♠ Sombras en la oscuridad ♠

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Tadeus galopaba a gran velocidad en la espesura del bosque, deseando encontrar a Alissa. Suponía que Leonardo estaba con ella, sabía que la protegía a costa de su propia vida, así que debía sacar provecho de ello para asegurarse de que, en cuanto obtuvieran a la joven, Leonardo jamás los separaría.

Vagaba en la oscuridad. Era la primera vez que no podía encontrar el aroma de ella. Luego de tanto pensar a dónde habrían escapado, decidió ir al pueblo. Recordaba que la última vez Alissa había encontrado allí a Leonardo. A parte, suponía que no debían estar muy lejos, como tampoco creía que Leonardo le hubiera revelado su verdadera identidad.

Rápidamente se unieron a él todos los caballeros de sir Thoumas Virtanen. Tadeus estaba enojado, no soportaba cómo se le había escapado la situación de las manos. La ira se apoderaba cada vez más de él.

Una vez que llegaron al pueblo, Tadeus ordenó a todos sus caballeros que preguntaran si habían visto a los jóvenes fugitivos. Todas las respuestas fueron negativas hasta que una anciana apareció por entremedio de la oscuridad que encerraba uno de los callejones del pueblo y se acercó a Tadeus, quien montaba su caballo negro.

—Yo los he visto —murmuró, mirando a su alrededor.

—¿Dónde?

—Fueron en dirección hacia algún pueblo lejano, por el campo —señaló hacia su derecha un camino que casi nadie tomaba—. No creo que lleguen muy lejos —musitó la anciana—, está por amanecer.

—¿Y qué hay del amanecer?

—Deberías saberlo.

Tadeus la observó intentando descifrar cómo la anciana sabía que el amanecer los mataría. Cuando comenzó a examinarla con mayor atención, notó que era Anneke, la bruja del pueblo.

—No arderás en la hoguera —aseveró Tadeus en forma de agradecimiento, regocijándose en su propio orgullo.

—Lo sé —contestó ella con una sonrisa.

Anneke le indicó el camino con mayor precisión. De inmediato, Tadeus reunió a todos sus hombres y emprendieron el viaje. La bruja regresó al callejón por el que había aparecido y ahí la aguardaba Narisa. La bruja no esperaba encontrarla, la tomó por sorpresa y debía ser precavida.

—Ahora dígame... ¿Dónde está mi hija?

—Al otro lado del pueblo. En el campo de los Thompson —dijo sin titubear.

—Muchas gracias por su ayuda.

Narisa le pagó en oro y se dirigió hacia donde estaba oculta su hija con Leonardo. Agradecía que la bruja Anneke la ayudara a desviar a Tadeus y los caballeros oscuros. Sabía que había ganado un poco más de tiempo, a pesar de que no era mucho, pero debía saber tomar ventaja antes de que fuera demasiado tarde.

Oculta bajo su caperuza negra, fue vagando entre las sombras, escondida de algunos de los guardias de Tadeus y su padre. Una vez que estuvo segura de que nadie se percataba de su presencia, montó su caballo para no llamar la atención y se perdió en el horizonte.  

  

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Alissa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora