CAPITULO 56

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Lejos muy lejos al norte en las montañas grises los hombres de Beren se movían guiados por sus órdenes, mientras él esperaba impaciente caminando de un lado a otro pensado y analizando cada paso que daba y cada orden que planeaba dar.

-¡Gudmund!-grito de repente llamando a su concejero, el debilucho y pálido hombre apareció de inmediato- ¿Qué noticias tienes de los jinetes del sur?

-Mi señor- dijo tartamudeando- los jinetes volvieron esta mañana sin noticias, no hay rastro alguno- Gudmund hablaba nervioso mientras le daba las noticias a su rey.

-¡¿Cómo puede ser posible?! Han pasado ya largo tiempo recorriendo todas las tierras cercanas y nada- Beren grito molesto arrojando todos los mapas de la mesa al suelo, Gudmund espero a que Beren se calmara un poco para acercarse hasta él y susurrarle una idea.

-Mi señor ¿no ha contemplado la posibilidad de que haya recibido ayuda dentro del bosque negro?

-Eso es imposible- Beren refunfuño- ese bosque ha estado deshabitado por años no puede ser posible, ¡lo arruinaría todo!

-Pero señor hay algunos rumores en Esgaroth, algunos ancianos que hablan de gente, gente indeseable en el bosque negro- Gudmund hablaba despacio muy cerca de Beren que se había quedado con los ojos en blanco mirando un punto fijo- y si mi señor me lo permite, le aconsejaría que lo mejor que puede hacer es investigarlo ya, cuanto antes actué mi señor tendrá la ventaja- Beren escucho atento las palabras de su concejero y reconociendo la razón en ellas lo miro asintiendo, luego le ordeno que llamara a Ethir el capitán de su guardia y a sus demás comandantes, quienes llegaron después de unos minutos.

-Envíen a mis hombres a la frontera del bosque negro, quiero a cada hombre reconociendo el terreno antes del atardecer- les ordeno a lo que sus hombres asintiero, luego Beren camino hasta Ethir y le hablo de frente en sus ojos se reflejaban la fuerte ira y determinación que se había concentrado en él por largo tiempo- Ethir saca al profesor del calabozo hay un par de cosas que tiene que decirnos, hazlo hablar como puedas ¡no me importa si tienes que matarlo!

-Si señor- dijo Ethir con la mirada baja antes de retirarse.

-Mi señor- le hablo Gudmund- su hermano llegado, lo está esperando con importantes noticias-Beren no dijo una palabra y siguió a su concejero, camino delante de sus comandantes y con una sola mirada les hizo entender que su puesto y su vida dependerán del éxito de la realización de sus órdenes.

Ya había pasado un largo tiempo desde que Miriel Legolas y sus compañeros se escondían en Rivendell, los días pasaban desapercibidos para ellos que al fin habían encontrado un lugar en donde descansar, la que alguna vez había sido la casa de Elrond ahora era el refugio de ellos, era nuevamente un hogar.

-Has aprendido muy rápido- dijo Legolas sonriendo mientras veía como Miriel practicaba vendando su brazo.

-Gracias- dijo ella sonriendo- esto nunca hubiera sido posible de no ser por Elrohir gracias a él es que aprendí, me dio la oportunidad de hacer lo que siempre quise.

-¿Esto era lo que querías hacer en el reino de las montañas?- le pregunto Legolas.

-No, casi no hay sanadores, ahí es más valioso un hombre dispuesto a morir que a salvar, siempre he pensado que esa creencia le ha costado la vida a más que solo soldados- ella parecía recordarlo con dolor mientras hablaba.

-Estoy seguro de que pudiste haber hecho una diferencia- le dijo mirándola a los ojos, ella le sonrió bajando la mirada emocionada.

-Legolas- escucharon que lo llamaba Elladan quien entro a la habitación apresurado- tenemos noticias.

Born to Die (Terminada)Where stories live. Discover now