♠ Bienvenida a la Oscuridad ♠

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  • Dedicated to Carolina Ravida
                                    

Oscuros y nuevos sentimientos crecían dentro del pecho de Alissa. El odio y la rabia se apoderaron de su corazón. Eran emociones que jamás había experimentado y la ahogaban, parecían cuchillas que atravesaban su delicado corazón, el cual ya había dejado de latir hacía varios minutos.

Su putrefacto corazón albergaba resentimientos y una sed de venganza hacia cualquier tipo de ser viviente. Ya nada le importaba. Todo lo había perdido y culpaba mucho a Leonardo por no protegerla. Pero a pesar del odio que su muerto corazón sentía por él, continuaba amándolo.

Amor y odio se entrelazaban entre sus lágrimas, que ardían como bolas de fuego al deslizarse por sus pálidas mejillas. Tantas emociones mezcladas la estaban haciendo débil ante los nuevos caminos que se abrían para ella. Una nueva vida en las tinieblas la esperaba.

—Bienvenida a la oscuridad —susurró su macabra silueta en el espejo—. Este es el lugar donde las pesadillas se hacen realidad.

Enojada y frustrada, Alissa cerró su puño y golpeó con todas sus fuerzas el espejo mágico, derribándolo por completo. Miles de cristales rotos se esparcieron por el suelo, liberando una luz blanca que iluminó aquel inhóspito lugar. Aquella bella luz se fue desvaneciendo lentamente hasta desaparecer por completo.

Alissa miró con asombro sus manos al darse cuenta de que no había sentido dolor y notó que de su herida no fluía el elixir indispensable de los humanos: ya no corría sangre por sus venas.

Al notar que su reflejo malvado y aterrador se materializaba frente a ella, corrió en medio de la oscuridad intentando escapar de aquel feroz demonio.

—No podrás escapar, soy una gran parte de ti —vociferó aquel espectro, riendo con sarcasmo.

Aquella risa hacía eco en la oscuridad, lo que aterraba a la joven. Corría cada vez más rápido, alcanzando una velocidad que nunca antes había logrado. Se detuvo con brusquedad al notar el final del camino. Delante de ella había un abismo aún más oscuro y perverso. Se sintió acorralada por sí misma: "¿Y ahora qué?", pensó aterrada mirando a su alrededor.

Cuando su mitad malvada la alcanzó y se paró frente a ella, Alissa suspiró y supo que tenía que saltar. No había forma de aferrarse a la vida que ya no poseía, por más que lo intentara, todo estaba perdido. No lo pensó más, saltó dejándose llevar por el horror y el vértigo que nacía en su cuerpo. Vio a su otra mitad saltar. Era un gran abismo el que las separaba, pero en el fondo sabía que su otra mitad la alcanzaría tarde o temprano.

Todo se tornó en oscuridad absoluta a medida que sentía que caía. Ya no le era posible distinguir su silueta. En lo único que pensaba era cuándo terminaría esa pesadilla.

—¡Eso es! —pensó con emoción—. Es una pesadilla. Debo pensar en un lugar más bello.

Quiso imaginar un jardín con un gran árbol en el medio y un bello atardecer en el horizonte. Le recordaba el lugar al que escapaba por las noches feliz y enamorada con Leonardo. Permaneció con sus ojos cerrados divisando aquel lugar en su mente hasta que sintió algo espeso que la devoraba y la ahogaba en lo incierto. Un fluido donde se sumergía con violencia y desesperación. Sentía que era devorada por sus demonios internos. Abrió sus ojos y todo era rojo carmesí a su alrededor. Se saboreó. ¿Acaso eso era sangre? Sabía delicioso, era como un dulce néctar.

—¿Te gusta? —preguntó con ironía su otra mitad y la devoró tan rápido como pudo, sin dejarla escapar. 

 

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Alissa ✔️Where stories live. Discover now