

Pero aún le faltaba algo, le preocupaba, pues sus nervios eran infinitos con solo pensar en lo que haría esta tarde. Su decisión era irrevocable, pues el día no podía pasar sin haber hecho lo que espero por tantos años.

Tomo camino a casa de su tío, le quedaban muy pocos días para vivir allí, pues no estaba en sus planes seguir por más tiempo.

- Te extrañaremos, Julio - dijo su tía -

- Ya es todo un hombre. veinticuatro años en su vida, lo hacen serlo- dijo su tío palmeando la espalda de Julio- ¿listo para decirle a isabela?-

- No se como lo tomé. La última vez que mencioné el tema lo evadió - dijo Julio.

- Entiendela, últimamente anda muy dedicada a la Universidad- dijo su tía.

- si lo sé. En un mes terminará- dijo y se dirigió a su habitación, pues debía ir a quitar la pintura de su cuerpo -

(...)

Isa se encontraba en la cafetería de la universidad, aún procesaba la información, no sabía cómo estar, ¿ahora qué pasaría? ¿Cambiarían las cosas?, aún no entendía porque ella, pues no era algo que buscaba, ahora ¿como le diría a julio?.

- Amiga, eres tan afortunada- dijo Giulia abrazando la - ¿sabes cuantas quisieran estar en tu lugar?.

- No lo sé y no me importa Giulia. Ahora solo pienso en Julio- dijo Isa con la angustia recorriendo su cuerpo entero.

Y así pasó el día entero, con la extraña sensación que hace mucho no llegaba a ella "miedo".

Julio por su parte se encontraba en aquel auto, testigo de tantos momentos durante cinco años. Él quizás estaba igual o peor que isabela, pero ¿ porque sentir miedo por algo que solo es proceso de felicidad?, fue allí cuando respiró, puso firmemente sus manos en el volante y fue por aquella chica, a la cual quería por siempre o bueno hasta que la vida lo permitiera.

Estaba allí, frente a aquel portón el cual tocó miles de veces, aquel que presenció, peleas, despedidas nocturnas, y palabras lindas. Tocó con inmensa seguridad y aquella silueta angelical, abrió la puerta, tanto como él lo deseaba.

- Estas preciosa- dijo acercándose para darle un beso, isa respondió este, pero no como siempre, estaba tensa, él pudo notarlo- ¿pasa algo?- ella negó con la cabeza- entonces ¿vamos?- dijo y ella tomó su mano.

El cielo pintaba en aquel azul, colores de alegría, el cual se cruzaba con el horizonte del mar, isa los veía a través de la ventana del auto, mientras el suave aire acariciaba sus mejillas y removia su cabello. Julio la observa y recordó aquellos momentos en los que comenzaba todo, pero ahora no estaba aquella sonrisa.

- Julio... - dijo ella aún observando la maravillosa mezcla de cielo y mar por la ventana- ¿podemos detenernos aquí?- pidió y así lo hizo él. No le pregunto nada, pues si algo ocurría con ella, lo menos que quería era presionarla.

Isa bajó, y se dirigió a aquel camino de piedras que entraba sobre el mar, recordando aquella vez que estuvieron allí y él le habló de su madre.

Él solo la seguía, hasta el punto de llegar al final del camino y sentir las olas chocar con las piedras, logrando así gotear parte de sus cuerpos.

La foto de un Ángel - (Isulio)Where stories live. Discover now