CAPÍTULO 12

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- ¡Tom! ¿Qué haces aquí?

- Vine a recogerte, para ir al instituto.

A Becca se le dibujo en seguida una sonrisa en la boca. No podía creerse que Tom estuviese ahí sólo para llevarla a ella al instituto. Pero antes de nada tenía que hacer algo.

- Gracias, Tommy. Pero antes... ¿podemos hablar? Aún tenemos tiempo.

El chico suspiró, pero acabó asintiendo. Se sentaron en un banco cercano.

- Tom... Sé por experiencia, que hablar de estas cosas no resulta nada fácil, pero quiero que sepas que si en cualquier momento, necesitas hablar sobre lo de tu padre o algo así, que sepas que estoy y estaré siempre a tu disposición.

- Becca, no...

- Lo sé, lo sé. Sé que es difícil hablar de ello. Yo antes de conocerte, no había hablado de la muerte de mi madre con nadie - Becca bajó la mirada, porque sentía que iba a llorar, y no quería que él la volviese a ver así. Ya eran muchas las veces que la había visto derramar lágrimas.- y... Bueno, lo que quiero decir es que, tú me has ayudado muchísimo, a pesar de que nos conocemos desde hace dos días, y que yo te quiero devolver todo lo que has hecho por mi.

Tom, sonrió de lado, aunque esa sonrisa no le llegó a los ojos. De repente se puso serio.

- Un día, íbamos en coche todos. Mi madre, mi padre, mi... - respiró hondo y continuó.- Mi hermano, y yo.

Becca, de repente, se acordó de la foto que había visto en casa de Tom. Aquel niño pequeño su hermano. ¿Dónde estará? se preguntó.

- Mis padres iban discutiendo, como siempre. Yo le había puesto unos auriculares a mi hermano, para que se entretuviese escuchando musica, y no hiciese caso a la discusión. Yo aquel día estaba de mal humor, y les grité que se callasen. Ambos se giraron a verme, y de repente todo se volvió oscuro.

- Tommy...

- Lo siguiente que recuerdo, es despertarme en el hospital, y ver a mi madre llorando, abrazada a mi abuela... Mi hermano murió en el acto. Mi hermano murió y yo no pude evitarlo. Murió por mi culpa, joder. ¡Por mi puta culpa!

Tom se levantó rápidamente, y Becca con él. Cuando la chica se le acercó, pudo ver como estaba llorando. Nunca lo había visto llorar.

- Tom...- dijo Becca rozándole el brazo.

- Murió por-por mi cul...

- ¡No! Oh, Dios, Tom... ¡No murió por tu culpa! ¡No vuelvas a decir eso, nunca!

-Pero es la verdad. Si yo no...

- No es la verdad, ¿vale? No fue tu culpa... - y le abrazó con todas sus fuerzas. Al principio él no le correspondió, pero acabó aferrándose a ella.

De repente, Tom empezó a susurrar.

- Mi padre era el que conducia. Se culpaba por el accidente, y el muy cobarde, en vez de afrontarlo con su familia... Se largó. Nos dejó a mi madre y a mi sin nada a lo que aferrarnos...

Becca sintió que una lágrima se le escapaba. Nunca podía haberse imaginado, que aquel chico que le dio un pañuelo hace dos días, el chico que parecía que nunca perdía la sonrisa, estuviese tan roto por dentro.

- Es por eso, por lo que no soporto que me llamen por mi nombre completo...- dijo él, separándose poco a poco. - Cada vez que mi madre me llama, un nudo se me forma en la garganta.

- ¿Superó tu madre que tu padre se fuese?

- Ella dice que sí, pero no lo sé. Es muy difícil perder a un hijo, y más si tu marido te abandona cuando más lo necesitas. - Tom sonrió con ironía.- Bueno, pequeña, será mejor que nos vayamos al instituto. Ya llegamos con una hora de retraso...

- ¿¡Una hora!?

- Sí, así que será mejor que corramos.

Becca recogió su mochila del suelo, y se la colgó al hombro. Tom la cogió de la mano, y rápidamente empezaron a correr hacia el instituto.

- Más rápido. - gritó Tom.

- ¡No puedo! Soy paticorta. - contestó Becca.

- A demás de pequeña, paticorta... Ya era lo que me faltaba. -dijo riéndose. Cogió a la chica desprevenida, y se la subió a la espalda. - ¡Ahora ya no te puedes quejar!

Dame una sola razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora