CAPITULO 3

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· La chica me deseó suerte, con una amable sonrisa y las puertas volvieron a cerrarse, alejándola de mi vista. Entonces, observé los botones que indicaban los diferentes pisos del edificio y me maldigo, al darme cuenta de que no recuerdo las instrucciones que acaba de darme hace tan solo unos segundos.
POCHE: Al final del pasillo ─trato de recordar en voz alta ─Una puerta con un cartel, que anuncia el despacho de la Doctora GALINDO... Pero... ¡¿Qué piso?! ¡Empiezas mal, POCHE! De verdad, que bonita Psicóloga pretendes ser, si no prestas atención a las personas. Que maldita manía tienes, de ausentarte en los momentos menos adecuados... ─definitivamente, los reproches hacia mí misma, no van a conseguir que adivine el camino ─¿Y si comenzamos por el número uno? Quizás allí haya alguien a quien le puedas preguntar... ¡Eso es! Presiono decidida el botón que lleva al primer piso, y para mi sorpresa, sin siquiera hacerme sentir movimiento, el ascensor abre unas puertas que todo este tiempo habían estado detrás de mí. Justo en el lado opuesto por el que entré. Ni siquiera me había dado cuenta de que estaban ahí, pero ahora, un largo pasillo, dónde aparentemente no hay ni un alma, me recibe. Dudo que fuera aquí donde me indicó la recepcionista. Pero aun así, quizás tengo suerte y encuentro a alguien que pueda guiarme. Avanzo unos pasos, encontrando diferentes puertas a ambos lados. El pasillo parece interminable. Así que, comienzo a aligerar mi marcha a medida que avanzo, dándome cuenta de que en ninguna puerta pone el nombre de la doctora. Las paredes blancas, adornadas por más pinturas relajantes, no cesan. Hasta que de pronto, llego a un enorme ventanal a través del cual puedo observar una especie de jardín con plantas, árboles y más cosas que mi vista no alcanza a apreciar. También distingo personas. ¡Por fin encuentro seres humanos a los que seguramente pueda preguntar por el despacho de la Doctora! Aunque el hecho de que vayan en pijama, me indica que probablemente son usuarios y no trabajadores del centro. Perfecto...

No obstante, si ellos están ahí, debe haber alguien a su cargo cerca, ¿No? El siguiente paso, después de mi gran descubrimiento, es encontrar la puerta por la que pueda acceder a ese jardín exterior... Y mientras tanto, continúo perdiendo el tiempo, consiguiendo que la Doctora me espere "pacientemente" en su despacho. ¡Muy bien POCHE! Definitivamente, estás comenzando con muy buen pie.

REGRESA A MI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora