♠ La Piedra de Luz ♠

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Narisa dejó caer un ramo de rosas rojas que contrastaba con la palidez de la nieve. Aquella reacción la desencadenó una rosa negra depositada en la tumba de su difunto marido. Observó a su alrededor y divisó a lo lejos una figura que se alejaba. No sabía con certeza quién era, pero tenía una vaga idea de quién podía llegar a ser. Tomó con delicadeza la rosa negra y regresó al castillo en busca de Anneke, que se encontraba en la sala de reunión con Darius y David.

—Alissa estuvo aquí —dijo con un hilo de voz—. Aún puede recordarnos —en su corazón albergaba la ilusión de que el verdadero amor la trajera de regreso, pero los cuentos de hadas no existen.

—¿Cómo lo sabes? —inquirió Anneke.

—Encontré esto en la tumba de Patrick —depositó la rosa sobre la mesa para que Anneke la viera—. Pude ver su silueta alejarse en la oscuridad del bosque.

—No quiero arruinar este momento, pero puede que Tadeus haya implantado falsos recuerdos en ella a través de la piedra de fuego.

—No importa cómo sea que ella nos recuerde, lo importante es que lo hace y eso es suficiente para darme valor para continuar y enfrentar todo lo que vendrá.

—Debemos encontrar la piedra de luz y liberar a Leonardo.

—Disculpen que me entrometa, pero Tadeus tiene una gran fortaleza y una poderosa bruja junto a él —interrumpió David consternado.

—Eso no importa, no es invencible. Acabaste con la vida de su padre y él era un hombre muy poderoso —le hizo ver su madre.

—Tadeus es más inteligente. Sir Thoumas estaba cegado por la sed de sangre, por eso era el más temible.

Anneke se ofreció para ir en busca de la piedra de luz, mientras los demás ideaban un plan para rescatar a Leonardo. Narisa dudó en aceptar la participación de la bruja, ya que temía que escapara, pero su hijo le hizo ver lo necesaria que era. Así fue que Anneke emprendió un largo viaje hacia el interior de la tierra en busca de la piedra de luz.

Aquel amuleto había sido forjado hacía muchos siglos atrás por poderosas brujas. Cuatro piedras que representaban los cuatro elementos que equilibraban el bien y el mal en la tierra.

La piedra del fuego era evidente que representaba al fuego. El mal que se podía ejercer con ella enceguecía a los más poderosos vampiros. Bajo un hechizo realizado por una bruja, tiene el don de implantar una memoria falsa en las mentes de las víctimas, cayendo a una realidad paralela. Es como estar bajo el efecto de un sueño profundo.

Pero para proteger al mundo de aquel mal, la piedra de luz venía a traer conciencia y verdad, permitiendo así liberar a aquellos que estén bajo el poder de la piedra de fuego. Ésta representaba al aire.

La piedra del reflejo representaba al agua. Se usaba como escudo protector contra los enemigos, pues reflejaba los oscuros sentimientos que albergaban los corazones tocados por la maldad. También reflejaba los sentimientos más nobles en aquellos que estaban tentados por el mal, pero cuya misión inicial era el bien.

Y, por último, estaba la piedra más poderosa de todas, aquella que representaba a la madre tierra: la piedra de la inmortalidad. Ésta revelaba dónde estaban las almas perdidas con el fin de salvarlas. Quien la poseyera podría dominar, para bien o para mal, el mundo. Si bien liberaba almas, también tenía el poder de encerrarlas y destruirlas, dependiendo de las manos en que caía. Era muy valiosa y por eso estaba oculta donde nadie la encontraría. Solo las cuatro brujas que forjaron las piedras sabían su paradero, pero era difícil convencerlas de revelarlo.

Durante la ausencia de Anneke, Narisa reunió gente para prepararse en caso de ser atacados. David planeaba cómo rescatar a Leonardo sin ser vistos, algo que sería muy difícil de conseguir.

Alissa ✔️Where stories live. Discover now