Untitled Part 108

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Ahora espérense... el dilema de no confundir el teléfono de Gabriel con el de Miguel. Son iguales.

Oh, sí.

Aziraphale... vacila porque se ha sacado el de Gabriel del bolsillo justo para No confundirlos... y ahora no está segura. Aprieta los ojos. Cree que es el de la izquierda. Ugh, ¡pero que mierda de cosa es esta! Ahí va con el que cree que es, rezando.

Ella le mira.

—Ten...

—No puedo interactuar con él, Aziraphale, no tengo cuerpo.

—Ah... eso. Es verdad... Ehm... Dime que hacer

—Primero, ábrelo.

—Ehm... —le busca un botón, ni siquiera sabe cuál es el frente

—No... con mi dedo, o con mi cara, Aziraphale —ojos en blanco porque la inutilidad.

—Ohh... espera —ahí se acerca.

—Por el otro lado, Aziraphale...

—Ugh... estos teléfonos son imposibles —no sabe dónde ponerla. No tiene idea pues.

—¡Dale la vuelta, la vuelta! —la desesperas.

—¿¡Pero a dónde?! ¡Ya se la di!

—Entonces enfócalo bien.

—¿Cómo hago eso?

—¡Apuntalo hacia mi cara como si yo lo estuviera mirando!

—¡Eso hago!

—Pues acércalo un poco más —bufa.

Ahí lo hace, ¡maldita sea! Y se enciende.

—Andaaaaa.

Facepalm de Miguel.

–Ha sonado algo, ¡mira!

—Se ha abierto.

—¡Al fin! —tan contenta.

—Bien, déjame ver.

Aziraphale se lo medio muestra sin atreverse a tocar nada

—Pero entra a la aplicación de mensajes, hombre.

—Gabriel estuvo enviando unos mensajes desde la computadora —le advierte—. ¿Cuál es la aplicación esa?

—El icono verde.

Pica el Spotify y vuelve a sonar Black Metal sobre el jingle bell rock que suena en el hilo

—Ohhh... Ugh, está música.

—No ese icono verde —ojos en blanco.

—¡Pues dime cual!

—El verde y blanco que tiene un teléfono.

—¿Cómo me salgo de aquí?

—Dándole atrás... es un teléfono, ¿es que no sabes usar el tuyo?

—El mío es distinto.

—¡Pero funciona igual!

—No sé, tampoco se usar el mío, ¿vale?

Oooojos en blanco de Migue.

—Ugh, vale, le picó en todos lados —toca toda la pantalla y por fin consigue salir de ahí, aunque le sube a la música.

Vale, ahora si le pone los mensajes. Vacila al notar su mensaje a Belcebú y se sonroja. Lo bueno es que no hay respuesta de ella.

—Gabriel estuvo escribiendo unas cosas, no sé si sea en la computadora o aquí o...

Sin CityWhere stories live. Discover now