Asentí. Tomé de la mano a mi hermano. Nuestra sangre debía mezclarse.

—Mors somnia confusa mente rursus praeteritorum memoriam reducant —pronunciamos al unísono y con los ojos cerrados.

Con Ryan abrimos los ojos y nos observamos. Mi madre estaba en el mismo lugar que antes, al igual que Luke, y todo a nuestro alrededor se veía normal. No había funcionado.

—¿Ves? No pasó nada. Esto es tonto —dije molesta, y me levanté del sofá al mismo tiempo que Ryan.

Ahí sentí un escalofrío grande recorrerme entera.

—¿Qué mierda? —solté. De estar todo normal, todo se volvió oscuro y frío. Podía vernos a Ryan y a mí sentados en el sofá, con nuestras manos juntas, y también seguía viendo a mamá y a Luke parados. ¡Podía verme a mí misma!

—¿Ves lo que yo veo? —preguntó Ryan a mi lado—. ¿Puedes verte a ti misma?

—Sí —asentí, sorprendida.

—¿Los ves? Sí funciona.

—Ya veo...

—Tenemos media hora antes de despertar, veamos qué es lo que soñaste anoche.

Miré a mi alrededor. Parecía ser de noche y el frío me ponía nerviosa.

—Hace frío.

—Lo sé...

—No hacía tanto frío cuando estábamos despiertos —dije.

—Es porque esta no es la vida, es el punto medio, Skyler. Tu sueño no parece haber sido bonito... El frío parece... demoníaco.

Se me heló la sangre.

—¿Dónde veremos lo que soñé?

Negó.

—No tengo idea —pensó—. Aquí en casa se ve todo normal, probablemente no estuviste aquí en tu sueño. Tenemos que encontrar rápido el lugar porque se nos acaba el tiempo.

—¿Dónde buscamos?

—No sé, piensa tú que eres la dueña del sueño. Recuerda lo que esa imagen tiene. Busca algún detalle que nos dé una pista.

—Ehhhh —pensé—. ¿El bosque? —le pregunté, mirándolo.

—Y yo qué sé, no me preguntes a mí, no sé qué imagen es la que tienes en la cabeza.

Mierda.

—¿Qué te hace preguntar si es un bosque? —Quiso saber.

—Vi un árbol detrás de él.

Me miró mal.

—¿Un árbol? Skyler, el pueblo está lleno de árboles.

—¡Es que no sé! Lo digo porque en el bosque está la tumba de Chase y quizá eso tiene que ver... —me encogí de hombros y luego acaricié mis brazos. Hacía tanto frío—. No hay tanto tiempo, no podemos pensar en qué otro lugar porque se nos hará imposible.

—¿Quieres que vayamos allí? Nos tomará tiempo.

—Corramos —sugerí. Ryan bufó.

—Bien —me tomó de la mano—. Quiero que corras lo más rápido que puedas. ¿Oíste?

Asentí.

El exterior de la casa estaba desierto, no existía un solo ruido y el cielo estaba cubierto de nubes. Y un detalle aterrorizador: afuera hacía muchísimo calor.

—¿Es normal que adentro hiciera tanto frío y aquí tanto calor? —le grité mientras corríamos.

—Lo dudo mucho. Tus cabeza da mucho miedo, mujer, la próxima vez entrará Luke contigo. No me sorprendería ver algún fantasmita por aquí.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora