XXXIV. Es grave

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Hay un capítulo antes de este :)

Mi madre estaba llorando y mi padre sostenía mi mano derecha, abrí los ojos con dificultad e intenté sentarme cuando noté que me encontraba en mi habitación con un paño en la frente. Mi madre se alarmó inmediatamente e impidió que hiciera algún movimiento, por su lado mi padre se fue a la puerta para llamar a alguien, entendí su actuar cuando vi a una joven con un vestido gris que tenía unos delicados bordados de un hilo plateado, era una enviada del santuario.

Puso la palma de su mano para averiguar lo que tenía, su expresión asustada desencajó completamente a mis padres y a mí. Parecía algo grave, no lo entendía. Antes de que la invadieran con preguntas pidió que los presentes abandonaran la habitación alegando que necesitaba revisarme mejor.

—No sé lo que está sucediendo, pero quisiera que me contaras lo que te asustó —Dije cuando se acercó nuevamente.

Aún tenía miedo y se encontraba verdaderamente alterada, por mi lado quería su respuesta, había hecho que me preocupara realmente, No estaba segura de que era lo que me había afectado.

—Disculpe Luna, es solo que no estoy segura, creo que es porque mis habilidades son pequeñas y parece que no estoy haciendo mi trabajo bien. Por ahora intentaré revisarla nuevamente y si lo que percibo sigue siendo incorrecto entonces deberíamos llamar a la sibila de la manada —Su voz era muy baja y hablaba muy rápido, en esta ocasión tocó mi frente y su única reacción fue de alguien asustada.

¿Sabes que pendemos de un hilo?

Podía ser eso, la voz había dicho que estábamos casi rotas, nos habíamos separado ¿Era eso lo que tanto le asustaba? Realmente no me sentía mal, de hecho apenas tenía una especie de mareo, eso podía ser una secuela del desmayo, no parecía un problema.

◊◊◊

La enviada del santuario se mantuvo una hora más junto a mí, se retiró con una expresión que empezaba a afectarme de tal manera que dudaba de mí misma. No había vuelto a escuchar la voz, tal vez ya se había solucionado. De todas maneras decidí dormir nuevamente para evitar las preguntas que harían mis parientes, después de todo también me encontraba cansada por alguna razón.

Cuando volví a despertar la noche reinaba el lugar, al girar en la cama noté la figura de la sibila en un sillón cerca a la ventana, estábamos solas y al igual que la joven que había venido antes ella también tenía una expresión preocupada, la diferencia es que ella sabía que pasaba.

—Buenas noches princesa, lamento despertarla —Saludó en cuanto notó que había despertado, me senté con una leve dificultad y devolví el saludo ignorando el título que había agregado.

—Buenas noches excelencia

—Puedo intuir que ya lo sabe, pero no estoy segura de sí lo comprende.

—La verdad no lo sé todo, ¿es grave?

Bajó la mirada, estaba pensando en qué decirme.

—Es grave... A diferencia de él, usted parece estar perdiéndola.

¿Él?

Hemos terminado igual que él... Separados, casi rotos y solitarios.

—Igual que el príncipe heredero, majestad.

—No me llames así, yo no estoy ocupando ese lugar.

—Lo hace, lo hizo incluso antes de nacer —sonrió. Dejé el tema para preguntar por lo que empezaba a inquietarme.

— ¿Qué es lo que también le pasó a Kaseem? —La mirada de la sibila se tonó sorprendida, al principio eso me confundió, hasta que noté que lo había llamado solo por su nombre. Que imprudente. —Me refiero al príncipe heredero.

—Sí... No estoy segura de que lo originó, pero la primera noche de la celebración unos caballeros trajeron al príncipe desmayado tenía fiebre, pero no fue nada grave hasta el día siguiente, por la tarde tuvo dolores de cabeza, la verdad es que no sabía lo que pasaba, solo podía percibir que su espíritu se fracturaba. No pude hacer nada. —Suspiró —Su hermano el príncipe Kedrel por suerte conocía una infusión extraña que permitió que los dolores de su alteza cesaran, temíamos mucho lo que pasaría al día siguiente ya que la celebración debía continuar. —Calló un momento para mirar nuevamente la luna —Esa noche algo pasó, él salió de palacio, estaba fuera de sí, tenía su forma de lobo y pidió que nadie lo siguiera, cuando se fue aún sufría.

Nadie sabía sobre esto, era demasiado. Por mi lado no recordaba ningún dolor antes de desmayarme en sus brazos, pero me encontraba demasiado débil incluso para moverme, me preguntaba como lo había logrado.

—Cuando volvió era muy tarde, dijo que estaba bien. A pesar de que ya no adolecía de nada seguía fracturado. Él también escuchó la voz. Si me permite; nosotros estamos formados por dos partes, la animal que es nuestro lado más emocional y la humana que es nuestro lado más racional. Por lo que entiendo hubo una lucha tan fuerte entre ambos lados que dejaron de ser uno, se quebró tanto que ahora son dos en el caso del príncipe. El problema es que en su caso uno de los lados está desapareciendo, por eso no percibimos a su lado animal...

Lo entendí antes de que continuara, esa era la razón por la que no había podido transformarme, de hecho en ese momento aún no podía hacerlo.

Me estaba perdiendo a mí misma.

Doble actualización para que no me pidan capítulo :v

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Doble actualización para que no me pidan capítulo :v

Ok no, descansen.

Bye :)

Corona de lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora