capitulo 10: la cita

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Allí estaba ella Lucía preciosa, su cabello colgaba y se dejaba llevar por el viento, tenía una vestimenta adecuada para la salida y un accesorio que la acompañaba y la hacía relucir siempre, su sonrisa.

Aún no se explicaba como semejante belleza había aceptado ser su novia. El no le gustaba mostrarse superior ante otros, pero con ella en su vida se creía con más fortuna que el planeta entero, por tener en su mundo la más hermosa maravilla.

El no dejaba de mirarla, ni siquiera se movía, solo estaba allí, quieto, esperando que su mente reaccionara para ir hasta ella. ¿Como era que en poco tiempo esta chica lo mandaba hasta las nubes, cada vez que la veía?, sonará raro, pero ella era como una droga para él, solo que causaba buenos efectos.

Una vez los pensamientos dejaron de indagar su mente, se acercó a ella.

- Eres la favorita de Dios- dijo Julio, observando la de pies a cabeza, no era un saludo, pero el sabía lo que decia.

- ¿qué dices? - dijo Isa, algo confundida, ¿porque Julio en vez de saludarla como una persona normal, salía con ese comentario?.

- acaso no ves toda la perfección que puso en tí.

Él beso su mejilla, y sin más que decir la tomo de la mano y la llevo hasta al auto, para tomar rumbo a su cita.

Isa por su parte, se sonrojo, podríamos decir que era un tomate, un tomate muy tierno. Por todo el camino solo iba pensando, ¿porque era tan dulce?.

pero había algo en ella,  aún no podía definir con certeza, pero sabía que ese "algo", siempre se encargaba de arruinar sus pensamientos, o cuando surgían lindas emociones en su cuerpo, se ponía en duda.

Y era comprensible, isa nunca había escuchado palabras tan bonitas por parte de un chico. las que había escuchado eran obscenas y solo causaban repudió en ella.

- Julio aún no entiendo,  porque de tantos lugares, decidiste el lugar en donde trabajamos toda la semana, para nuestra primera cita- dijo Isa una vez salió de sus pensamientos.

- porque fue el lugar que me dio la fortuna de conocerte- dijo Julio, mirando hacia el frente, ya que estaba estacionado el auto.

Una vez estacionado el auto, y aún dentro de él, Isa decidió hacer una pregunta, ya que la estúpida duda, volvió. Era como un viajero, iba y volvía cada vez que le daba la gana, isa no lo controlaba, solo era algo que fluía dentro de ella.

- ¿porque siempre me dices cosas tan bonitas? - pregunto Isa con miedo, así como cuando una niña pide permiso para hacer algo.

- porque es lo que siento- dijo Julio saliendo del auto, dejando a Isa con una enorme sonrisa en su rostro.

¡Toma eso duda!.

Una vez fuera, se dio vuelta y le abrió la puerta del auto a Isa, el sabía porque lo había preguntado, no le molesto su pregunta, él la entendía perfectamente, sabía que Rodrigo no la trató bien, pero él no sería así.

Cuando Isa salió del auto, se encontró de frente con él. Julio le dio un beso en los labios tan dulce como él solía ser, luego la abrazó y dejó en su oído una palabra tan simple, pero que cualquiera desearía escuchar, como lo era un "te quiero".

(...)

- entonces, ¿ a donde quieres subir primero?-  pregunto Julio cuando entraron al parque.

- algo que no tenga alturas- dijo Isa muy segura.

- pero si todas se basan en ello- Julio sonó muy obvio.

- todas no. - dijo Isa cruzándose de brazos.

La foto de un Ángel - (Isulio)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz