CAPITULO 157

3K 196 3
                                    

· POCHE: En realidad aun no -correspondiendo a la sonrisa
Ahora hay que esperar los resultados del proyecto, así que no cantemos Victor por el momento.
Víctor: Lo eres. ─sentenció Victor, dejando un cálido beso en mi frente ─
Eres la mejor psicóloga del mundo.
PAULA: Vaya, gracias por la parte que me toca ─espetó PAULA con una sonrisa. ─
Victor: Tú eres la mejor novia del mundo ─respondió encogiéndose de hombros Como psicóloga no te conozco. Y... es mi hermana. No puedo ser objetivo. POCHE: Gracias por la parte que me toca ahora a mí.
Victor: Quiero decir que para mí, siempre vas a ser la mejor en todo. ─aclaró frunciendo el ceño ─
Yo no sé para qué me esfuerzo. Es imposible quedar bien con ustedes. PAULA: Pero nos amas ─susurró PAULA, mirándolo con picardía. ─
Victor: Esa es su salvación y mi condena. ─finalizó dándole un pequeño beso en los labios
Voy a ver si papá y mamá siguen por aquí. Nos vemos en un rato. ─me guiñó un ojo y se dio la vuelta para marcharse. ─
¡Cuídamela!. POCHE: ¿A quién se lo estás diciendo? ─pregunté confundida observándolo alejarse. Él, se dio la vuelta y nos miró a ambas.
Victor: A las dos. ─aclaró con una sonrisa ─
Cuando se pelean, se vuelven insoportables.
Volvió a voltear y se marchó definitivamente, dejándonos a solas.
POCHE: No estamos peleadas ─murmuré como si todavía pudiera escucharme y miré a PAULA, sonriendo al ver la forma en la que continúa mirando a mi hermano. ─
Tienes cara de idiota.
Dicha cara se esfumó, y me lanzó una mirada fulminante que no dejaba de ser graciosa.
PAULA: Pero tú si estás un poco insoportable. ─contraatacó. ─Gracias por tu eterna sinceridad.
Le sonreí y ella también sonrío, dejando escapar un suspiro y apoyando sus espalda en la barandilla. Yo volví a mi antigua posición, apoyando las manos en la misma para contemplar los árboles que se veían en el frondoso bosque que hay detrás de la casa. ─
PAULA: Victor tiene razón. ─volvió a hablar después de un instante ─
Lo eres, POCHE.
POCHE: ¿Insoportable? ─pregunté frunciendo el ceño ─
Ya me lo acabas de decir. PAULA: Psicóloga ─aclaró ─Una buena psicóloga. Independientemente de lo que ellos consideren que debe ser una psicóloga, e independientemente de lo que también tú creas, por tus venas corre la vocación de ayudar. Y eso te convierte en más doctora que a muchos de los profesionales que hay por el mundo. Realmente quiero felicitarte y esta vez no te estoy hablando como amiga o como cuñada. Sino como profesional de una disciplina tan complicada. Conseguir modificar algo, por pequeño que sea, en la vida de un ser humano, es una tarea más difícil de lo que la gente cree. Conseguir crear un mínimo de ilusión, en una persona que tiene un corazón tan lastimado y vacío, es un trabajo de años, de terapias, de charlas y más charlas, con las que quizás nunca se llegue a conseguir nada. Pero tú lo lograste en apenas unos meses. Es más, me atrevería a decir que pusiste un grano de ilusión en su vida desde el primer minuto. Fuiste la chispa, que la hizo frenar en su huida sin sentido. Y todo, simplemente con amor. Y sé que has sufrido, POCHEn. Ha pasado más de un año y sigues hablando de ella como si fuera... POCHE: Lo mejor que me ha pasado en la vida ─sentencié clavando mi mirada en ella ─siempre lo será. ─me encogí de hombros y suspiré ─
¿Ya no estás enfadada conmigo?

PAULA: Nunca lo he estado ─aclaró ─
Pero me da impotencia, POCHE. Cuando tomas esa actitud de no escuchar a nadie y te cierras. Me da impotencia. Porque sé que sufres, que has estado sufriendo. A pesar de las palabras bonitas que hayas dicho hoy y de que lo bueno sea superior a cualquier otra cosa. Sé que sufres y no soporto que me apartes. Por eso me desespero y me dan ganas de darte un cogotazo para que reacciones.
POCHE: PAULA, ─volví a suspirar
eres mi ejemplo profesional, mi mejor amiga y además, mi cuñada. Eres una hermana para mí y una de las personas más importantes de mi vida. Te aseguro que lo último que pretendo, es apartarte. Pero yo sólo... soy así ─me encogí de hombros ─Me pierdo, constantemente. Y necesito encontrarme por mí misma. PAULA: Todos nos perdemos. Todos hacemos gilipolleces y cometemos errores. Pero mi misión, como tu mejor amiga, como tu cuñada y como tu hermana, siempre será tratar de evitar que los cometas.
POCHE: No lo iba a hacer ─le aclaré, dejando caer mis hombros con pesadez ─
No me iba a acostar con Cris la otra noche, aunque me hubiera quedado con ella. Sólo estaba tratando de disfrutar de una noche agradable sin pensar en nada. Pero no la iba a utilizar, cuando sé que no estoy preparada aún. Y sí, no te voy a negar que me encantaría tener la certeza de que algún día, una mujer me hará sentir lo que me hizo sentir DANIELA. Porque me da pánico que no sea así. Y puede que esté confundida también en eso. Puede que no deba aspirar a sentir lo mismo, porque puede que no suceda jamás. Pero Cris es una mujer increíble y querer conocerla, no es un delito.
PAULA: La extraño. ─me dijo sin más, consiguiendo confundirme.
POCHE: ¿El qué?
PAULA: La cara de idiota con la que aparecías cada mañana en mi despacho. El brillo en tus ojos al mirarla o al hablar de ella. Esa sensación que me dabas al mirarte, cuando DANIELA pasaba por delante de ti. Era como si tu mundo se tambaleara de tal forma, que tenías que agarrarte a cualquier cosa para sostenerte en pie. Era bonito verlo, porque a pesar de la preocupación que me hacías sentir, te veía viva. Te veía vivir en una montaña rusa constante de emociones, que lejos de ser perjudicial, te llevaba a una calma absoluta. ¿Por qué? ─me preguntó con cierta expresión de curiosidad ─
¿Qué te hizo enamorarte de ella? ¿Por qué ella y no otra? Perdí mi mirada en el bosque durante unos segundos y suspiré, antes de comenzar a hablar.
POCHE: ¿Alguna vez has sentido una conexión tan fuerte con alguien, que te basta una mirada para comprender y sentirte comprendida? Estoy segura que sí, ─aseguré volviendo a enfrentarla ─porque es lo que veo, cuando miras a mi hermano. Victor y tú son las dos últimas personas que pensé ver enamorados algún día de mi vida. Ambos disfrutaban de la soltería, coqueteaban con todo lo que se moviera, y eran incapaces de comprometerse. Pero de pronto, se encontraron, y nació entre ustedes algo que no había nacido con nadie más. Eso me pasó a mí con DANIELA. ─volví a suspirar ─
No fue un amor a primera vista, ni algo que surgió de la nada. Pero no sabría explicarte en qué segundo exactamente sucedió, o en cuál de las miradas comencé a sentir diferente. Simplemente puedo decirte que cada tarde, me sentía más y más unida a ella. Cómo si habláramos un idioma que nadie más iba a poder entender. Cómo si el simple hecho de estar la una frente a la otra, cada día, nos estuviera uniendo de una forma muy sutil y silenciosa. Tanto, que cuando quise darme cuenta, ya estaba hecho.
PAULA permaneció observándome en silencio, cómo si algo se le estuviera viniendo a la mente.
PAULA: ¿Has escuchado alguna vez hablar de la conexión cuántica? ─me preguntó, provocando que negara confusa.
Es cuando dos partículas que en algún momento estuvieron unidas, quedan de algún modo relacionadas para siempre. No importa la distancia entre ambas. Aunque se hallen en extremos opuestos del universo, la conexión entre ellas, es instantánea y eterna.

POCHE: Nunca lo había escuchado. ─reconocí ─
Pero en algo sí tienes razón; siempre voy a estar unida a ella, aunque nos encontremos en extremos opuestos del universo. Jamás podré olvidar lo que me hizo sentir. Lo que me hizo vivir en unos meses.
PAULA: ¿Aún estás enamorada de ella? La pregunta me pilló completamente desprevenida. No me lo esperaba y no fui capaz de responder con rapidez. Quizás porque es algo que no me pregunto desde hace mucho.
POCHE: ¿Cómo puedo saberlo? Si hace más de un año que no la veo. ¿Cómo puedo distinguir si lo que siento es amor o nostalgia por los recuerdos? He querido salir con otra mujer. Quiero conocer a otra mujer. Supongo que eso es un paso. Supongo que eso me sitúa un poco más cerca de... avanzar.
PAULA: O significa que tienes miedo. ─sugirió ella, echando por la borda mis teorías, como siempre ─
Miedo de aceptar que sigues enamorada de una persona que ya no está. Que su marcha te devastó, aunque no lo digas en voz alta. Que vives en un conflicto constante, porque una parte de ti desearía que estuviera aquí y la otra, siente que está en el mejor lugar que puede estar. Porque sientes que si la extrañas, eres egoísta y porque lo único que te mantiene fuerte, es saber que está luchando. El día en el que te despiertes y DANIELA no sea lo primero que venga a tu cabeza, el día en el que te vayas a dormir y no pienses en ella al cerrar los ojos, el día en el que dejes de quedarte ausente en medio de una conversación, porque algo te hace recordarla, logrando que te brille la mirada. El día, en el que esos momentos, dejen de ser los únicos que aceleran tu corazón. Ese día, sabrás que ya no estás enamorada. ─concluyó ─
Y si aun así, no te parece suficiente, si crees que necesitas una prueba más. Espera diez segundos, y dime lo que sientes.
Su repentina sonrisa y su silencio posterior, me confunden.
Xxx: Buenas noches, ─susurra una voz, dando un vuelvo inmediato a mi corazón. Me doy media vuelta de manera automática, y siento que mi mundo se desmorona, en el instante en el que me encuentro de frente con esos OJOS CAFES que pensé no volver a ver jamás. Es ella. DANIELA. Está aquí. El corazón se me acelera, la respiración se detiene y me siento obligada a agarrar fuertemente la barandilla que tengo a mi espalda. PAULA: Esa, ─susurra PAULA junto a mi oído ─ es la cara de idiota. No te conformes con menos.
Deposita un cálido y tierno beso en mi mejilla y comienza a caminar para alejarse del lugar, pero justo en el momento en el que pasa junto a ella, pone una mano sobre su hombro y la veo ejercer una ligera presión. Ambas se miran y se dedican una sonrisa. PAULA acaricia su rostro con dulzura y se aleja definitivamente, provocando que su mirada, esa mirada que durante tanto tiempo he extrañado, esa, que es la única capaz de conseguir empañar mis ojos, vuelva a clavarse en mí. Entonces, me sostengo más fuertemente a la barandilla, como si sintiera que en cualquier momento, mis piernas van a dejar de mantenerme en pie.
Está aquí.

REGRESA A MI.Where stories live. Discover now