Corona de lobos

IV. Ningún olor

Después de despedirme de las personas más allegadas a mí emprendimos el viaje de casi cuatro horas a palacio.

Me alegraba mucho saber que mi hermano había logrado encontrar a su mate, ella era una chica cuatro años mayor que yo, bastante tímida y encantadora, era exactamente un ideal de chica para mi hermano, se conocieron hacía ya siete meses en los que se dedicaron a conocerse, aún recuerdo sus figuras paseando en el horizonte, su mezcla perfecta de palabras cada vez que charlaban. Ese tiempo en que mi hermano sonreía de la nada al mismo tiempo que la ansiedad de verla de nuevo lo consumía.

Me sorprendió mucho que no nos visitara con su ahora esposa, sin embargo la curiosidad no fue tan fuerte como para preguntarle.

Una vez en las puertas de palacio nos dirigieron a nuestras habitaciones para acomodar nuestras pertenencias.

Lo primero antes de salir era hacerme un baño, sin embargo las dos muchachas en mi puerta enviadas para mi asistencia no tenían intenciones de dejarme sola.

-Pueden irse, Drelle puede ayudarme sola –indiqué refiriéndome a mi doncella –si necesito ayuda las llamaré.

Mi dama y yo soltamos un suspiro en cuanto dejaron la habitación dudosas.

-Iré a buscar sus aceites señorita.

-Apresurémonos, este lugar es muy grande, vamos a necesitar ayuda para llegar a tiempo al jardín de la reina.

-Por supuesto señorita.

-Drelle si encuentras a alguien allá afuera pregúntale que olor usan para ambientar el palacio.

-¿A qué se refiere? –preguntó mi dama con el ceño fruncido.

-Al olor de aquí, no estoy segura de que es, pero es muy agradable.

-Yo no percibí ningún olor en especial señorita ¿está segura?

-Creo que sí, mejor no preguntes nada Drelle, apresuremos mi baño.

Mi doncella salió aún con la confusión plasmada en la cara, ¿sería que solo yo podía percibirlo?

Una hora después me encontraba llegando al jardín después de pedir ayuda a tres personas diferentes, mi hermano se encontraba con su esposa sentados en una mesa con dos mujeres y un hombre, no tuve mucho problema en asumir quien era la reina.

Sonreí en cuanto sus miradas se posaron en mí, me sentía tan nerviosa que mis pasos parecían una trampa para mi estabilidad.

-Buen día a todos –hice una reverencia –su majestad –saludé y procedí a sentarme en la silla junto a mi hermano.

-Es un honor conocerla al fin, su hermano nos ha hablado sobre usted –dirigí una mirada al mencionado –es usted una joven muy bella Alizze.

-Muchas gracias su majestad, espero que mi adorado hermano no haya exagerado alguna habilidad mía.

-Podría ser su habilidad con la cítara.

-Tendría que juzgarlo usted señora –hice un rictus avergonzado –dicen que tengo habilidad y yo aún noto falta de práctica.

-Sería maravilloso que tocaras, ¿ha traído su instrumento con usted?

-Intento llevarlo siempre su alteza.

-Que delicia, supongo que con tanta habilidad en los dedos debe ser muy buena con el piano.

Me sonrojé de vergüenza a sabiendas de la realidad.

-No tan buena como quisiera su señoría.

-Espero no me niegues ese placer querida.

-De ninguna manera, es solo que tengo una notable falta de práctica en ese instrumento.

-Sin embargo la viola no es un problema para las manos de mi hermana –intervino mi hermano salvándome.

-Es un instrumento de notas preciosas, sin embargo nada se iguala al del piano, ¿y cuanta habilidad tienes en el violín?

Pedí ayuda con la mirada, ese instrumento no era de mis más grandes destrezas. Agradecí inmediatamente a mi cuñada cuando respondió:

-Nadie tiene tanta práctica con ese instrumento como usted su majestad, me pregunto si la muchacha Efiee ha logrado alcanzar su técnica en cuanto a ese instrumento.

-La muchacha Edevane es talentosa, sin embargo no alguien de mi completo agrado.

Su declaración me sorprendió, mucho más porque yo sabía que sería su próxima nuera.

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Estas son todas las actualizaciones por hoy, espero que continúen acompañandome a lo largo de la historia.

Con cariño.