capitulo 22: viaje a la luna

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La noche, la luna, el mar, las olas y las estrellas, podían ser testigo del amor que estos dos se tenían.

El  beso cada vez se alargaba más, el aire era lo de menos, pues si morían, que fuese por la falta de respiración, que se hacía presente al disfrutar de los labios del otro.

La vida aveces tiene buenas jugadas, solo espera el momento indicado para lanzarlas a la partida, por eso ese beso no solo se quedo allí, si no que poco a poco se fue transformando en lo quizás sus cuerpos anhelaban.

Julio recostó a isabela en la arena fría, aún así con los besos en marcha, poco a poco empezó a acariciar su mejilla con su mano derecha y la otra se paseaba por su pierna.

No había que decir nada, ambos sabían que querían, el miedo aquí no existía, pues por alguna extraña razón Isa se sentía segura.

Se dejaron llevar por la melodía del amor y Julio poco a poco fue tomando las piernas de Isa, posando las alrededor de su cuerpo para levantarla y llevarla hasta la pequeña cabaña, a la que había arreglado con mucho esmero.

Sus pasos fueron llevándolo hasta el sitio, y al llegar Julio dejó sutilmente a Isa en la cama. Al separarse del beso ella sonrió, pues sus ojos habían detallado el lugar, simplemente era perfecto.

Habían pequeños pétalos de rosas en el suelo, un ramo en una mesita pequeña y al rededor de estas, velas, ¿ Julio sabia que esto pasaría?, no, quizás no, pero nunca esta de más, llevar la delantera.

Julio se acercó un a Isa, posando nuevamente su cuerpo sobre ella con total delicadeza, quería hacerla sentir bien y no presionarla, por lo tanto empezó a besarla nuevamente.

Julio empezó a acariciar a isabela como lo hacía minutos atras, ella disfrutaba, era muy notorio, él lentamente fue bajando sus besos por el  cuello de Isa, posó sus manos al final de la blusa de ella, y trató de levantarla, pero fue en vano.

-¡espera!- dijo ella- Julio sabes que soy...- fue interrumpida por un beso de Julio.

- Tranquila, lo sé. No haré nada que no quieras- dijo Julio, para tranquilizar los nervios de Isa.

- El problema es que si quiero.

No lo pensó  dos veces y volvió a atacar los labios de ella, quizás esta vez nada los detendría, ni siquiera el pasado.

🌚

Isa era novata en esto, pero de algo sirvieron las novelas que había visto, empezó a subir sus manos por debajo de la camisa de Julio y poco a poco la fue retirando, el sonrió e hizo lo mismo con ella. Al pasar de los minutos varias prendas habían desaparecido, ahora solo los cubría su ropa interior, cosa que hizo sonrojar a Isa, pues nunca había estado en en esa situación con un chico.

Julio empezó a bajar sus besos por el cuello de Isa y sus manos las llevó a su espalda, quitando con sus dedos  la ultima prenda que cubría el pecho de Isa, sus ojos brillaban, y los de ella simplemente expresaban vergüenza, pero el se encargó de que se fuera la pena.

La pequeña cabaña además de casi estar a la intemperie, y ser abastecida por los vientos de la noche, era un horno también, pues abundaba el calor allí, y no precisamente por la velas, pues Julio las había apagado para que Isa se sintiera más cómoda, hacía todo paro no arruinar el momento.

Julio empezó la tarea de acariciar los pechos de isabela con sus manos y uno que otro con la boca, los suspiros de ella se podían escuchar en la cabaña, pues esto era lo que Julio generaba en ella con cada  caricia.

Después de varios minutos, no había nada que los cubriera, pues ya estaban piel con piel, Julio anonadado por la belleza que tenía por novia e Isa poco a poco le sumaba a su confianza.

La foto de un Ángel - (Isulio)Kde žijí příběhy. Začni objevovat