♠ De Regreso a la Oscuridad ♠

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Pasó varios días encerrada en el calabozo del nuevo castillo que sir Thoumas había conquistado en Holanda. Contaba los días y las noches que habían pasado desde la muerte de Federico. Deseaba que sir Thoumas no hubiese averiguado acerca de Leonardo durante ese tiempo, porque jamás se perdonaría si algo le sucedía al pequeño que amaba como si fuera suyo.

Llegó el día en que fue liberada. Se sentía débil ya que no se había alimentado lo suficiente y en el encierro se le hizo necesaria la sangre humana. Pese a que no era algo tan indispensable para ella, por su condición de híbrida, a veces era necesaria la ingesta.

Antes de que abandonara el castillo, sir Thoumas le advirtió que no volviera a cometer los mismos errores porque la próxima vez la haría prisionera y la liberaría solo para casarla con el hombre que él eligiera.

Narisa aceptó las condiciones sin saber que en su vientre se gestaba una vida. Pero una vez instalada en el hotel más lujoso de la ciudad, notó un pequeño bulto en su abdomen. Lo frotó con delicadeza por unos minutos y lo observó detenidamente. Por fin supo que en su vientre acunaba una vida.

Ahora se enfrentaría a un gran problema si sir Thoumas se enteraba de aquel embarazo. Debía evitar reunirse con él o con alguno de sus hombres para que no notaran su estado.

Pasaron varios días desde su llegada a la ciudad. Pese a su avanzado embarazo, se animaba a pasear ocultando su abdomen con lujosos tapados de piel. Su objetivo era claro: observar al rey Edward Van der Vaart para después saber cómo atacar.

Así pasó meses observándolo desde la distancia hasta que llegó el momento donde ya no podía ocultar más su embarazo. Decidió idear un plan de escape para dar a luz. La noche en que organizó su escape con el primer rayo de sol, Narisa recibió una visita inesperada.

—Mi nombre es Eva —dijo la joven al ingresar por la ventana.

Narisa se asustó al pensar que había sido descubierta por sir Thoumas. ¿Y ahora qué haría para proteger al bebé que crecía en su vientre? Solía llevar consigo una daga oculta bajo su tapado para protegerse de posibles ataques y no dudó en posar sus dedos en el delicado mango para contraatacar.

Eva pudo notar el pánico de Narisa en sus ojos y, como la excelente cazadora que era, notó el por qué oculto tras tanta ropa.

—Tranquila —se limitó a decir con dulzura.

—Sé a lo que vienes, eres una cazadora —determinó Narisa.

Luego de un breve silencio, Eva sugirió que se sentaran para platicar mejor. Así fue que ambas mujeres se dirigieron a un sillón junto a la ventana.

—Es verdad que soy una cazadora, pero no del tipo que mata a los que traicionan a Virtanen. Nos hemos enterado de todas las cosas que te ha hecho, de todo el daño que te ha ocasionado.

Aquella joven parecía saber mucho acerca de la historia de Narisa y había ido a ayudarla. Sin embargo, Narisa había aprendido a no confiar en nadie. Primero escucharía a Eva y luego tomaría una decisión, ya que todo podía ser una trampa para arrebatarle la vida de su bebé.

—¿Cómo sabes mi historia? —inquirió Narisa con plena desconfianza.

—Vivian nos reveló los detalles. Ella ha visto todo en ruinas, sumido en la más profunda oscuridad.

—¿Quién es Vivian?

—Soy el oráculo de los cazadores.

Una anciana ingresaba por la puerta principal de la habitación. Su cabello era completamente blanco y despeinado. Sus ojos parecían dos orbes carentes de color y casi traslúcidos.

Alissa ✔️Where stories live. Discover now