—¡Cállate!

—¡Era broma! Más o menos...

No llevaba el tiempo contado, pero seguramente nos quedaban solo un poco más de cinco minutos para despertar del trance. Llevábamos corriendo un rato largo, mis piernas no daban más, sentía que caería rendida al suelo en cualquier momento. Se me agotaba el aliento, y más con ese calor infernal que hacía. 

Calor infernal... 

Infernal...

Nos adentramos corriendo al bosque, y a medida que acortábamos el camino hacia la tumba, el calor podía sentirse más y más fuerte. También tenía una fuerte sensación en el pecho y en el estómago, una que me daba ganas de vomitar de lo fuerte que era. El nombre de Chase no dejaba de repetirse insistentemente en mi mente, como si supiera que él estaría allí. Quizá el árbol que vi sí era una pista, quizá el lugar correcto sí era el bosque. Ese fuerte calor y ese malestar me lo gritaban.

—Espera, espera —Ryan me tomó del brazo para detenerme. Ambos estábamos sudando y muy agitados—. Shh... shh... no hagas ruido —dijo.

Lo miré confundida.

—¿Escuchas eso? —preguntó.

—¿Qué? —No oía nada.

—El silbido —susurró.

Presté atención.

Y sí. Lo escuché.

—He escuchado ese silbido antes —me dijo.

—Yo también —asentí, nerviosa—. De Chase.

—No nos pueden ver, pero no tienes que decir absolutamente nada dirigido a él, o esto también generará una grita, ¿me oíste? —habló muy serio—. Pase lo que pase, no digas nada dirigido a él. Quédate callada. O será peor.

Asentí.

—¡Déjalo en paz! —gritó alguien.

—Esa eres tú —me dijo Ryan, bien bajito. Esa es tu voz—. Nos acercaremos, pero recuerda lo que te dije —me tomó de la mano. Empezamos a caminar al lugar en dónde se oían las voces. Exactamente en la tumba de Chase.

El árbol que había visto era ese. El árbol que siempre le gustó a Chase.

Nos quedamos a unos metros de donde todo ocurría. Allí estaba yo, a unos metros del intimidante Chase, y mirando a Jason, quien estaba tirado en el suelo, sosteniendo su estómago como si le doliera mucho. Sentí el impulso de ir hasta a él, quería ayudarlo, pero recordé lo que Ryan me dijo. Además, él me sostenía del brazo en caso de que tuviera el impulso de querer ayudar a mi amigo. Tenía que controlarme. Era eso o generar una segunda grita y complicar más las cosas.

—El dolor no fue por la enfermedad de la abominación, fue por él —dijo Jason.

Chase lo pateó en el estómago.

—¿Por qué le haces esto? —Escuché que le pregunté a Chase.

—¿Creíste que no te iba a encontrar, preciosa? —la voz de Chase era venenosa—. Tal vez no pueda meterme directamente en tu mente gracias al hechizo que hicieron para protegerte de mí, pero debieron hacer uno para Jason también. Él estuvo presente en el sueño cuando te contacté la primera vez, y su mente no tenía protección alguna, así que me metí en la de él, y no hizo falta esperar a la noche a que se durmiera. Le causé un dolor horrible hasta desmayarlo, y pude tener acceso completito a su cabeza. Y gracias a eso, te tengo frente a mí otra vez, nena...

Así solía decirme él... Lo hacía para provocarme.

—No me llames así.

—¿Por qué? ¿Te duele?

—¡Basta! ¿Qué es lo que quieres? Deja a Jason en paz, haz que despierte. Sal de tu cabeza.

—Bueno, puedo hacerlo tranquilamente, pero con una condición —dijo.

—Que te toque, ¿verdad?

—Que me toques —respondió Chase. Vestía con la misma ropa negra con la que murió. Sus brazos estaban detrás de su espalda derecha, y a pesar de que lo estaba viendo de costado, podía sentir esa mirada penetrante que ponía.

—Sé lo que pasará si lo hago. Ni lo sueñes, Chase.

—Hace una semana que Jason está dormido. Ahora no lo notas, pero cada día que pasa voy consumiendo su energía, consumiendo su vida, y su cuerpo empezará a demacrarse hasta morir. Y cuando muera, no dejaré que encuentre paz, lo llevaré al infierno. Esto es lo que pasará si no me tocas.

—Skyler, ni se te ocurra —dijo Jason.

—¡Tú cierra la puta boca! —gritó Chase. Dios... qué había pasado con mi chico...

Miré a mi hermano.

—Matará a Jason si no lo toco.

—¿Ves lo que hacen los demonios? Chantajean, engañan, confunden, manipulan. No dejes que se meta así en tu cabeza, no dejes que te manipulen.

—Pero lo consumirá hasta matarlo. Es Jason. Es mi mejor amigo. Lo amo.

—Al menos ya sabemos que no se trata de ninguna enfermedad por la abominación, se trata de que Chase está en su mente. Buscaremos algo para sacarlo de ahí.

—¿Por qué no chantajea a Jason para que él mismo lo toque? 

—Porque tú hiciste contacto primeramente con él. No Jason.

—Lo mataré si no lo haces. No tienes mucho tiempo. Llegará el día en que veas a Jason tan mal que me tocarás y dejarás que tenga acceso a la vida. Pero recuerda que, mientras más tiempo pase, Jason más empeorará, y no podrás salvarlo. Si te tardas, es una muerte segura para él.

—¡Eres un hijo de puta!

—Nena, eso es un halago para mí.

—¿Qué lo detiene de matarlo ahora?

—Jason es la ventaja de Chase. Es lo que te digo: lo usa para chantajearte.

—Recuerda, Skyler —Chase se acercó unos pasos a la otra Skyler—: lo que le pase aquí a Jason, le pasará a él en la vida. No te tardes en darme lo que quiero. No vaya a ser que me tientes a morderlo y convertirlo en vampiro.

—Tú no puedes hacer eso —le dije—. Ya no eres vampiro. Solo eres un demonio.

Chase rio.

—¿Estás segura de eso?

¿Te gustó el capítulo? Deja tu comentario. Gracias por leer.

 Gracias por leer

اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.
Atracción destructiva +18حيث تعيش القصص. اكتشف الآن