Capítulo 1 ¿Qué rayos hice?

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Los novios al lado del rey y otros miembros más de la familia real entre ellos Gabriela y León estaban en el balcón con sendas sonrisas y envueltos en un ambiente festivo y dichoso. Habiba aun no tenia idea de como iba a cambiar la vida de las tres a partir de ahora, Baasima estaría por temporadas en Londres si bien, Ian había prometido establecerse en Durban para complacer a su esposa y porque a él también le agradaba el país. Sin embargo, ahora Baasima era una mujer casada, no es que ahora fuera a ser otra persona pero ya pertenecía al club de las no solteras y por si fuera poco Azima estaba cada vez más cercana a comprometerse ¿Qué sería de ella? nunca había sido insegura, nunca había sido tampoco una mujer que se sintiera sola, pero, siempre había estado al lado de sus primas ¿ahora qué? Estaba muy ocupada cierto, y ahora seguiría estándolo más que nunca para impedir brotara con toda su fuera la añoranza por Baasima y próximamente por Azima.

- ¿Qué es eso? –dijo el novio y ella apenas le prestó atención cuando puso su mano sobre sus ojos para evitar los tenues rayos del sol y ver mejor a la distancia. Baasima también miró hacia donde su ahora esposo observaba, Habiba solo notó que Ian no dejaba en ningún momento la cercanía de su esposa, tenia la mano firmemente puesta en su cintura. Suspiró, no por envidia, ella aun no se veía casada, ni lo deseaba al menos en breve, simplemente que ahora nada sería igual.

- Son gente en camellos. –dijo Baasima viendo como se acercaba una gran comitiva a camello y vestidos con ropa distintiva de una tribu. –Una comitiva.

- ¿Qué tribu son amor? –preguntó entonces Gabriela a León y todos lo miraron esperando respuesta, cuando vieron como León quedaba viendo tenso al rey, todos se tensaron de inmediato.

- ¿Qué pasa? –dijo entonces Ian con el ceño fruncido.

- Son los Al-Khaled. –respondió León con voz acerada.

- Bueno, por mí no pueden venir. –Gabriela acarició su incipiente embarazo y eso relajó visiblemente a León.

- Cierto. –dijo. -¿Padre los has invitado?

- No. –dijo el rey quien no dejaba de mirar en la distancia. –mira el estandarte que traen. –pidió con tranquilidad.

- Es un reclamo. –dijo otra voz y todos miraron a Omar quien parecía bastante interesado en el giro de los acontecimientos.

Desde que León había dicho que eran los Al-Khaled tres mujeres, una vestida de novia y otras dos habían ido retrocediendo para juntarse en una esquina. Ninguna se atrevía a decir nada, solo seguían escuchando y mirándose entre sí. Cuando Omar mencionó el reclamo, Habiba abrió los ojos con sorpresa y las otras dos la miraron con idéntico pánico.

- Pero, ¿a quien quieren reclamar? Es ilógico. –Gabriela era la única que había visto la reacción de las primas y había empezado a sentirse acalorada solo por imaginarse el lío que se avecinaba.

- Niñas... -dijo el rey sin voltear a buscarlas. El rey era la calma en persona, seguía sonriendo y saludando al pueblo. -¿podrían seguir actuando todos con normalidad? –pidió y enseguida todos se recompusieron.

- ¿Baasi? –dijo Ian percatándose de que no estaba a su lado, la posible amenaza había logrado que no sintiera a Baasima alejándose. Al ver que ahora sí que cuchicheaba con sus primas, Ian sintió que no era nada bueno. En ese momento Azima y Baasima amenazaban con estrangular a Habiba. –Oh, por Dios. –dijo simplemente y todos voltearon a verlas esta vez, las tres se quedaron estáticas al percibir que eran objeto de las miradas de los presentes.

- Creo que no me siento bien. –dijo Gabriela de inmediato y todos se giraron a verla con preocupación, era como un partido de tenis pero de miradas. León la tomó en sus brazos con rapidez no sin antes dar una última orden.

Princesas de DurbanWhere stories live. Discover now