Capitulo 29. Conectados

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Decidieron enseñarnos una verdad ajena. Aquel día en que yo encontré mi lugar, mi felicidad, mi sitio, ese mismo día en que tú tomaste la decisión de ser amiga de la hoja filosa, pedí que te alejaras de mí, pedí odiarte, olvidarte, hacerte a un lado. Te dejaste llevar, te dejaste romper, me rendí... me rendí... y ahora tú solo duermes.

Escapé de Helios anoche, y me alegra haberlo evitado, pues terminamos de cenar bastante tarde, solo quería dormir, el resto me daba igual. Ahora son las 6:33 de la mañana, la profe Lucía vino a despertarnos hace unos 10 minutos, pues a las 7:00 saldremos camino a Ojo de mar.

Sí, las heridas me duelen un mundo hoy, es impresionante como ese pedazo de piel abierto me hace sufrir.

Todas están tomando un café con leche, yo solo tomo un té, sí, en la habitación, nadie quiso ir a la sala, "pues es demasiado temprano para vernos a las caras" esa fue la expresión que usó Gizah cuando trajo la bandeja arriba.

Mientras tomo mi té y como mis galletas de avena no dejo de ver el reloj, estoy muriendo de ganas, ya quiero ir a Ojo de mar, pues en serio necesito ver ese lugar, he soñado tanto con este momento que los segundos se me hacen tan eternos.

—Llevo las tazas abajo— Se ofrece Liza con energía, obviamente, espera cruzarse con Fer.

Cuando todas ponemos nuestras tazas en la bandeja, la puerta de nuestra habitación se abre abruptamente.

—¡Hora de subir al bus! —Nadir prácticamente gritó, me miró raro, o sea, con más odio de lo normal, pero evité dar mucho énfasis a eso.

Salimos de la habitación con mucho silencio de promedio, claro, esto es demasiado temprano para la mayoría de nosotros, excepto Saskia quien tiene una rutina de entrenamiento muy estricta. No me pregunten cómo lo hace, yo no podría, ¡Odio hacer ejercicios!

Mientras bajo de las escaleras aprecio una escena entrañable, Aracy está sentada a lado de Helios en el sofá, jugando algo en la mesa, por lo que me doy cuenta, la consecuencia si pierdes, son cosquillas. Aracy perdía cada turno, y terminaba inundando la casa con su risa. No puedo evitar que mi corazón se haga de tristes emociones, así que, ni saludo, solo salgo al patio y camino hasta el bus.

La mayoría de los que ya estamos en el patio van con ropa deportiva, yo, hice el esfuerzo, pues no es un outfit muy mío que digamos, me puse una calza negra, una blusa negra y unos zapatos lo suficientemente cómodos para escalar el cerro, sí, ya escucho a Gizah retándome por ir toda de negro y de camisillas... pero si hacemos bien las cosas, esto es suficiente, pues abajo llevo mi traje de baño, es lo único realmente importante para mí en este momento.

Tengo un pequeño bolso donde puse mi bloqueador solar, un pote de almendras para comer en el camino y la hoja de afeitar que usé ayer... ¿para qué? ni idea, solo fue el impulso de guardarlo y ya.

Subo al bus, y detrás de mí lo hace Helios, Andree, Gizah y Ebe
Me doy cuenta de que falta alguien en el bus.

—¿Y Berenice? — Pregunto a quién me conteste.

—Resulta que era alérgica a la nuez moscada. — Dice Fran. Mientras sorbe de un frasco de jugo de naranja. — Bueno... al menos tenemos a Saskia ¿no? — dice mirándola, ella solo sonríe y afirma.

Genial, yo quería aprovechar para hablar con ella, que mala suerte.

¡Ya que! me siento a lado de la profe Lucia, mientras el resto va al fondo, hoy no quiero hablar ni con Gizah, ni Helios. Además decidí dejar mi móvil, iré sin música, eso quiere decir que es mejor tener una conversación centrada.

Me giro para ver cómo se sentaron mis compañeros y veo que Nadir está con Ebe, Andree con Gizah y obviamente Helios y Dara.

¿En verdad voy a dejar que me afecte? no, esta vez no, hoy quiero disfrutar de lo que tanto he esperado.

La Piedra y El Sol [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora