XL. Mi nombre

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Ser la mate del príncipe heredero me posicionaba automáticamente al puesto de princesa heredera, así era como me reconocería cada lobo del reino.

Siempre había imaginado que me casaría con un noble, la idea del príncipe heredero era algo que había descartado sin analízarlo debido a la gran diferencia de edad entre nosotros, de hecho, era imposible si quiera frecuentarlo. Solo había podido acercarme a Kaseem por el vínculo que manteníamos, aún me sorprendía recordar que tenía 27 años, ahora sabía que había alcanzado la madurez cuando tenía 14 años, yo lo había hecho poco antes de cumplir 16, una vez que cruzábamos esa etapa podíamos reconocer a nuestro mate por los cambios que surgían en nosotros, pero cuando mi madurez llegó, Kaseem había salido al exterior para buscarme entre las manadas del exterior para poder asumir la corona a tiempo.

Todo el tiempo que me mantuve esperando fueron desesperantes, no imaginaba como lo era para él.

Aún me daba temor tomar las responsabilidades que me correspondían, mi educación en general era bastante eficiente, mis modales eran casi perfectos y tenía conocimientos en diferentes ramas, pero nada de eso era suficiente para el lugar que tomaría.

Suspiré sonoramente mientras revisaba las últimas telas para escoger la más adecuada para el vestido, un trabajo que empezaba a costarme por la situación en que me encontraba, para empezar normalmente no estaría en palacio, mucho menos sentiría la presión de más personas que mi madre. De por sí había un gran revuelo por los asuntos que venían fuera de mi compromiso, primero se llevaría la coronación, de la que apenas supe cuando llegué a palacio por órdenes de la reina para organizar todo, y en dos semanas más sería el compromiso, luego de eso el nuevo rey debía marchar.

Apenas estábamos conociéndonos de la manera correcta y debía irse pronto.

-Me gusta la tercera y última tela, creo que la primera irá mejor en la parte superior del vestido, no le ponga muchos pliegues, deseo algo que no llame mucho la atención.

-En ese caso puedo centrarme en la elegancia del vestido y aplicar algunas piedras turquesas en el inicio de la falda -asentí ante el dibujo que me presentaba, -respecto al tocado podemos hacerlas de las mismas piedras de forma que resalten con el color de su cabello.

-Eso me parece maravilloso -alagó mi madre de acuerdo con la propuesta, -podríamos agregar algunos toques dorados para remarcar las piedras -sonreí ante la mirada de la modista.

-Por ahora eso es suficiente, Alizze, querida, la criada de la puerta te llevará a una sala para que puedas tomar unos bocados antes de continuar, yo y tu madre nos encargaremos de los toques finales.

-Por supuesto su majestad, -hice una reverencia antes de salir del amplio lugar.

La chica que me guiaba estaba muy nerviosa, no había levantado la cabeza en ningún momento, cualquiera podía asumir que me tenía miedo, de igual forma era intimidante caminar por los amplios pasillos en lo que todos hacían una reverencia bastante larga. Realmente podía percibir mucho de ello y lo único que quería era que volvieran a tratarme sin tanto cuidado que hasta parecía exagerado.

-Saludos su alteza -Escuché detrás de mí, la figura de Efiee hizo que mi postura desequilibrara por la sorpresa de verla, hacía una reverencia perfecta y mantenía la mirada baja. Cualquiera podía notar que también respondía a mi posición como princesa heredera y luna, me preguntaba si me había odiado antes, sabía que ahora no lo hacía, porque no podía, cada uno de nuestra especie siempre se doblegaba instintivamente hacia la familia real, creaba un sentimiento de respeto y admiración, era algo que podía llegar a disminuir con el tiempo, pero nunca desaparecía. -Disculpe si la incomodo, ya me retiro -Asentí débilmente mirando como seguía para continuar su camino, no había podido decir absolutamente nada, y eso era producto de lo extrañas y cercanas que éramos una con la otra.

Realmente la conocía muy poco, no sabía muy bien como se había afianzado la relación que tenía con Kaseem, apreté la mandíbula sin darme cuenta. Seguí unos pasos más a la criada cuando paramos y procedió a abrir la puerta para cerrarla rápidamente cuando di unos pasos en el lugar. Entendí un poco más cuando noté a Kaseem sentado con una taza de té en una mano y la otra en el respaldo del sillón, el atardecer que apenas empezaba contrastaba notablemente con el salón de paredes oscuras.

-Siento interrumpir alteza, creí que podría descansar un momento aquí.

Por un momento mantuvo la expresión neutra a la que me había acostumbrado y luego solo parecía incómodo.

-Estoy seguro de que me ha llamado por mi nombre antes, no encuentro razón para dejar de hacerlo.

No puedo creer que llevemos 40 capítulos, creo que quedarían entre 10 o 20 para que se acabe, que extraño

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No puedo creer que llevemos 40 capítulos, creo que quedarían entre 10 o 20 para que se acabe, que extraño.

De igual forma muchas gracias por estar aquí.

Bye :)

Corona de lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora