Capitulo 66 "Invitaciones"

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Queda una semana para las vacaciones de invierno, el ambiente navideño se apoderó de las calles londinenses, la gente compra regalos y yo aún no veo nada para nadie. En todo caso, mucho tiempo no he tenido, ya que volví a la universidad, me toca presentar mi proyecto y eso me tiene nerviosa, aunque quiero salir rápido de esto, me ha tomado bastante tiempo terminarlo.

Quedamos de encontrarnos en la cafetería de la universidad con las chicas, las tres andamos un poco estresadas con el tema de las últimas notas del semestre, andamos corriendo de un lado a otro, buscando libros, escribiendo ensayos, recolectando información.

-¡Estoy desesperada! Este ensayo me tiene loca. –se queja Isabella.

-Tranquila, intenta relajarte. –le aconsejo. –Ten, bebe esto. –le entrego una taza de chocolate caliente.

-Gracias. –lo recibe.

Ayudo en lo que puedo a Isabella para terminar su ensayo, Cora y Drew también aportan ideas.

(...)

Salgo temprano de clases, por lo tanto me alcanza tiempo para buscar algunos regalos. Las tiendas están llenísimas, la gente prácticamente se pelea por los productos, ya sea ropa, juguetes, decoraciones, lo que sea. Viendo tantas cosas, no sé que comprar, decido empezar por Jessica, voy directamente a la parte de ropa, decido comprarle un vestido de un color tinto, muy bonito. No me costó mucho elegirlo, porque ella había pedido un vestido.

Mientras sigo buscando algo para los demás, Zayn me llama para decirme que quiere verme, y obviamente no me iba a negar a eso, siempre quiero verlo, jamás me canso de eso, mis ojos piden verlo.

A mamá también logro encontrarle algo, una pulsera de plata, muy bonita y delicada. El resto tendré que dejarlo para otro día.

-Zayn, ¿Dónde estás? –estoy esperándolo cerca de un Starbucks, pasé por un frapuccino.

-Voy llegando a la esquina en que te dije que nos juntáramos. –responde con suavidad. -¿Ya estás ahí?

-Síp –contesto tierna...

-Espera ahí, ya llego –dice como si estuviera diciéndole a un niña pequeña.

Me quedo ahí esperando, hasta que de pronto veo un auto que se me hace familiar y más aún quien está dentro, apenas se estaciona, subo y él me recibe con una bella sonrisa.

-Perdón por la tardanza, el tráfico, ya sabes... -lo beso. –Eso me ha gustado.

Comienza a andar. -¿Qué te calle con un beso?

-Sí, y lo que hiciste antes de besarme –su mirada fija en el frente, pero aún así con aire de arrogancia.

-¿Qué hice? –pregunto extrañada.

-Te humedeciste los labios –me mira unos segundos. –Fue sexy. –rio, esa típica risa nerviosa.

-Estás loco. –mis mejillas toman un color rosado.

-Eso se debe a ti. –contesta rápidamente, sin dudar su respuesta.

Conduce hasta su casa, cuando llegamos y se estaciona hace un pequeño trote hasta mi puerta, para ayudarme a bajar, como todo un caballero de gran armadura.

Al entrar, el ambiente se siente muy agradable, hay calor, con el frío que hace afuera es necesario el calor de hogar, y hay olor a galletas recién horneadas... delicioso.

-¿Hiciste galletas? –pregunto mientras camino hacia la cocina. –Hay olor a galletitas.

El ríe. –Sí... vino mi madre, ella las horneó. –confiesa. –Ya aprenderé –me asegura.

-Esperemos –reímos. -¿Sólo vino a hornear?

-Nop, fue hacer compras, se quedará hasta mañana. –saca dos tazas del mueble. -¿Quieres chocolate caliente? –asiento.

Nos sentamos uno frente al otro, cada uno con un tazón con chocolate caliente y galletas. Entablamos una conversación, ambos comentando de diferentes cosas, relajándonos, olvidándonos de que mañana hay que trabajar o ir a la universidad, el ahora es más importante que el mañana, nuestro espacio físico es este, nos olvidamos del exterior, me olvido que tengo que hacer compras.

-¿Te gustaría pasar navidad con nosotros? Obviamente tu familia igual es parte de la invitación. –me queda mirando fijamente a los ojos, como esperando solo un sí por respuesta.

-Claro, lo hablaré con ellos y te digo. –espero que me den un sí. -¿Sería aquí en tu casa?

Asiente. –Sí, aquí, todos juntos. –parece un niño emocionado.

-Genial. –sonrío. –sería bonito...

-Debo contarte otra cosa, o preguntarte, como sea –se pone un poco tenso. -¿Te gustaría ir a Venecia conmigo? Ya tengo los pasajes, si que dolería escuchar un no. –hace puchero.

Chasqueo la lengua, estoy sorprendida. -¿Es en serio? ¿Venecia? –asiente.

-Sí, Venecia... ¿No te gusta? –pregunta temeroso de que diga que no.

Rio. –Obvio que sí, sólo estoy sorprendida. No alcancé conocer Venecia. –alcanzo su mano.

-Lo sé, por eso mi invitación... nos merecemos unas vacaciones juntos. –agarra con delicadeza mi mano. –Quiero descansar, quiero conocer, conocernos y quizás escapar un poco de las cámaras, pero todo contigo...

Sonrío. –Lo quiero todo contigo. Mi respuesta es sí, acepto tu invitación. –el sonríe y corre a mi lado para besarme.

(...)

Cuando llego a mi casa, veo a mamá mirando la televisión, me siento con ella un rato, disfruto de su compañía. Pienso en comentarle sobre lo que Zayn me dijo, no sé si sea mejor con papá presente o que ella luego hable con él.

-Cariño, ¿En qué piensas? –escucho la voz dulce de mi madre.

Fijo mis ojos en ella y sonrío. –Mmm, nada... -ladea su cabeza, no queda conforme con mi respuesta. –Zayn me comentó algo y a mí me gustaría aceptar su propuesta.

-¿Cuál? ¿Te pidió matrimonio? –abre aún más sus ojos.

Río, negando. –No. me preguntó si queríamos pasar la navidad con ellos, con su familia... -muerdo mi labio. Ojalá me pidiera matrimonio, en mi subconsciente aparezco yo con un traje blanco... sí, blanco. -¿Qué dices?

-Debo hablarlo con tu padre, pero sería bonito –responde ella bien sonriente. –estaría bien ver a los padres de Zayn de nuevo. –asiento.

Le cuento lo de ir a Venecia también, ella se alegra por mí, según ella me saqué la lotería con Zayn, y bien, él es mi tesoro, el cual no quiero perder de vista.

Luego me voy a dormir, antes preparo mis cosas para mañana.

Mi alarma suena a las nueve de la mañana y Jev encima de mi cara lengüeteándome, como diciéndome: "¡Despierta!" una vez que me ve abrir los ojos comienza a ladrar y sé que quiere ir al baño.

-Eres un perro muy loco –le hablo como una niña de dos años. –deberías aprender a utilizar el baño, Jev. –bajo y él me sigue.

Después de que llevo a Jev al baño, me voy a la ducha, dejo que el agua caiga sobre y lo disfruto, me visto y bajo a desayunar... a comer algo rápido. Corro a cepillarme los dientes, para sí hacer camino a la universidad.


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Lamento mucho la demora, no he tenido mucho tiempo y eso ha provocado que la inspiración no sea muy buena :( Les agradezco por leer, y bueno les comento que queda muy poco para el final de la novela. :/ Besos xoxo

¿You remember me?, Never let me go. (Zayn y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora