-Yo soy su mate -enfatizé, -pero comprendo si decide no casarse conmigo, sé perfectamente que eso no me hace la siguiente reina, sin embargo hay algo que debe recordar, no puede impedirme quererlo.
Empezada el 17/05/2020
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No mienten cuando dicen que el tiempo se encarga de curar las heridas que no podemos ver, porque de alguna manera luego de seis meses ya no tengo una expresión triste si pienso en lo que pudimos y debimos haber sido juntos.
Los primeros días eran de cierta forma taciturnos, mi suerte fue favorable cuando mi padre decidió enviarme a visitar algunas propiedades en el campo y así fue como me alejé tanto como se podía de la alta sociedad en la que los chismes y rumores no cesaban. El primer mes aún se me oprimía el corazón y soltaba algunas lágrimas sin intención envuelta entre el pastizal más amplio del lugar. Dos meses después terminé de encargarme de las cosas que mis padres habían mandado, sin embargo decidí quedarme un poco más en aquel pacífico lugar. Fue al quinto mes de mi estadía que decidí regresar a casa cuando llegaron más de seis cartas preguntando si volvería pronto, dado que empezaban a extrañarme; no sabía la razón precisa, solo sabía que necesitaba volver.
Fue en un impulso que esa noche preparé todo para volver con mis padres, igualmente era mi hora de volver. Al día siguiente me encontraba en casa cuando faltaba unas horas para el crepúsculo y sonreí aliviada cuando madre abrió la puerta ella misma para recibirme. Todo fue una sorpresa cuando en una pequeña fiesta del té algunas personas empezaron a saludarme como Lady Alizze, cuando usualmente me llamaban simplemente Alizze o hija de la familia Beaumont.
Poco después me enteré de que todo había sido por las personas más allegadas a la reina quien siempre que hablaba de mí solía llamarme Lady Alizze. Apenas en un mes me convertí en alguien importante en la alta sociedad sin darme cuenta.
Incluso había recibido más de tres invitaciones a la semana para distintos eventos, después de todo la verdad era que al final me veía en la necesidad de rechazar casi todo por mi baja costumbre de salir a eventos.
Y ahora mismo... después de todo el tiempo que llevaba alejada del palacio me llegó una invitación para la celebración de la nueva Sibila de la manada, era algo digno de presenciar, pues en muchos casos habían años en los que no nacía una en la manada.
Había pasado mucho tiempo, no esperaba volver al castillo en menos de un año, incluso la idea misma sonaba lejana.
Pero entonces llegó el momento. Y no podía rechazar la invitación.
Por segunda vez.
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Hey, espero que se estén cuidando. El lunes subo el siguiente capítulo porque este quedó un poco corto. :) Bye.
