CAPITULO 36

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*Nara Miriel*

Al día siguiente en la mañana me encontraba caminando tranquilamente por el pasillo que conducía al comedor, admirando la fascinante arquitectura del lugar. Entonces vi que Lindir caminaba en mi dirección, llevaba un montón de libros y pergaminos, que con trabajos le permitían ver por dónde iba caminando

Miriel: déjame ayudarte Lindir- le dije cuando iba pasando por mi costado, él se detuvo con la pila de libros tambaleándose sobre sus manos

Lindir: eso no es necesario- lo ignore y le quite unos cuantos libros y papeles de las manos aligerando su carga, el me sonrió agradecido

Miriel: ¿qué es todo esto?

Lindir: libros de recetas y los requerimientos del rey para la fiesta de hoy en la noche

Miriel: wow parece mucho trabajo

Lindir: ni que lo digas, tengo que llevarle esto a los elfos de la cocina, ver que terminen las decoraciones, tener el vino listo y ayudar al rey a alistarse, no he parado de trabajar desde anoche- suspiro profundamente, yo me quede mirándolo y me sentí mal al verlo tan atareado

Miriel: si quieres puedo ayudarte -su rostro se ilumino con una brillante sonrisa de pura alegría

Lindir: ¿de verdad quieres ayudarme?

Miriel: si claro, solo dime qué quieres que haga

Lindir: ven conmigo

Seguí a Lindir por todo Mirkwood desde la mañana hasta unas horas antes del atardecer, ayudándolo a preparar cada detalle que le habían ordenado, organizando al resto de la servidumbre, ya entendía porque Lindir estaba tan estresado, eran demasiados los preparativos y personas de las que tenía que hacerse cargo este pobre elfo, así que estuve más que encantada de poder ayudarlo.

Cuando por fin terminamos, llegue a mi habitación cansada pero satisfecha, me la había pasado muy bien, y estar así de ocupada me había distraído de las cosas en las que no quería pensar. Me senté en la cama soltando un quejido, y me deje caer de espaldas para poder descansar al fin.

Después de unos minutos mi atención se centro en la sensación en mis manos de una tela vaporosa diferente a la de las mantas que cubrían la cama, me senté y entonces me di cuenta de que lo que estaba tocando era un hermoso vestido rojo y con los hombros descubiertos, sobre el había un pedazo de pergamino con algo escrito...

"Miriel

Gracias por ayudarme esta tarde, me hubiera vuelto loco con tanto trabajo de no haber sido por ti, espero que te guste el vestido.

Gracias"

-Lindir

Sonreí emocionada y tome el vestido en mis manos. Lindir acababa de resolverme el único problema que me preocupaba en estos momentos, justo venia pensando que no tenía nada que ponerme puesto que va a ser una fiesta tan importante.

Más tarde ya estaba lista, el vestido me había quedado a la medida y combinaba perfectamente con el color castaño de mi cabello. Nunca había tenido un vestido tan bonito. Aun no podía creer como mi vida había cambiado tanto y tan rápido, desde que conocí a Legolas mi vida se puso de cabeza y no tenia palabras para agradecérselo, me quisiera o no, él es lo mejor que me ha pasado.

Sacudí mi cabeza para librarme de todos esos pensamientos, ya no podía distraerme más o se me haría tarde. Abrí la puerta de mi habitación y afuera estaban Arphen y Gimli esperando. Gimli me miro con una enorme sonrisa

Gimli: ¡Oh mírate!

Arphen: ¡Vamos! ¡No puedo esperar a ver la cara de Legolas cuando te vea!- me dijo tomándome de la mano y conduciéndome por el pasillo, al final de este se encontraba Elladan Elrohir y Glorfindel con sus impresionantes trajes de guerreros, pero no los úsales que usaban todos los días, estos eran más elegantes. Los tres elfos se veían magníficos.

Nos recibieron con una sonrisa y nos saludaron alegremente. Elladan estaba a punto de decir me algo pero la mano de su hermano Elrohir golpeo su brazo deteniéndolo y solo me miro embelesado

-Sabia que el vestido te quedaría perfecto- dijo Lindir que venía llegando detrás de nosotros. Él, no usaba un traje de guerrero pero eso no impedía que se viera maravilloso.

Miriel: muchas gracias- le conteste sonriendo, y observando a los cuatro elfos frente a mi ¿Cómo era posible que los cuatro lucieran así de apuestos?

Glorfindel: creo que deberíamos irnos ya

Todos estuvimos de acuerdo y seguimos a Glorfindel hasta lo que me pareció era la puerta principal del palacio, esta tenía una escalinata que daba al bosque. Esta parte del bosque se veía más saludable que lo demás que había visto, los arboles eran muy altos y sus copas eran brumosas. Lindir me explico que los elfos silvanos acostumbraban vivir en los arboles en unas especies de plataformas que construían y así estaba conformado el pueblo de Mirkwood. Pero esta vez los elfos no estaban en los arboles habían bajado y se encontraban al pie de la escalinata, habían venido a escuchar las palabras de su rey que los había convocado. Era una multitud elfos que esperaba impacientemente por ver rey Thranduil, era una escena maravillosa dominada por los colores verde y marrón.

Lindir se aseguro que la guardia del castillo se acomodara en las escaleras y nos pido que nos quedáramos a un costado de la puerta. Luego Lindir camino hasta la puerta y le dijo algo a Feren que esperaba ahí, el hizo sonar un cuerno que anunciaba la entrada del rey. Al escuchar el sonido los soldados que se encontraban parados en posición de descanso se pusieron firmes y sosteniendo sus lanzas y banderas bien en alto. Todo era tan sincronizado e impecable.

Las puertas se abrieron dejando ver al imponente rey que salió al fin a dirigirse a su gente que esperaba tan emocionada. El rey Thranduil lucia tan solemne que daba escalofríos, con sus ropas plateadas, su corona y sus fríos ojos azules.

Todos hicimos la reverencia como es debido y él comenzó a hablar deleitado por la veneración que su presencia generaba, sin duda era un rey muy querido.

Thranduil: Esta noche las estrellas y el destino nos han sonreído, pues después de largos años de ausencia y ensombrecidos por la pena de la guerra que alguna vez atormento nuestro mundo, ha regresado el príncipe del bosque negro- Thranduil hablo pausada y melodiosamente, mientras los elfos reaccionaban con euforia al escuchar las buenas noticias que les anunciaba su rey

Thranduil: ¡Denle entonces una bienvenida digna de un príncipe! Pues ya con creces se ha ganado su titulo

El rey termino su discurso y entonces Feren volvió a tocar el cuerno, anunciando esta vez la entrada del príncipe. Mi corazón ya estaba de por si acelerado por la emoción del discurso, pero cuando Legolas salió por esa puerta para parase junto a su padre, vestido con su traje de príncipe guerrero, la mirada en alto y su rostro pálido y perfecto que lucía tan majestuoso. No había palabras para describir lo asombros que se veía Legolas, me había arrebatado el aliento, me temblaban las piernas y mi corazón martilleaba mi pecho como loco.

Todos hicimos una reverencia nuevamente. Y el rey volvió a dirigirse a su pueblo

Thranduil: Es menester esta noche que se celebre en todo el bosque el regreso del príncipe- el pueblo entero reacciono con júbilo a las ordenes de su rey al final de su discurso y se dispusieron a comenzar con los festejos por todo el bosque de los alrededores

****

Holaa! 

He vuelto y en la noche voy a subir el capitulo que sigue porque estoy segura de que les va a encantar, yo sé que digo eso muy seguido pero en serio va a pasar algo muy bueno ;)

*La foto que puse es lo que Legolas traía puesto :3 

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Born to Die (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora