Eso no.

—¿Qué? —agrandé los ojos. Sam igual.

—Eso no puede ser posible, Nate, Andrew y Zach prometieron callarse la boca, lo prometieron por nuestra hermandad.

—Sam... Las promesas son simplemente palabras. No puedes pretender que sea más que eso. No en este mundo de hipócritas.

—En este mundo de hipócritas como tú, ¿eh? —espeté.

—Tú eres el menos indicado para hablar, Chase. ¿No te parece? Te hemos dado todo con Madeline, te dimos casa, comida, abrigo, amor y familia y tú te burlas de nosotros. Porque eso es lo que haces. ¿Cómo puedes ir a enamorarte de alguien como ella? O sea... ¿es en serio? ¿De una abominación, Chase? Siempre fuiste un imbécil, pero esta vez te has superado. Ella es una peste, abre los ojos.

Lo apunté.

—¡No te atrevas a hablar así de ella porque te juro que te mataré con mis propias manos!

Ese tipo cegaba mi juicio. Y más en estos momentos. Mi mente seguía intentado asimilar que un White me había traicionado. Nate, Andrew y Zach eran los únicos que sabían sobre este tema. Lo únicos que sabían.

Iba a morir decepcionado de mis hermanos. O bueno, de alguno de ellos.

—¿Quién fue el que te lo dijo? —Quise saber.

—Entrégame a Skyler y te lo diré. Si no haces lo que te pido, aquí correrá sangre y tendremos que tomar a la niña a la fuerza.

—Esa niña es mucho más fuerte que tú.

—Sí, pero tengo un suero que la dormirá, es el que me dio la asociación antes de viajar a San Francisco, esa ciudad en la que supuestamente tú y Sam tendrían que haber estado. Pero no... Todo era una farsa de ustedes dos. Y tú Sam... esperaba más de ti. De Chase podía imaginármelo, pero no de ti. Te hacía más inteligente.

—¿Sabe de esto la asociación? De lo que es ella...

—No, Chase, quiero darles la sorpresa al llegar a Hasser. Afortunadamente no estamos muy lejos de la asociación. Se querrán morir de la felicidad cuando sepan que la he encontrado.

—¿Y cómo es que nos encontraste?

—Ya te dije, te han traicionado.

Otra vez aquel pinchazo.

Espero no se interponga ninguno de ustedes, y sobre todo tú, Chase, porque si tuvimos que meternos con la comunidad de brujas, fue por ti. Que no se te olvide.

Y otra vez más de la misma mierda de siempre.

—¿No te cansas de decirme todo el tiempo lo mismo? —me crucé de brazos y di otro paso hacia adelante.

—Entrégame a la chica.

—No.

—Entrégame a la chica.

—No lo haré —reté.

—¿En serio piensas que esa niñata es tu verdadero amor? Por favor, Chase, abre los ojos. Tienes setenta años de imbécil. Esa chica que dices amar es la destructora de lo sobrenatural. ¡Pones en riesgo tu vida y la nuestra!

Entrecerré los ojos.

—Como si te interesara mi vida...

—Claro que tú me importas, Chase, y por eso digo lo que digo —me sonrió en un intento de parecer ser sincero, pero aquel gesto solo demostraba que era un desalmado.

Idiota.

—¿Ah, sí? Entonces... ¿por qué una bruja me ha dicho que fuiste tú quien mandó a que me hicieran magia negra para mandarme al infierno? —solté, sabiendo que Sam estaba presente en la escena. Tenía que sacarlo de mi interior.

Atracción destructiva +18Where stories live. Discover now