Capítulo 63. Somos un peligro

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Déjame un pedazo de ti, aunque sea devuélveme el alma que te llevaste, no me hagas odiar el amor, no me hagas odiar que te ame de más.

La cena pasó con normalidad, no, mentira, los nervios estaban presentes, tanto, que comenzamos a hablar sobre anécdotas de colegio, contamos chistes, y aunque Nadir sea mejor amiga de Dara, debo admitir que amo oírla cantar, y su voz mezclada con la de Helios, y en ocasiones con la mía hacían que mi alma salte, no pensé que los nervios se podrían traducir en vivir una buena noche con mis compañeros.

No había guitarras, pero las voces y las ganas eran suficientes. La verdad nos pasamos cantando músicas de Salamandra y Paiko, de tanto en tanto nos reíamos porque pifiábamos la letra, pero daba igual.

La única que no disfrutaba era Dara, quien se pasó recostada contra una roca todo lo que duró el fogón, mi alma estaba tranquila, porque algo me decía, que esta vez recuperaríamos a Fran, y que quizás lo que yo veo o siento en el cerro del norte sea otra piedra, si conseguimos eso, sé que todo habrá válido la pena.

En medio de la cantata, Helios se levanta de su lugar para venir a mi lado, mientras tararea, el resto hace palmas para que Nadir y yo cantemos "El lugar" de Salamandra, de tanto en tanto me mira, hace una pausa en su labor para que Nadir continúe con el ritmo, por lo que Helios ahora es quien canta.

-Y esa mañana como un sol te descubrí y eres el día más hermoso de mi vida. Y ahora no entiendo cómo pudo sucedernos tanto tiempo que pasó sin conocernos- Helios solo me mira a mí y yo soy un trozo de mantequilla derretida.

-Y ahora hay un lugar en tus ojos para mí, para mí, hay un lugar- digo sin mirarlo, siento los ojos de todos sobre nosotros, pero nadie dice nada, solo acompañan con las palmas y también cantan el coro. El ambiente era ameno, la música y el fuego estaban limpiando mi alma.

Liza está en los brazos de Fer, Nadir y Andree se miran constantemente, en verdad creo que pasará algo allí, mientras Saskia, Gizah y Ebe están recostadas una con la otra, Dara, no se ha movido de su sitio.

Ahora que la veo sola podría sentir lástima por ella, pero no, no lo tengo, ni una pizca, hasta juro que siento que es capaz de vender mi alma si pudiera, el odio que emana me cala los huesos y hace que tema por todo, quizás ella sea una de las razones por la que no quiera hablar con Helios.

- Bien señoritas, Andree, Fer, es hora de apagar el fuego, y comenzar a levantar lo que tenemos aquí -Helios da la orden y todos nos levantamos, cuando estoy dispuesta a ayudar a Gizah a guardar las cosas en la mochila, sus manos toman mi brazo derecho-. Tú tienes algo pendiente conmigo Yeru- -susurra.

-No- respondí zafándome de su agarre-. Suficiente tengo con tu exnovia mirándome con ganas de matarme, si quieres hablar, tendrás que esperar a que empecemos a caminar.

Helios se muerde el labio y me vuelve a agarrar, entonces me estira hacia él y comienza a llevarme prácticamente a rastras hasta que cedo el paso para no hacer ningún escándalo, una vez ya alejados de todos, solo teníamos a la luna iluminándonos, por lo que él empezó a dispersar energía en el camino para poder ver.

-Helios, quiero relajarme, en poco tiempo debo romper el sello y ya comenzaremos nuestra travesía... realmente no quiero hablar ahora.

-Yo tampoco quiero hablar- me estira hacia su cuerpo-. Mi chance es hoy- me recuerda la frase de la música que me hizo escuchar.

Levantó mi mentón rápidamente, no pude reaccionar, mis labios estaban aprisionandos en los suyos, y en un lento movimiento me hizo saber que yo lo quiero así, cerré mis ojos y me dejé llevar en el lento baile de nuestros labios fusionados, me tomó muy fuerte de la cintura intensificando la dosis de besos, me mordió el labio y yo me dejaba llevar por cada mordisco, tal es así que dejé escapar un suspiro. Entonces él se separó bruscamente de mí, con la respiración agitada habla aun rozando la piel de mis labios.

La Piedra y El Sol [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora