♠ De regreso al pasado del nuevo presente ♠

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Un torbellino oscuro y violento arrasaba con todo, succionando lo que se interponía a su paso. Parecía no tener fin aquella oscuridad y Leonardo podía sentir que caía y caía sin llegar a ningún lado. A lo lejos la dulce, pero desesperada voz de Alissa, resonaba entre el torbellino. "¡No! ¡Leonardo!". La insistente voz de la joven desgarraba en mil pedazos el corazón sin vida de Leonardo.

El cielo se iluminó esa fría noche, dando lugar a una gran bola luminosa que se precipitaba sobre la tierra. Leonardo golpeó fuertemente contra el suelo como un rayo y las cadenas que lo sujetaban se rompieron, esparciéndose a su alrededor. Se desmayó con el impacto y permaneció así por unos instantes. Cuando despertó no reconoció el lugar donde se encontraba. Se sentía confundido, era como si esa vida pasada que recordaba jamás hubiera tenido lugar alguno en aquel presente. ¿Se había vuelto loco y ese pasado solo era parte de un delirio?

Estaba en un callejón tirado sobre el asfalto frío mientras una lluvia fina caía sobre su cuerpo. Sus heridas mostraban una feroz pelea y todo su cuerpo adolorido le indicaba que sí había caído contra el suelo.

Tal vez todo lo que recordaba era cierto, pero aquello edificios modernos elevándose imperiosamente ante él, la noche más iluminada que oscura y ese mismo callejón no eran tal cual se reproducían en su mente. "¿Dónde estoy?", se repetía una y otra vez.

La gente que caminaba por el extremo del callejón, que habían sido testigos de la bola de luz que cayó del cielo, observaban a Leonardo como quien mira a un demente. Había una diferencia abismal entre su ropaje y la de las demás personas, quienes comenzaban a aglomerarse para curiosear al desconocido. Leonardo oía con claridad los susurros.

—¿De dónde salió? —decía por lo bajo una joven a su amiga.

—Viene de otro planeta —comentaba un anciano a su hija.

—Es un ángel que cayó desterrado del cielo —opinaba una monja.

—Es un viajero del tiempo —aseveraba un chico con gafas a su novia, sin saber que estaba en lo correcto.

Leonardo recordó con claridad los hechos que lo llevaron hacia aquel futuro desconocido, incierto y peligroso. En su interior el temor lo devoraba, Alissa había quedado a merced de Tadeus y sabía que la haría pagar cada día de su vida por la traición cometida.

De pronto algo sacó a Leonardo de sus pensamientos. Una luz se encendió en el cielo y algo descendió repentinamente, golpeando fuerte sobre el suelo, a unos pocos metros de él. Por un momento tuvo la esperanza de que su amada hubiese logrado atravesar el agujero temporal. Una vez que la luz se disipó, dejó al descubierto el cuerpo que había envuelto.

—¿Tadeus? —murmuró Leonardo al darse cuenta de que era su enemigo el que había cruzado el portal. Eso volvía todo cada vez más real. Ahora sentía alivio al saber que Alissa no caería en las manos de un cruel tirano, pese a que no sabía qué pasaría con él en ese futuro tan presente solo con Tadeus.

En medio de toda la confusión y el caos, tuvo una idea. ¿Alissa también habría logrado atravesar el portal? Pero aquel hoyo gris que giraba sobre sus cabezas se cerró, provocando desasosiego en el joven amante.

Tadeus se sentía igual de confundido que Leonardo, pero al ver a su oponente frente a él, todas las dudas se despejaron. Ambos caballeros se pusieron de pie mientras los comentarios y murmullos de las personas se hacían más fuertes. Ambos jóvenes se miraron con todo el odio que los embargaba.

Los curiosos comenzaron a acercarse —solo aquellos que se atrevieron—. Algunos los filmaban con sus teléfonos móviles y lo subían a YouTube. Otros sacaban fotografías y las enviaban a sus conocidos o las posteaban en sus redes sociales.

Alissa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora