CAPITULO 66

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-Es preciosa Meludir- dijo Miriel sonriendo mientras observaba la corona de flores que sostenía el elfo en sus manos- estoy segura de que le encantaran.

El elfo le agradeció al tiempo que Legolas llegaba hasta ellos a lo que Meludir hizo una reverencia antes de dejarlos solos despidiéndose alegremente de Miriel.

-Luce muy feliz- Legolas le comento a Miriel intrigado por la actitud del elfo.

-Va a darle una corona de flores a la elfa de la que está enamorado y me pidió mi opinión- Miriel le dijo con una sonrisa mirando por donde Meludir se había ido- nunca me dijiste que entre tu gente se acostumbra que los elfos regalen coronas de flores hechas por ellos mismos a las jóvenes que desean cortejar... es encantador- Miriel lo miro con sus ojos brillando como no lo habían hecho en mucho tiempo.

-Bueno... yo- hablo nervioso- yo he vivido demasiado tiempo entre hombres y supongo que me habitué a la mayoría de sus costumbres.

-Entiendo- le dijo riendo mientras dirigía su atención nuevamente a él- Haleth dijo que van a reunirse esta tarde para decidir si partirán o advertirán a Gondor sobre lo que Beren ha hecho, quisiera estar presente.

-No estoy seguro si sea una discusión que debas escuchar- dijo Legolas comenzando a caminar.

-Legolas esta es una decisión que nos concierne a los dos- Miriel lo detuvo por el brazo haciéndole saber que esta no era una conversación que pudiera evitar.

-Lo sé, es solo que estas reuniones casi nunca son fáciles y no quiero que pases por más angustia- Miriel negó riendo cuando escucho lo que Legolas decía.

-Es gracioso ¿sabes? ... siempre tratamos de proteger al otro sin decírselo y hasta ahora no ha salido tan bien... tal vez deberíamos empezar a intentar afrontar lo que venga juntos- Legolas sonrió al escucharla hablar, la miro mientras tomaba su mano.

-La reunión es a las cinco- dijo finalmente a lo que obtuvo una sonrisa por parte de Miriel.

-Te veré más tarde entonces- le dijo soltándose de su agarre mirándolo dulcemente.

Miriel llevaba una pesada pila de libros hasta la mesa en donde se encontraba Lindir, quien veía a su alrededor asombrado todo lo que habían organizado, parecía que al fin con ayuda de Miriel había logrado poner en orden la biblioteca.

-Estos son los últimos libros que estaban regados en el pasillo- dijo Miriel suspirando.

-Debiste haberte ido desde hace un rato, llegaras tarde a la reunión- le dijo Lindir apenado.

-Lo sé pero no podía dejarte solo con todo este trabajo.

-Te lo agradezco- le dijo sonriéndole mientras comenzaba a separar los libros- jamás habría logrado ordenar todo en tan poco tiempo.

-No hay problema- dijo ella devolviéndole la sonrisa revisando los libros regados sobre la mesa, uno de ellos llamo su atención por los preciosos detalles grabados que había en toda la cubierta y comenzó a hojearlo- ¿qué significa loth?- le pregunto a Lindir quien se acercó hasta ella para poder ver lo que leía.

-Significa flores- le dijo echando un vistazo al libro pero sin prestarle mucha atención- seguramente es algún viejo libro de botánica- Miriel seguía hojeando el libro sin poder apartar la vista de las ilustraciones que en el aparecían.

-¿Qué flor es esta?- pregunto cuando se encontró con la imagen de una pequeña flor blanca que le resultaba familiar, Lindir miro esta vez con más cuidado la ilustración que Miriel le señalaba.

-Simbelmynë, me parece- dijo pensativo- es muy común en Rohan, si mal no recuerdo suelen crecer sobre las tumbas de los reyes de esa tierra.

Apenas Lindir termino la oración pudo ver como los ojos de Miriel se quedaban en blanco y el libro caía de sus manos al suelo. Miriel había recibido como un golpe breves y vividos recuerdos de su última noche en el reino de las montañas grises, la pelea con Beren, gritos, puertas azotándose, las manos de él sobre su cuello su cuerpo siendo golpeado una y otra vez contra las paredes y los estantes en la torre, los estantes con los libros del profesor, y el jardín y el brezo seco en donde se distinguían aquellas flores blancas que habían comenzado a brotar del suelo, y en su cabeza resonaron las últimas palabras que había gritado esa noche "jamás llevare al hijo de un monstruo... al hijo de un asesino" , y se quedó petrificada cuando se dio cuenta de que todo este tiempo lo había sabido.

En una habitación se encontraban reunidos Glorfindel Elrohir Elladan Haleth Arphen Gimli y Legolas, discutían intentando llegar a un acuerdo de lo que harían.

-El rey insiste en que ha llegado la hora de marcharnos- decía Glorfindel- está preocupado por cómo se desarrollaran las relaciones entre los hombres en esta nueva era.

-Pero no pueden solo marcharse así- dijo Arphen consternado- muchos de los elfos aún son jóvenes.

-¿Por jóvenes te refieres a que solo han vivido unos cuantos cientos de años?- Elladan le pregunto levantando una ceja.

-Da igual, sé que aún desean permanecer aquí... y el rey Thranduil no debería preocuparse por el destino de los hombres, es a mi padre a quien le concierne ocuparse de esos asuntos- Arphen les hablaba enérgicamente esforzándose por convencerlos de acudir al rey de Gondor.

-En todo lo que ha pasado tu padre no se ha enterado ya no digamos intervenido- dijo Elrohir.

-Esa es la razón por la que debemos ir ante él, informémosle de la situación hagámosle saber que es necesaria su intervención- replico Arphen.

-Independientemente de lo que suceda con los hombres hay una decisión que tomar para la gente de este reino- dijo Glorfindel- Legolas la única razón por la que no hemos partido ya es porque has evitado a toda costa a tu padre, pero en tu opinión ¿crees que ha llegado el momento de dejar estas tierras?- la pregunta tomo por sorpresa a Legolas quien dudo en contestar, pensando en la vida que tenía en Gondor pero sin poder olvidar la mirada de Miriel aquella mañana en que le conto lo cansada que se sentía, estaba dividido y le parecía una decisión imposible de tomar, se mantuvo en silencio mientras que la presión crecía con todas las miradas sobre él, pero entonces las puertas se abrieron desviando la atención de todos, se encontraron con Lindir y Miriel que entraban de prisa, en la mirada de ella podía notarse lo aterrada que se hallaba, mirándolos parecía querer decirles algo pero se hallaba tan nerviosa que le impedía hablar.

-¿Qué sucede Miriel?- le pregunto Legolas caminando hasta ella visiblemente preocupado.

-Creo- comenzó a hablar titubeando-... creo que Beren asesino al rey de Rohan.

Cada uno de los presentes quedo pasmado en el momento en que escucharon a Miriel, la miraba con los ojos abiertos sin poderse imaginar cómo podría ella saberlo de repente.

-¿Cómo lo sabes?- le pregunto Legolas aún sin superar la impresión que le había causado.

-Había unas flores blancas, en uno de los jardines... apenas floreciendo- le dijo ella mirándolo notablemente perturbada.

-Pudo ser una flor cualquiera- comenzó a hablar Elrohir tratando de calmar la situación, pero Miriel lo interrumpió.

-Estoy segura- le dijo- nada crece ahí excepto el brezo.

-... yo también recuerdo haberlas visto- dijo de repente Haleth igual de consternado que su hermana.

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1/2

Holaa ☺️

Estoy muy emocionada porque lean los capítulos que siguen

*Una pequeña nota: para la historia me inspire en las películas y los libros, y en el libro después de la guerra del anillo Eomer es rey de Rohan después de Theoden, más adelante explicare porque.

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Born to Die (Terminada)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz