Habiba "Final"

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Una decena de chicos estaba en las cocinas comiendo con toda propiedad y hasta cierto aire aristocrático. Vestían como lo harían chicos de familias decentes. Azima estaba de igual modo sentada entre ellos comiendo y charlando animadamente, Baasima hacía lo mismo pero mientras Azi conversaba, ella se la pasaba haciendo preguntas en voz baja a los que tenía mas cerca.

- ¿Roban doncellas seguido? –les decía Baasi en un susurro. Los chicos de enfrente se atragantaron con la sopa. Azima solo movió la cabeza y la censuró con la mirada. -¿Qué? Quiero saber.

- Nunca lo habíamos hecho. –dijo un moreno de ojos enormes color café. No tendría ni los dieciocho años.

- Se notó, el ojo morado de mi prima lo atestigua.

- Jalil fue golpeado. –dijo un alto pero delgaducho chico con aun cara de niño. –Por eso no quiso venir.

- ¿Su jefe sabe que están aquí? –preguntó Azima.

- No, él no sabe nada.

- ¿Cómo rayos han podido esconderse?-Ninguno respondió a Baasima porque Zaím entró llevando de la mano a Habiba quien al verlos les sonrió abriendo los ojos un poco más de la cuenta, denotando así su nerviosismo. Al ver al Jeque todos se levantaron y le dedicaron una reverencia.

- Mi señora. –dijo el mayor después dirigiéndose a ella y a quien Habi reconoció pero no recordaba su nombre.

- Hola chicos ¿Cómo están todos? –sonrió casi exageradamente, menos mal Zaím no la observaba sino que miraba a todos y cada uno de los chicos con cuidado y atención.

Azima quiso golpearla un poquito nada más para que espabilara. Era irritantemente gracioso como es que Habiba podía ser considerada maestra del engaño y del disimulo pero no delante de Zaím. Ah, el amor...

- ¿De donde provienen? –preguntó Zaím acercándose sin soltar la mano aun de Habi.

- Del norte. –dijo tranquilamente el que por lo menos esa vez lideraba.

- No les hemos visto.

¿Del norte? ¿Del maldito norte? Pero si era la zona de búsqueda de Zaím. Habi empezó a sudar frío.

- Más allá de las zonas rocosas. Volvimos a la playa por unos días. nuestras madres disfrutan de la zona sobre manera.

- ¿De qué parte exacta del norte? –las preguntas de Zaím no eran ni de lejos cordiales, pero todos estaban demostrando una tranquilidad para envidiar.

- Provenimos de Islamabad mi señor. –Ese país colindaba con Durban y tenían buenas relaciones, y las tribus de frontera hablaban sin problemas el dialecto de la tribu de Zaím por la cercanía. Cruzaban frontera sin restricción alguna –frontera con Durban.

- Fueron muy amables con nosotras en nuestra estadía de quince días en la zona. –Azima recalcó el tiempo que ellas habían pasado allí por castigo de Zaím y Habiba al fin lo vio relajarse un poco.

- Deja de interrogarles. Quería darles hospitalidad por sus buenas atenciones. –Habi empezó a respirar con normalidad. Ellas por supuesto no dejaban cabos sueltos de ninguna de las maneras y habían hablado sobre lo que pasaría si ellos se presentaban. Azima confirmaría la historia de Habiba y cualquiera de ellas les advertiría a los chicos. Sonaba difícil de coordinar y ellas no habían pensado que seria necesario hacerlo, no los creían tan tontamente temerarios o hambrientos... -denles comida para llevar, el viaje es largo. -Todos la miraron con agradecimiento. –Yair cada que te miro parecer tener mas centímetros de altura. –el chico se sonrojó y los demás soltaron risitas.

Princesas de DurbanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora