Capítulo 6 "Operación tormenta del desierto I"

8.1K 1K 170
                                    


- Suelo apoyar todo lo que dices pero... no sé, no sé.

- Sueles apoyar lo que digo porque te encanta meterte en líos Habi.

- Y a ti armarlos. –rebatió.

- Los armo a petición de ustedes dos el 98% de las veces. –Azima vio a su prima con reproche. –Y solo porque a veces es necesario o estoy aburrida. –admitió.

- Pues ese 2% de los líos suelen ser peores que todo el 98% restante.

- ¿Desde cuando pones tantos peros?

- Estamos hablando de un secuestro. –Habiba murmuró viendo a todos lados.

- Un auto secuestro. –aclaró.

- Y por supuesto eso hace una gran diferencia.

- Ian no ha aparecido, de eso hace casi dos semanas y todo indica que esta vez si va a renunciar. Solo esto podría hacerlo volver.

Azima no había podido tener una audiencia con su tío porque esta vez había ido a ver a las tribus en compañía de Omar, ya que León había preferido estar al lado de Gabriela ahora con su embarazo, eso era sumamente comprensible, lo que era un hecho sin precedentes era que Omar hubiera accedido a ir, sospechaba que era porque sentía culpa y remordimientos por no haber sido tan filial con su padre todos los años al lado de Fátima, no porque quisiera el reino. El caso es que llevaban dos semanas en el desierto, lo que decía muchas cosas: que el rey estaba en inmejorable condición física, que Omar parecía querer reconstruir la relación con su padre y que ese viaje podía prolongarse, eso no sería tan desastroso si no fuera porque Ian no aparecía, amenazaba con renunciar y ella junto a Habiba ya habían averiguado todo sobre él, un poco demasiado tarde quizás. El hecho de que no hubieran prestado demasiada atención a sus antecedentes se debía a que jamás habían necesitado hacerlo. Baasima al parecer tampoco lo había hecho, pero su querida prima parecía estar en un estado de tristeza que se esforzaba por ocultar. Y ella no quería tener más días pensando en lo que su vida cambiaría si su tío accedía a su boda con Omar a cambio de la libertad a elegir de sus primas.

- ¿Y si se entera de que solo fue un engaño? El hombre es un buen adversario, además ¿te recuerdo que clase de empresa tiene?

- Una de seguridad, lo sé. –Azima se mordió el labio mientras cavilaba.

- Una de las mejores del mundo, protege empresas, famosos, princesas... -Habiba señaló hacia la habitación de Baasima en un gesto obvio. –No deberíamos estar en el pasillo. –se habían detenido a medio camino de la habitación de Baasima aun en desacuerdo sobre el siguiente paso a dar. Habiba tomó del brazo a su prima y la metió en un pequeño salón de té. Cerró la puerta. –El tipo tiene a los mejores trabajando con él, tú misma leíste que se sospecha que incluso rescatan personas de zonas difíciles. Da asesoría a gobiernos por Dios Santo.

- Fue militar sí, lo sé.

- Uno de elite Azi.

- No necesitas recordármelo.

- ¿Y el hecho de que es un futuro Conde tampoco? ¿Qué su familia está en el negocio de la banca? ¿Qué él suele trabajar esporádicamente con ellos también?

- ¿Eso qué? Les vendría genial una princesa árabe en la familia ¿Qué familia aristocrática no la querría?

- No es eso, es un hombre ocupado, mucho, nada tonto. Si nos descubre arderá Durban y nosotras junto con el.

- Si tú que dices a todo que sí pones tantas trabas... -Azima suspiró. –estás a punto de convencerme. –paseó de un lado a otro. –vamos con ella, contémosle de nuestro plan. Que sea ella la que decida.

Princesas de DurbanWhere stories live. Discover now