2. JOEL y La mirada baja.

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Y era gracioso. Joel había reído mucho por dentro aquella noche viendo como Diego intentaba comprarle con palabras dulces cuando el género ya estaba vendido desde un principio.

—Venga, vístete —le dijo amablemente—. Tengo que ir a trabajar, ¿Quieres desayunar? Te he dejado unas tostadas en la cocina.

—¿Dónde trabajas? —la pregunta salió sola. Diego rio divertido. Se vestía con mucha prisa. Por supuesto, Diego querría que se marchara lo antes posible. Joel nunca había pretendido un romance que superase la barrera del mediodía.

—Soy abogado. Bueno, en realidad soy abogado penal... pero ahora trabajo en el consejo de una empresa. Se cobra mejor por menos.

Joel asintió comenzando a vestirse lentamente. El piso de Diego era grande, y había lujos por todas partes. Pero sus comodidades no se podían comparar con las que él tenía en su hogar. Joel era un niño bien, y lo sabía, un pijo con baño privado en su propia habitación. Su casa de cuatro plantas tenía piscina y un precioso jardín.

"Una jaula de oro"

Aquella era la primera vez que salía, y lo había hecho a espaldas de Papá y Mamá. Joel había mentido soberanamente diciendo que iba a dormir esa noche en casa de su amigo Martín. Pero nada más lejos de la realidad.

Había cogido un autobús hasta el centro (cosa realmente excitante porque él no solía coger autobuses) y se había zambullido en pleno barrio de ambiente tirando de Google Maps hasta encontrar la zona de bares.

—¿Y tú? —le dijo al cabo de un rato el mayor. El chico se giró sorprendido. Diego ya estaba vestido con un traje gris que le quedaba muy bien, aunque rogó para que se evaporase por arte de una fuerza mayor y así volver a verle desnudo—. ¿Trabajas o algo...?

Joel frunció el ceño visiblemente desconcertado.

—Sabes que no tengo edad para trabajar —le dijo el chico poniéndose en pie. Se habían pasado la noche fingiendo que la edad no era un problema, ¿Y ahora le venía con esas?—. Estudio. Ya sabes, en el instituto...

—Ni siquiera en la universidad, ¿Eh? Instituto, muy bien. Estudia mucho —susurró él riendo entre dientes. Joel se encogió de hombros.

"¿Qué pasa?, ¿Creías que era más mayor? Pues mala suerte"

—Claro —dijo Joel peinando su cabello con los dedos—. Pronto son los exámenes finales... Si saco malas notas mis padres me castigaran estudiando todo el verano y...

Dejó de hablar al darse cuenta de que sonaba como un niño pequeño. Diego se había girado para mirarle fijamente. Había metido la pata, porque ahora ese hombre estaba preocupado pensando que se había tirado a un preescolar.

—Vale —dijo el hombre muy serio, se acercó para cuadrarse frente a él. Joel enrojeció y bajó la mirada pero aquella mano grande le impidió bajar la cabeza también—. Haré la pregunta del millón, ¿Cuántos años tienes?

Joel abrió la boca como un estúpido y luego la volvió a cerrar.

¿Ahora? ¿En serio? Le preguntaba su edad después de habérselo follado durante toda la noche, no antes. Cuando eyaculaba en su cara no parecía preocupado por esas cuestiones. 

IF IT HADN'T BEEN FOR LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora