Capítulo 13 "Nada. Absolutamente nada"

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- Estás muy callada. –le decía Azzam esa noche mientras cenaban.

Habían instalado en uno de los jardines, la mesa donde cenarían esa noche sin techo más que el cielo tachonado de estrellas. Había velas led por todos lados lo cual era idóneo pues de lo contrario se apagarían con el suave viento que soplaba. Ella había sonreído pensando en las ventajas de las luces modernas pero no había podido evitar emocionarse al ver los detalles de esa última velada. El ambiente se sentía mágico y luchó por permanecer serena. No había ayudado que momentos antes sus compañeritas de clase le hubiesen regalado un bordado hecho por todas, se había despedido de ellas lamentando el no poder volver a verlas de nuevo. Ni a ellas ni a nadie más en Andora. Prefería no volverlo a ver a él pero presentía que inevitablemente se lo toparía y en cierto modo eso sería peor.

- Estaba pensando.

- ¿En qué?

- En que no investigué más sobre Amina. –era verdad pero en ese momento no era cierto. Aunque lo lamentaría, no había tenido tiempo para hacerlo. Y después, francamente se le había olvidado.

- Fueron muy pocos días. –Azzam sonrió perverso al añadir: -Y te tuve ocupada.

- Deberías buscar más sobre ella y sobre el que fue su esposo. –prosiguió ella ignorando su comentario y aunque tarde esperando hacerle justicia a la memoria de esa princesa del desierto.

- Quizás no es la del retrato. Quizás solo fue la favorita en un enorme harén. –rio al ver su expresión de rechazo al mencionar la palabra harén. -¿Sabías que tengo derecho legal a uno?

- Me sorprende no lo hayas ejercido. –sonrió divertida.

- Tantas mujeres juntas... No creo sea buena idea.

- ¿No? Una para cada noche no creo que suene mal para la mayoría de los hombres.

- No soy como la mayoría de los hombres. –respondió contundente.

No, pero igual disfrutas de infinidad de mujeres. Con la precaución de no tenerlas a todas en el mismo sitio pensó con lo más cercano a la rabia. Se obligó a calmarse. Ella no era así maldita sea. Estaba siendo demasiado sentimental y solo lo era con su familia, nada ni nadie más. Le sonrió a medias.

- En serio sería estupendo que se encontrara más información sobre ellos dos. Y está en tus manos. –ignoró lo anterior.

- El libro que encontraste puede ser simplemente una recopilación de historias inventadas o mitad ciertas. No tenemos certeza. –aceptó que prosiguiera con el tema. -Pero, te prometo que haré que investiguen en la biblioteca buscando por algo que dé más indicios.

- Gracias. –le sonrió radiante.

- Si encuentro algo ¿querrías saberlo?

- Por supuesto.

- ¿Aunque ya estés casada? –la miró detenidamente.

- Por supuesto, no veo porqué no. –dudó y él lo percibió enseguida.

- En ese caso ¿vendrías personalmente a ver lo que se descubra? –preguntó con lentitud.

Si lo hiciera no le cabía duda de había un alto porcentaje de que terminara en su cama. Negó de inmediato. Él le sonrió burlón.

- No sería buena idea.

- ¿Miedo Azima?

- Precaución. Además no creo que pise Andora nunca más.

Princesas de DurbanHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin