Ya no importa

1.9K 149 3
                                    

La semana transcurrió rápido y la siguiente clase de administración estaba a treinta y dos minutos de empezar, temía que me pasará lo que a algunas personas que intentaban participar en clases y les temblaba la voz, normal mente me desenvuelvo bien pero esta vez mis manos están sudorosas.

- relajate, solo imagina que expones para un grupo de bellas hadas.- dice mordiendo una manzana, se la quito de las manos y le doy una mordida.

- ¿por que unas bellas hadas? - preguntó.

- por que, no se... ¿No te gustan las hadas? - pregunta sonriente, aveces dudo de que su coeficiente intelectual sea tan alto como dice.

- eres una ternura.- comento de volviéndole su fruta.

- lo se.- suspira y se tiende en el pasto.

Paso el rato y me acompaña hasta el salón, ya casi todos estaban acomodados y Alex acomodaba el data.

- estoy lista Sr. Mancini.-  le entrego un pendrive.

- vale.- responde tomandolo, ni siquiera me ve a los ojo.

Empiezo mi explicación satisfecha de expresarme tranquila, en cuanto empecé a reproducir las diapositivas, los nervios se me fueron y expuse lo mejor que pude, Lana a penas si me miraba, pero se que me escuchaba atenta.

-  ¿tiene algún ejemplo?.- pregunta.

- Varios pero el caso mas claro es, el de Chiara Ferrangni y el blog de ocho millones de dolares. De la categoría ventas y marketing, este caso de estudio de Harvard muestra cómo la fundadora del blog de moda más popular del mundo ‘The Blonde Salad’, Chiara Ferragni, tuvo que decidir en 2014, cómo monetizar su página y su línea de zapatos llamada Chiara Ferragni Collection. Un año antes de esto, Ferragni tomó la decisión de transformar su blog en una revista de estilo de vida en línea para posicionar su marca, lo que le significaría que The Blonde Salad solo cooperaría con un número limitado de anunciantes, lo que se traduciría en reducción de los ingresos del blog. El caso da cuenta de cuál es la mejor estrategia para alcanzar su objetivo.

Lana aplaude y algunos la siguen. Mi corazón se hincha y aun que por dentro salto festejando, me limito a sonreír.

- excelente...- dice y me invita a sentarme indicándome con su mano, tomo asiento en la fila de adelante.

- bueno, bueno jóvenes, espero que hayan tomado apuntes por que creo que ni yo podría a verlo explicado mejor.- dice riendo sutil, desactiva las diapositivas y empieza a dictar su clase, me obligó a mirar mi cuaderno de apuntes y no a él, aun que mi corazón, muere por saltar a sus brazos.

Termina la clase y antes de que recoja mis cosas, se acerca Lana y me sonríe.

- Lo siento... me tome las cosas muy personales Becky.- dice tendiendo su mano y entregándome una cajita café, son chocolates.

- Los tomare, pero me ofende muchísimo.- respondo y esta se hecha a reír, me abraza.

- Entonces ¿están juntos? - susurra Alex todavía esta en su escritorio guardando algunas cosas.

- No, al parecer fue algo pasajero.- respondo guardando mis cosas rápido y caminamos juntas a la salida, me mira confundida.

- No me mires así, es imposible que un tío de su edad tome enserio a una jovencita, aun que sea tan encantadora como yo.- bato mis pestañas y esta sonríe, miro de reojo la mirada oscura de Alex, claro que me escucho.

- parece que lo estas tomando bien.- dice, ya afuera.

- bastante.- responde justo cuando diviso a Ángel llegando.- no vayas a pensar mal, mi ex y yo somos amigos.- suelto, ángel besa mi mejilla.

- Ángel ella es Lana, Lana este es mi amigo Ángel.- los presentó, estrechan sus manos reacios, me causa gracia, por que si llegaran a conocerse serian buenos amigos.

-  mucho gusto.- dice Ángel engrosando su voz.

- igualmente, ya me voy Beck... Nos vemos mañana.- dice besando mi mejilla.- adiós.- se despide con la mano, Ángel sonríe amable...

- ¿Nos vamos? - pregunta.

- señorita Holland, ¿tiene un minuto? - pregunta alguien a mis espaldas, "No hagas esto de nuevo Alex"

- Lo siento, ya me iba.- respondo, Ángel pasa su brazo por mi hombro sobre protector.

- sera solo un minuto.- pide, miro a Ángel y me aparto de a poco, voltea los ojos.

- te espero en el coche, estaré atento a mi teléfono si me necesitas.- dice dándose vuelta y marchándose, Alex hace una mueca como si el comentario de mi amigo fuera una verdadera estupidez.

Entramos en el salón y este se apoya en su escritorio.

- Digame...

- Beck...- baja la cabeza, pareciera que no sabe ni de que hablar, me lástima, pero también me irrita.

- ¿eso es todo? - acomodo mi bolso.

- No... Fue... Fue impresionante tu explicación de hoy, felicidades.- dice.

- gracias...

- Beck... Te extraño mucho.- suelta, mirando el piso.- Lo siento...- Siento un leve ardor en mis ojos, congelo mi respiración.

- No lo sientas, hiciste lo mejor para ti...- respondo aferrandome con fuerza al tirante de mi bolso.

- ¿no lo fue para ti? - pregunta, su voz me hiere, que me hable como si me conociera mi destroza después de que me a ignorado igual que a la cosa mas insignificante que pudo a ver tenido en su vida.

- Depende desde el punto de vista que se vea...- respondo.

- Yo solo deseaba que supieras que...

- ya no importa Sr. Mancini, no se sienta culpable, uno no debe vivir culpándose, uno debe superar las cosas y salir adelante.- observó mi reloj y le doy la espalda.

- Estos días sin ti... Han sido los peores de toda mi vida, Beck, solo espero que entiendas que...

- ¡No! - estallo.- No entiendo nada y no tengo por que hacerlo... ¡Estos días! - imito burlándome con rabia.

- Una semana, cuatro días, nueve horas.- dice plantado en el mismo lugar, salgo de allí furiosa, una chica se interpone en mi camino ofreciéndome con boletín, se lo quito de la mano y sigo mi camino pisando fuerte y segura.

- Beck...- grita y corre hasta donde estoy, extiende su brazo devolviéndome el pendrive.- rosa mi mano, pero la retiró de inmediato, al rededor todos siguen sus camino, me voy tan rápido como puedo, llego al coche, Ángel lo enciende de inmediato.

- ¿estas bien? - pregunta con calma, afirmó con mi cabeza y él se limita a conducir...

No puedo con esto, si lo tengo cerca quiero Saltar a sus brazos, besarlo y hacer realidad todas mis fantasías con él, pero también quiero destrozarlo, quiero que sienta lo que me hizo sentir y todo esto junto me hace sentir molesta, molesta de verdad.



Sr. ManciniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora