¿You remember me?, Never let me go. (Zayn y tú)

Capitulo 44 "Cena familiar y fiesta en casa de Liam."

Mi madre nos esperaba con la mesa puesta  y con algunos aperitivos. Mi padre y Zayn bebían cerveza mientras veían la carne y hablaban de football. Mi hermana, mamá y yo hacíamos las ensaladas y hablábamos cosas de chicas… bueno de mujeres,  porque mi madre ya es una señora, no vieja, pero tampoco una joven, aunque ella quiera aparentar serlo.

-¿De qué hablan? –pregunto a Zayn y a papá.

-De que eres una niña muy linda. –responde mi padre.

-Solo te equivocas en la parte de “niña” –Zayn rodea con su brazo mis hombros. – Ya soy una adulta –digo modesta.

Hace una mueca. –Para mí siempre serás una niña. –chasquea la lengua. Zayn ríe.

Pongo los ojos en blanco. -¿Cuánto le falta a la carne?

-Nada, ya casi está lista. –responde mi padre. -¿Quieres otra? –pregunta a Zayn por una cerveza.

-No, gracias, estoy bien. –le dice educadamente.

Me gusta ver a las personas que me importan juntas, hacen para mí un momento especial, grato y cómodo. Agradezco que los momentos perfectos existan, este es uno de esos, mi novio y mi padre parecen estar teniendo una conversación  interesante, por lo tanto decido volver con mi madre, a ella se le ve contenta también.

Al rato, al menos unos veinte minutos después estamos todos acomodados en la mesa disfrutando de la comida. Mi padre cuenta sus chiste y lo que más me sorprende es que Zayn también se le une, me gusta verlo tan relajado y a gusto con nosotros, tiende a ser tímido, precavido, sin embargo, ahora muestra más confianza.

Pensar que hace unos días estaba mal por la noticia de mi padre, y ahora lo tengo aquí en frente mío como si nunca hubiese sucedido nada, aunque aún debe de operarse y cuidar de su salud.

Ayudo a mi madre con el postre, vuelvo a sentarme al lado de Zayn, me regala una sonrisa tierna, toma mi mano por debajo de la mesa, es un gesto mundano, pero que me llena y provoca que se liberen miles de mariposas dentro de mi estómago.

(…)

-Delicioso estuvo todo. –suelta un suspiro, mientras subimos al ascensor, para dirigirnos al piso de Liam. –Debería repetirse de nuevo… podríamos hacer algo en mi casa con tu familia y la mía. –dice alegre, como un niño. Me da ternura.

- ¡Sí!, sería estupendo. –Exclamo –Puede ser como una “despedida” para cuando me tenga que ir a Italia. –chasqueo la lengua.

Su mirada se pone triste. –Sí, puede ser…

-¿Qué pasa? –pregunto preocupada.

-No quiero que te vayas –hace puchero. –Te extrañaré mucho –aprieta mi mano con fuerza.

-También te extrañaré, verás que el tiempo pasará volando. –digo para tranquilizarlo.

Llegamos al piso de Liam, todos estaban conversando alegremente, escuchando música y disfrutando. Saludamos a todos los que se encontraban, quienes eran sus compañeros de la banda, las novias de algunos y también un amigo de Liam, Andy, quien es agradable.

Sophia me pidió ayuda para preparar un trago, me gusta eso, incluso trabajé en un bar hace un tiempo.

-Gracias, por ayudarme. –Sophia me agradece con voz dulce. – ¿Me pasas la granadina por favor?

-Claro. –la busco y se la paso. - ¿Le pondrás hielo?