CAPITULO 44

3K 174 1
                                    

· Llegué al jardín en cuestión de minutos y tuve que respirar hondo antes de adentrarme en él. No solo para recuperar el oxígeno perdido durante el trayecto, sino para calmar un poco los nervios que en este momento sentía y que me podían hacer decir cualquier barbaridad. Rápidamente me encontré a espaldas de ese hombre, que continuaba tratando de hablar con DANIELA, sin éxito alguno.
POCHE: Buenos días, señor CALLE ─Fue lo único que mi garganta pudo pronunciar. El hombre se dio la vuelta al escuchar mi voz y me observó unos segundos, probablemente preguntándose quién era. GERMAN: Buenos días... POCHE: MARIA JOSE GARZON
─interrumpí presentándome.
GERMAN: Buenos días, Doctora GARZON . ¿Puedo hacer algo por usted?
En ningún momento me presenté como doctora, y aún así, él lo dio por hecho. Pero bueno, no es algo que me importara en este momento, y desde luego no venía a informarle sobre mi labor en el centro. Ni siquiera sé bien a qué vine.
POCHE: Por mí no, pero por su hija sí ─Automáticamente recibí una mirada de confusión por su parte, cosa que me obligó a continuar con lo que quiera que fuese a decir. No es demasiado conveniente que su hija salga aún del centro, señor CALLE.
GERMAN : Ya hablé con su compañera de esto, doctora. Y no es algo que esté en discusión. Es una decisión tomada.
POCHE: ¿Sin escuchar ni siquiera la opinión de los profesionales?
GERMAN: Señorita, mi hija lleva aquí más de dos meses y sinceramente, no veo ningún tipo de mejoría en ella. Mantiene su voto de silencio y por lo que veo, las cosas no van a cambiar. Así que no tiene ningún sentido que continúe gastándome el dinero en un centro, donde va a estar exactamente igual que en nuestra casa. POCHE: Ella no está igual ─Rebatí ofendida y harta de que todo el mundo se empeñara en lo mismo ─
Puede que usted no lo vea, porque lleva dos meses sin venir a visitarla. Pero DANIELA ha avanzado progresivamente y lo seguirá haciendo mientras permanezca aquí.

GERMAN:¿Avanzado en que, doctora? ¿En el tiempo que es capaz de quedarse callada, sumida en un mundo paralelo, ignorando a las personas que están a su alrededor? En eso también puede avanzar en casa... Y ya está bien. Ya me ha supuesto demasiado dinero el capricho de DANIELA.
POCHE: ¿Capricho? ¿A qué capricho se refiere usted exactamente? ¿Al de su enfermedad? ¿O al de haber querido acabar con su vida?
GERMAN: A ambos.
No pude evitar mirar al cielo mientras sonreía irónicamente, ante lo que estaba escuchando. POCHE: Usted no tiene ni idea ─Expresé con algo de rabia ─
Usted no la conoce. No tiene ningún derecho a decir que se quiso suicidar por un capricho. ¡Joder! ─Exclamé -
¡Es su hija! ¡La tiene aquí delante! ¿Y no está sorda, sabe? Está escuchando absolutamente todo... ¿Acaso no tiene corazón?
GERMAN: Lo que si tengo es muy poca paciencia. Y definitivamente, ya me cansé de escuchar su forma de hablarme. Así que me voy a ir de aquí, antes de que su actitud me obligue a conseguir que le abran un expediente y la echen de este centro.
POCHE: Me importa un pimiento lo que usted quiera hacer conmigo, señor CALLE. Estoy hablando de su hija, y sus amenazas no van a impedir que le diga lo que pienso.
GERMAN: Siendo así, me retiro ─Informó dispuesto a irse ─
Infórmele a la doctora GALINDO que volveré en cuanto esos papeles estén listos. Y que espero sea lo antes posible.

REGRESA A MI.Where stories live. Discover now