capitulo 24: el ocaso de un alma.

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Maratón 1/3

Sentía el agua correr por su cuerpo, se estremecía con cada gota, pues el invierno empezaba a llegar y con este el frío. Era un hermoso dia para ella, pues presentía que todo iba más que bien, aunque no podía tener la certeza del todo, pues sentía que algo ocurriría, suponía que era malo, porque había un roce de tristeza en su corazón, era mínimo, pero allí estaba, decidió ignorarlo.

Al salir de la ducha se puso algo cómodo y se acosto es su cama, pues no tenía nada que hacer y para ser sinceros era una mañana muy fría, solo quería sentir el calor de su cama, aunque prefería él de Julio, pero este no podía, pues hoy debía ayudar a su tío en cosas de "negocios"

- hola hija, ¿puedo pasar?- pregunto Ana, al abrir la puerta de la habitación.

- sí- ¿qué hacía su madre aquí?- Mamá, ¿no deberías estar trabajando?- preguntó, pues si que era raro.

- Sí, pero me tomé el día- Ana se sentó al lado de isa- ¿qué te parece si hacemos algo divertido?-

- ¿escuché bien?- dijo Isa alzando sus cejas.

- Sí. Veamos una película de esa que tanto te gusta ¿te parece?- isa asintió, ¿qué mosca le había picado a su madre?.

(...)

Era una ruta larga, iba confundido, no sabía que pasaba, pues la incertidumbre se posicionó de él, quizás tendría que ver con lo que su suegro le había comentado sobre Isa o si no ¿qué podría ser?.

- Deja de hacerte preguntas. Solo iremos a ver a alguien que quiere hablar contigo- dijo el padre de Isa, mientras conducia-

Julio no dijo nada, pues en su cabeza no se imaginaba a nadie, ¿quién podría ser? ¿De qué quería hablar?, dejo de formularse preguntas cuando sintió el auto estacionarse,  frente a un edificio, que aparentemente era un hospital, ahora sí que entendía menos.

- ¿vamos? - hablo nuevamente el padre de Isa, para luego tomar acceso al lugar.

Julio lo siguió, miraba detalladamente cada persona allí, habían niños, ancianos y ese olor a hospital era un veneno para su respiración, pues odiaba esos lugares, despues de la muerte de su madre, no había vuelto a pisar uno.

Caminaban por una largo pasillo, en el cual habían varias puertas, pero se detuvo cuando el padre de Isa le indicó a cual debía entrar, era la 16, recibió las señas para que pasara y así lo hizo.

La sorpresa e impresión, causaron un breve shock en Julio, era como si viera algo terrorífico y para él lo era. Ver a esa mujer allí, conectada a unos cables que quizás la torturaban más, le hizo recordar a su madre nuevamente, pues era el mismo reflejo que tenía de ella, conectada a aparatos que la hacían sufrir y perder cada vez las esperanzas.

- ¿cenelia? - dijo Julio tratándo de procesar todo.

- Julio...- susurro ella, fue casi imposible de escuchar- ven, pasa- dijo haciendo su mayor esfuerzo- pensé que no vendrías- sonrio-

Julio se sentó en el pequeño sofá de la enorme habitación Blanca, pero con una sensación espantosa, su pensamiento no podía procesar más nada que no fuese el nombre de isabela.

- ¿Ella sabe que estas aquí?- pregunto Julio, pero cenelia negó.

- se que te preguntarás porque te mande a llamar- Julio asintio-

La sensación que recorría su cuerpo junto a un enorme escalofrío, le propiciaban que creyera que esto era Real.

- Julio, conozco a Isa desde que es una niña, y te aseguro que nunca la había visto tan feliz como lo es ahora, y solo se debe a una razon, tu - cenelia mostraba certeza en cada palabra que decía- por eso, al irme te...- un susurro se llevo las palabras de cenelia.

La foto de un Ángel - (Isulio)Where stories live. Discover now