Capitulo 1. Sabor a Hiel.

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Y así es como comienza esta historia; ella en mis brazos, su rostro escondido en mí, tirados en el suelo, perdidos, absortos, sus lágrimas resbalando en mi cuello, mientras yo la sostengo con todas mis fuerzas

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Y así es como comienza esta historia; ella en mis brazos, su rostro escondido en mí, tirados en el suelo, perdidos, absortos, sus lágrimas resbalando en mi cuello, mientras yo la sostengo con todas mis fuerzas. ¿Qué es lo que estamos haciendo aquí? En medio de un paraíso que ni siquiera nos pertenece. ¿En verdad debo de vivir cada momento así? Necesitamos liberarnos de esta prisión que nos proclama suya.


Un día más o un día menos, da igual como lo vea, el punto es que el reloj está corriendo.

Como cada mañana desperté en mi perfecta rutina, sintiéndome la favorita del universo y por supuesto la malcriada de papá y mamá.

Disfruto de su compañía mientras practicamos nuestro hábito de familia feliz, obviamente dado por el aroma a café, sin café no hay felicidad. Sentados ante la televisión y desayunando juntos antes de que vengan por mi y ellos vayan al trabajo.

El programa deportivo de papá me suena a voces ininteligibles, por que no me interesa, pero él está muy entretenido con ello, y es ese detalle el que disfruto.

Sin embargo, como casi todo aquello que actúa en forma de un presagio, como cuando el universo se encarga de enviar un aviso, un destello, ese peso amargo de que algo malo va a pasar, el murmullo se convirtió en palabras entendibles.

El frío relato me obliga a dejar la taza de café, levantar la cabeza y mantener mis ojos fijos en el noticiero.

El sonido de los tacones de mamá contra el piso hacen eco en mi cabeza, porque solo estoy viendo la pantalla ahora, y todo lo demás dejó de existir.

"Esta madrugada se ha registrado nuevamente un asalto a mano armada en la vereda de un supermercado de la ciudad" —dice el hombre de las noticias —."Una mujer de 87 años, recibió un disparo que acabó con su vida, según las imágenes del circuito cerrado, muestran que a la víctima le costó sacar la billetera del bolso debido a que tenía Párkinson."

Sin avisos mi cuerpo reacciona ante las palabras, como si la perdida fuera mía, como si esa mujer y yo estuviéramos conectadas de alguna manera.

No puedo escuchar más. Mi corazón da saltos horribles, siento mi alma destrozarse, mientras se transmite una pregunta entre todas mis neuronas. <<¿Por qué?>>

Las entrañas se me retuercen y las nauseas se apoderan de mi, la sensación me da la impresión de que alguien revuelve mis adentros con sus manos, un leve olor a pútrido se instala en mi nariz, y la noticia se repite como bucle en mi mente.

Me levanto, tumbando la silla, apresurada por el impulso, solo voy corriendo al baño, siento la mirada de mis padres sobre mí, en lo que la duda de si llegó o no al excusado me genera inseguridad.

<<¡Justo a tiempo!>>

Empujo la puertas del baño con fuerza y por inercia, me arrodillo frente al excusado con algo de brusquedad, finalmente vomito, prácticamente jugo gástrico y nada más.

La Piedra y El Sol [Libro 1]Where stories live. Discover now