♠ Pérdida de la Inocencia ♠

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Alissa cayó en un sueño profundo, como en estado de coma, pero esperando despertar. Era consciente de todo lo que había sucedido, en especial durante las últimas horas.

Comenzó a creer que todo había sido parte de una pesadilla. "No, Leonardo no puede ser un vampiro. Ellos son seres creados en un mundo de fantasía. No pueden ser reales", trataba de convencerse.

Pero sintió tan real aquel momento de lujuria y pasión que había experimentado por primera vez junto a su gran amor, que no quería pensar que también era parte de un sueño.

Quizás, luego de aquel acto de amor, cayó en un profundo sueño e inventó todo ese universo paralelo de los vampiros. Tal vez, solo tal vez, existía un porcentaje mínimo que le daba credibilidad al asunto oscuro en el que se había metido.

En ese instante de confusión mental, el rostro de Narisa vino a la memoria de la joven. ¿Sería cierta toda aquella historia que Leonardo le había revelado? ¿Su madre era un vampiro? Pero Narisa era un ser tan bondadoso que no podía considerarla un ser oscuro que intentaba luchar contra su propio mal y, al mismo tiempo, entregar el alma de su hija. Tantas piezas no encajaban en el rompecabezas.

Alissa se vio a sí misma caminando por un lugar incierto y oscuro. Se sentía al borde del abismo. Todo un camino misterioso cubierto de neblina no la dejaba continuar. Avanzar con sigilo la ayudó a seguir adelante. "¿Qué es este horrible lugar?", se preguntó con temor. "Esto es parte de la misma pesadilla", concluyó. Al final del camino divisó un objeto brillante que disminuía a la vez que se acercaba. Una vez allí, vio que se trataba de su reflejo en un mágico espejo.

Notó que la persona reflejada era diferente a la que estaba allí parada. Mientras Alissa del exterior del espejo lucía un vestido negro que lo arrastraba por el suelo, la otra estaba envuelta en blancas prendas que conformaban un delicado vestido hasta las rodillas. Se miró, acercándose aún más al espejo, pensando que no era la correcta visión que tenía de sí misma. De un lado solo había tinieblas y del otro, mariposas revoloteando en un verde jardín, iluminado por los cálidos rayos de sol.

—Hola, Alissa —la saludó cortésmente su reflejo.

—¿Quién eres? ¿Qué está pasando? —la verdadera Alissa estaba al borde del pánico. Realmente quería entender lo que sucedía y dejar de lado la incertidumbre.

—Soy una parte de ti que has matado. Eres tu propia asesina, has enterrado tu lado bueno en la oscuridad.

—¿De qué hablas?

—Perdiste tu inocencia —la tristeza invadía el rostro del reflejo de Alissa.

—¿Todo por entregarme a mi amado? ¿Por caer en la lujuria? ¿En la pasión? —preguntó irónica al respecto.

—No se trata de amor, se trata de lo que te has convertido: en una bestia nocturna sedienta de sangre, convencida de que así protegería sus intereses. No estás viva, tampoco estás muerta. Vagarás por una vida eterna, perdiendo a cada ser amado que tengas.

—¿Cómo hago para regresar a lo que era? —la angustia la desbordaba en miles de lágrimas que surcaban su rostro juvenil.

—Solo quien te convirtió te liberará. Pero todo tiene un costo.

—¿Cuál? —quiso saber.

—La muerte. Una vez que seas liberada, la muerte te precederá.

—Vida y muerte, esa es mi condena —susurró afligida.

—Ahora estoy encerrada, prisionera de la oscuridad. Si decides ser lo que un día fuiste, te concederé el don de la vida humana.

—No puedo. Quiero estar ligada a Leonardo por los siglos de los siglos. No podré aceptar que yo un día moriré y él continuará vivo, enamorándose una y otra vez. Yo solo quiero ser su único amor —contestó decidida.

—Si eso es lo que deseas... Pero, Alissa, nada te garantiza que él te ame por los siglos de los siglos.

—Correré el riesgo —murmuró con un ápice de esperanza.

—De acuerdo. Ahora mira en qué te has convertido.

Lentamente la parte dulce, angelical, bondadosa e inocente de Alissa se desvaneció dando lugar a una joven más fría, malévola, sin escrúpulos y arrogante frente a ella. Miles de demonios conformaban a una inigualable Alissa.

¿Qué trato tan oscuro y macabro acaba de realizar? Deseaba no arrepentirse en un futuro. Pero en menos de lo que creyó, la culpa la ahogó en un llanto desconsolado. Su amado Leonardo la había arrojado directamente a un infierno del cual saldría muerta en todos los escenarios posibles. Él tendría que haberla retenido ante tal oscuridad y debería haberla salvado. ¿Qué clase de amor ególatra era ese?

Ahora se sentía traicionada por todos aquellos seres queridos: su madre, su amado y, en cierto modo, su padre. ¿Acaso él estaría al tanto de todo lo que estaba ocurriendo? ¿O tal vez se había enterado del mismo modo que lo hizo ella? Alissa no lo sabía. Pero de un modo u otro él debía protegerla. 

 

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Alissa ✔️Where stories live. Discover now