Untitled Part 124

Start from the beginning
                                    

—¿A dónde?

—A ver a alguien. De verdad esto le interesa.

—¿Lo hace?

—Si no lo hace, prometo venir a traer los informes que debo.

—Hmmm —levanta una ceja y suspira, poniéndose de pie—. Como si tus promesas tuvieran algún valor...

—Vamos, ¿qué tiene que perder además de tiempo? —se encoge de hombros y sonríe de lado, inclinándose un poco.

—Tiempo, justamente eso. Como no me interese además vas a venir aquí a hacer tu mi trabajo.

—Sí, sí, claro. Ejem. Es por lo de navidad.

—¿Ajá?

—¿Terminó... todo bien? —se va a la puerta y se la sujeta para que salga delante

Well... Ehm... Yes —se sonroja un poco.

—Me alegro —sonríe.

—Aunque Gabriel no estaba en el cielo como has dicho... ni tú tampoco.

—Me... fui enseguida, después de hablar con usted.

—Gabriel nunca subió, me dijiste que estaba ahí.

—Bueno, el caso es que estuve hablando con uno de los Arcángeles —cambia de tema mientras andan por los pasillos del infierno... hacia abajo.

—¿Con uno de los Arcángeles? ¿Tú?

—Bueno, quería hablar con mi ángel, pero... al final habló conmigo.

—¿Y qué te dijo?

—Que hace mucho tiempo, tuvo un rollito con un príncipe del infierno.

—¿Un... rollito? —levanta una ceja y le mira.

—Pues no quiso dar muchos detalles.

—Me estás... espera, no es Gabriel, ¿¡verdad?!

—No, es el otro... el anciano, no sé cómo se llama.

—El anciano... Ramael? Con quien tuvo un... ¿estás de broma?

—Pues vamos a verle. Están aquí encerrados a espera del juicio, ¿no?

—Sí, están Lucifer, Aamón, Asmodeo y Mammón... Leviatán está aún en el lago de azufre...

—Pero... ¿no le mataron con agua bendita?

—Es considerablemente difícil deshacerse del muy cabrón, parece ser que tomó otra forma y... terminó solo descorporizado.

—Oh... bueno, es uno de los otros dos, estoy casi seguro.

Creo que Belcebú les metió a todos ahí menos los que pudieran demostrar que no estaban. Así que estuvieran o no... boom, ahí dentro.

—Mammón debe de ser, no veo a Aamón liado con... nadie.

—Vamos con ese entonces.

—Que estaba exagerando y me contó una historia muy emotiva sobre irse al cielo y no volverle a ver nunca.

—¿Que estaba quién exagerando qué? Oh... ¿¡Él se fue al cielo y no lo volvió a ver nunca?!

—Yo, por lo visto.

—Para empezar... ¿Le explicaste que eras tú y no solo te dejo estar ahí sino te empezó a contar una intimidad?

—Sí. Le dije que diera la voz de alarma que quería montar un buen espectáculo y dijo que no lo haría, creo que temía que le hiciera algo a mi ángel.

Sin CityWhere stories live. Discover now