CAPÍTULO 1

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Se despertó sobresaltada y con un sudor frío que le recorría la frente. Desde hacía seis meses, sus pesadillas se repetían noche sí, y noche también.

Se levantó de la cama, y por un segundo la habitación le dio vueltas. Fue hacia el baño, y cuando observó su cara en el espejo, se asustó de su propio reflejo. Tenía unas bolsas amoratadas que le enmarcaban los ojos, y la piel pálida, casi traslúcida, por lo que decidió echarse agua por la cara para relajarse.

- Hoy es un nuevo día Becca, todo cambiará. - se dijo.

Quería creérselo. Quería creer que todo cambiaría, que volvería a sonreír como lo hacía antes del momento que le cambió la vida, pero sabía que no podría, que el mero hecho de pensarlo era engañarse a sí misma.

- Buenos días Rebecca, hija. - dijo su padre.

- ¡Te he dicho una y mil veces que no me llames así! - dijo elevando la voz. - Y llama a la puerta antes de entrar, ¡por Dios!

- Hija yo...


- Déjame en paz, ¿si?

- Pero...


- ¡Que te largues! - dijo mientras empujaba a su padre hacia la puerta, y se la cerró en la cara, dejándolo con las palabras en la boca.

Empezó a arreglarse para ir al instituto, aunque decir la palabra "arreglarse" en su caso, no era muy apropiado, ya que cogía lo primero que encontraba en el armario sin preocuparse de si combinaba o no.

Cogió su mochila, metió el estuche y una libreta, y la cerró. Se la colgó al hombro y salió de la habitación dando un portazo. Cuando iba a salir por la puerta principal, su padre se interpuso en su camino.

- No desayunas Re... - se calló cuando vio la intensa mirada que su hija le dirigía. - Perdón. Becca.


- No.


- Pero...

Antes de darle tiempo a nada, Becca abrió la puerta, bajo las escaleras y salió a la calle. Se puso sus auriculares, y comenzó a sonar "Life in color" de One Republic, pero rápidamente cambió la canción.

- Mi vida no es de colores...

Dame una sola razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora