Capítulo 17 "Triángulo de las Bermudas"

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- Temo decirlo pero se ven bien juntos. Ella sigue luciendo demasiado para él pero, Omar no deja de ser heredero al trono. Todo futuro rey debe tener una mujer así al lado. –Hiram suspiró dramáticamente mientras miraba bailar a Azima con Omar y O'Connel a su lado emitió una risita un tanto amarga.

- ¿También eres del club de fans de la princesa?

- Más bien del club de los enamorados. –Hiram se llevó una mano al corazón.

- Ella ya ama a alguien. –A O'Connel no se le había pasado por alto el rostro de Azima esa noche en que prácticamente huía de Azzam. Quizás para alguien un poco menos perspicaz no hubiera sido notorio que la princesa parecía haber perdido su calma y control.

- Definitivamente no a Omar, eso no me lo creería. Ama el deber por su país.

- Y alguien más también se muere por ella. –O'Connel insistió viendo hacia otra pareja en la pista y sonrió al ver la cara de Azzam mientras bailaba con la rubia que él conocía muy bien. Parecía a punto de lanzarse sobre Omar y destrozarle la cara. La rubia parecía contenerlo mientras le hablaba al oído.

- Pareces estar muy divertido ¿Qué miras?

- A otro tonto enamorado. –O'Connel dio un trago a su bebida. –El tiempo se le acaba y creo que ya lo sabe.

*****

- Bueno, si no salimos de aquí provocaremos un incidente internacional que dejará mal a Durban y si bien no podría importarme menos la diplomacia. No quiero que Baasima me odie más si se arruina su boda.

- ¿A qué te refieres? –Azima había estado bailando muy cerca de Omar pues sentía que de alguna forma eso le daba cierto consuelo, el sentirse abrazada por alguien que la entendía. Había puesto su barbilla en su hombro y se había dejado llevar por la música ajena a todo por unos momentos.

- Azzam quiere matarme. –dijo lisa y llanamente logrando que Azima tropezara, él la sujetó por la cintura y evitó que ella se girara a buscarlo con la mirada. –No, no lo mires. Ignóralo.

- Solo quería fulminarlo con la mirada.

- Y de paso dejarle ver cuánto te afecta. Salgamos un momento de aquí.

- Pero...

Omar la sacó de la pista y eligiendo un pasillo al azar avanzaron hasta llegar a una sala de exhibición que a ella le recordó la que había en Andora pues estaba lleno de retratos antiguos. El solo recuerdo la golpeó y ella odió lo que sentía.

- Creo que deberías besarme. –Azima fue hacia él.

- ¿Perdón qué? –Omar estuvo a punto de tirar un busto tallado con la cara de algún antepasado de Ian.

- Quizás llegue a amarte de esa manera Omar. –dijo desesperada.

- Oh, cariño... -fue todo lo que dijo posando su mano en su mejilla. –Que daría porque así fuera y yo pudiera a su vez corresponderte. Todo lo que sientes, sabes que lo entiendo ¿verdad? Ese amor tan fuerte y toda esa impotencia por no poderlo llevar a buen puerto.

Los ojos de ella se anegaron de lágrimas.

- Odio las lágrimas. Son tan inoportunas. –carraspeó. Omar se acercó a ella y besó tiernamente su mejilla.

Vistos desde atrás parecía que se besaban. Lo siguiente que pasó es que Omar voló hacia un lado y aterrizó en el suelo. Una estatua se movió peligrosamente y la colocó como pudo pese a seguir en el piso. Azima miró asombrada al hombre que había hecho eso mientras Azzam miraba a Omar como si fuera un bicho rastrero y mantenía los puños fuertemente apretados. Listo para terminar de rematarlo.

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