CAPÍTULO 21 || Último capítulo

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Lo único que Becca era capaz de hacer en ese momento, era gritar con todas sus fuerzas mientras su padre la arrastraba de un brazo. No se podía creer aquella situación. Aquel definitivamente era el peor día de su vida.

Frente a ella, veía a un Tom destrozado, al cual le resbalaban varias lágrimas por las mejillas. Aquella imagen le desgarraba el corazón más que nada. En aquel momento, lo único que quería hacer era soltarse del agarre de Carlos e ir corriendo a esconderse bajo los brazos de su chico. Pero no podía.

Carlos tiraba con todas sus fuerzas de Becca, arrastrándola hacia el coche.

- ¡Suéltame! ¡No puedes hacerme esto!

Carlos no le contestó y la metió en la parte de atrás del coche a la fuerza, y puso el seguro por si acaso.

Becca apoyó la cabeza en la ventanilla y se abrazó las piernas. Fijó la mirada en el exterior, y se arrepintió de hacerlo, porque vio a un Tom desesperado, corriendo hacia el coche. Su padre se dio cuenta y rápidamente aceleró y escapó de allí. Becca comenzó a dar golpes a la ventana gritando el nombre de Tom, pero el ya no podía escucharle. Su imagen se disipaba conforme ellos se alejaban. Estaba demasiado lejos.

Finalmente se dio por vencida y escondió la cabeza entre las rodillas, hasta que la rabia explotó dentro de ella.

- ¡Te odio! ¡Te odio con todas mis fuerzas!

- Es lo mejor para ti. - dijo Carlos en un susurro casi inaudible.

- ¿¡Que es lo mejor para mi!? ¡Que mierda sabes tú de lo que es mejor para mí!

- Soy tu padre.

- ¡Siempre dices lo mismo! No me importa que seas mi padre... No sabes lo que es bueno para mí. - le reprochó ella al borde de las lágrimas. No podía llorar allí. No delante de él. Tenía que demostrarle que era fuerte, aunque por dentro se estuviese muriendo de dolor. - ¡Me estás quitando lo único bueno de mi vida!

Carlos la miró por el retrovisor, pero no añadió ni una sola palabra. Llegaron a la casa y Carlos volvió a coger a la fuerza a Becca por el brazo, arrastrándola dentro del piso.

- Empieza a hacer la maleta.

Becca se quedó petrificada.

- ¿Qué?

- Ya me has oído. Recoge todo lo que te quieras llevar, nos vamos en dos horas.

- ¡No! ¡No me pienso ir de aquí! ¡No me puedes obligar!

- ¡Claro que te puedo obligar! De hecho, lo estoy haciendo. Si no quieres hacer tu maleta, la haré yo.

Dicho esto se metió en la habitación de su hija, y empezó a vaciar el armario encima de la cama. Cogió la maleta del estante de arriba, y comenzó a llenarla de ropa.

Cuando Carlos metía una prenda de ropa en la bolsa, Becca la sacaba.

- ¡No me hagas esto! ¡Si me quieres no me obligues a alejarme de él!

- Precisamente porque te quiero, te alejo de él. No es chico para ti.

- ¡Que sabrás tú si es para mí o no! ¡Eso tendré que decidirlo yo!

Carlos no añadió nada más. Terminó de meter la ropa en la maleta, mientras Becca le observaba atónita. No podía hacerle aquello. Simplemente no podía.

- ¡Dios! ¡Te odio con todo mi corazón! ¡Te odio!

Su padre cogió la maleta de encima de la cama, y caminó hacia la puerta de la habitación.

- ¡Eso lárgate! ¡Lárgate de aquí!

Justo cuando iba a salir, Carlos apoyó la maleta en el suelo, y se acercó con gran agilidad a su hija, y en un rápido movimiento, le quitó el móvil del bolsillo.

- Me encargaré de que no vuelvas a verlo, ni hablar con él. Te lo juro.

Salió de la habitación, y Becca, con todas las fuerzas que le quedaban, cerró la puerta con un portazo. Aquello no podía estar pasando. No podía ser real. Seguramente estuviese durmiendo, y fuese simplemente un mal sueño. Se pellizcó las mejillas, y la realidad le golpeó con tal fuerza que empezó a llorar sin consuelo. Aquello era real. Dolorosamente real, y no sabía qué podía hacer para arreglarlo.

Corrió hacia su cama y se tiró en ella, para llorar sola, en la oscuridad de su triste habitación, mientras fuera de aquellas cuatro paredes el mundo parecía estar desmoronándose y llevándose a Becca al fondo de un pozo profundo y negro, del que no tenía la seguridad de si podría salir alguna vez.

Y muy a mi pesar, aquí está el último capítulo. Antes de que me matéis, quiero decir, que aún queda un capítulo especial que subiré el viernes, y el epílogo, que subiré dentro de una semana.

¡Gracias por leer! Besos

Bela xx

Dame una sola razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora