La foto de un Ángel - (Isulio)

Capitulo 1: el encuentro de un alma conocida.

El chico llegó a su destino, al llegar a la casa de su tío, sintió un poco de fresco y nostalgia hace mucho tiempo que no pisaba esa casa. Por su parte su tío lo queria, lo consideraba como un hijo, ya que nunca pudo tenerlos. El era un hombre de alta sociedad, tenía empresas y era un poco estricto.
Julio empezó a instalarse en su habitación, y una vez terminado todo, se tiró en la cama y así se quedó dormido hasta el día siguiente.

...

-buenos días mamá, ¿y mi papá?- dijo isabela bajando a desayunar.

- tuvo que irse a trabajar, sabes que le dedica cuerpo y Alma a su trabajo y creo que haré lo mismo - le da un beso en la frente a isabela y se levanta tomando salida hacia la sala.

- claro, porque el trabajo está primero y los necesita más que yo - dijo isabela alzando un poco la voz dando espalda hacia su madre, pero esto no evitaba que se escuchara su voz entrecortada.

- ¡pero que dices isa!, sabes que si no trabajamos, no tendrías todo lo que hoy tienes - dijo su madre un poco exaltada- deberías de agradecer, porque gracias a nuestro esfuerzo nunca te ha faltado nada- dicho esto, se retiró y dejo a isabela en el comedor, tratando de aguantar las lágrimas.

Cada palabra de su madre, golpeaba muy fuerte en la mente y el corazón de isabela, ya que hace un par de meses se habia cuestionado por no poder hacer nada, siempre tenía todo a la mano, esto la hacía sentir inútil, ella quería ganarse las cosas, sentir que era comprarse sus cosas por si misma y no escuchar a su madre siempre decirle las mismas frases . La verdad su madre nunca fue así, cambió un poco después de que su hermana muriese por culpa del cáncer, su madre había caído en una depresión y lo único que le recomendaron fue que se distragera con algo y así dejara de pensar en la pérdida de su hija, tanto su madre, como su padre, empezaron a entregarle más su vida al trabajo, y ella sentía que se habían olvidado de ella.

- nana, ¿ empezamos la clase? - dijo isabela con una sonrisa ahogada entre lágrimas, mientras su nana se acercaba y la hundía en un profundo y fuerte abrazo.

La nana de isabela llamada "cenelia" provenía de una región de descendencia africana, su piel era Morena, ojos negros y una sonrisa que siempre le cambiaba el ánimo a isabela. Hace un mes isabela se enteró que ella nunca había tenido la oportunidad de ir a una escuela y se sorprendió al ver lo duro que fue la vida de cenelia, esto la hacía sentir más miserable, ella teniéndolo todo sin preocupación alguna y cenelia no tenía nada y aún así era feliz. Isabela le propuso darle clases para aprender a leer y escribir, fue difícil convencerla, pero Cenelia nunca podía negarle nada a su niña, porque eso era isabela para ella, la niña por la que haría cualquier cosa, la conoció cuando tenía 3 años y apesar de que actualmente tuviese 17, nunca dejaría de ser su niña.

- si eso te hace sonreír, esta bien- dijo la nana separándose del abrazo y llevando sus manos al rostro de isabela, para secarle las lágrimas - es más después de la clase que te parece si hacemos el postre que tanto te gusta - dijo regalándole una gran sonrisa a Isa.

(...)

- ¿quién eres?, ¿aún vivirás?, ¿tendré posibilidades de encontrarte? - dijo Julio hablándole a una foto.

Unos meses antes de la muerte de su madre, Julio encontró una foto de una niña en el libro de una biblioteca pública, nunca supo cómo llegó la foto allí, pero sabía que actualmente la niña tendría más o menos 17 años, ya que en la parte posterior de la foto decia la fecha en que fue tomada, y una nota que decía " fueron mis 6 años y no estuviste aquí, pero igual te amo y te extraño".
Julio quería saber quién era esa niña que le brindaba tanta calma cada vez que veía su sonrisa en la foto, no se explicaba como alguien que no conocía podía tener ese poder sobre el, pero era una foto de niña y no le bastaba el quería verla como era ahora y lo más importante saber su nombre, ese dato la foto no lo tenía o al menos eso creía el, pero sabía que era casi imposible encontrarla el mundo es tan grande que no tenía tantas posibilidades, por eso guardo la foto y bajo a hablar con su tío.