¿qué podría salir mal?

1.6K 119 1
                                    

Narra Beck

- Si

- has estado... engañandome.

- de cierto modo, pero no relamente como tu crees, es que...

- No quiero saberlo, mejor vete. - le abro la puerta de mi habitación pero la cierra apoyando su mano en ella.

- necesito que me escuches Beck, estoy... casado... no quería engañarte.- sus ojos se ponen vidriosos.

- ¿qué?

- no podía perderte...

- No, callate. - exijo y apartó su mano de la puerta.

- solo me case por Matti, Beck... porfavor escuchame. - súplica.

- No, no... no quiero oír nada. - grito llorando, siento un hormigueo que me hace sentirme adormecida, me. alcanza y toma de los brazos.

- Beck, yo te amo a ti...

- ¡sueltame! - me suelto de su agarre y retrocedo, tomó mi bolso del sofá.- no quiero oír nada que venga de ti, me engañaste, mentiste, ¡me usaste! - grito y salgo corriendo de allí.

Que hice tan mal para que siempre termine de esta forma, engañada y usada, corro por las calles de la ciudad sin saber donde voy, hasta que mis piernas no pueden mas, los ojos me pesan y duelen, pero no puedo dejar de llorar, siento que ya no tengo fuerzas, ¿por que él tuvo que hacerme esto a mi?

Siento que si doy un solo paso mas, terminare cayendo al piso, me siento en las gradas  de un edificio e intento calmarme.

¿que es lo que estoy pagando tan caro? No le hecho daño a nadie, yo no... cada idea, cada pensamiento me destroza mas, pensé muchas cosas respecto a mis problemas con Alex, pero no algo así, esta casado y yo fui su juguete por un año, es que no hay lógica en que si tanto le importa que no haya encontrado la forma de decírmelo en un año, todas las noches a su lado, todos besos y abrazos, las risas, los juegos, me arde pecho, como voy a ir a clases, como voy a verle a la cara, no puedo perdonarle esto.

Un coche derrapa justo a mi y se baja un tío de mi edad...

- eh tú ¿estas bien? - me pregunta.

- ¿Logan? - me pongo de pie limpiando mi cara rápido.

- ¿que paso? ¿estas bien? Beck.. - dice acercándose, asiento.

- lo estoy, solo... se me metió algo en el ojo. - intento sonreír.

- no puedes estar así en la calle, te llevaré a tu casa.- señala su coche y me sonríe amablemente, no quisiera involucrar a nadie pero no quiero regresar y encontrarme con él.

- podría quedarme en tu casa ¿o ibas a algún lugar? . - ay no va muy elegante. - lo siento... no quiero arruinar tus planes, disculpame...

- de hecho salía de una reunión familiar e iba casa, vamos. - dice abriéndome la puerta de su carro...

- gracias. - respondo y entró.

hay un silencio incómodo, mientras yo me hundo en mi miseria y el seguramente piensa que estoy loca, de todas formas no es la primera vez que me quedó en su casa, solíamos reunirnos allí él, Ángel y yo.

¿Ángel y yo? ... no puedo ni hacer ni un retroceso de mi vida por que e ido tropezón tras tropezón.

Entramos y una de las muchachas nos trae café, no se que pueda estar pensando pero no es difícil de imaginar.

- alguna vez has sentido que caes por un agujero de mentiras y engaños, te has sentido tan  sofocado al punto de que te pesa hasta respirar.- los labios me tiemblan y mis ojos humedecen, deja su taza y se sienta junto a mi, pasa su brazo por mi hombro.

- no realmente...

- No, supongo que no...

- pero trato de imaginar lo mal que se debe sentir eso y... Solo puedo desear e intentar que te sientas mejor. - acaricia mi brazo intentando reconfortarme.

- me veo patética ¿cierto? - me limpio la cara.

- dejame ver. - dice levanta mi rostro con delicadeza.

- sonara extraño, pero te vez adorable. - sonríe y pellisca mi mejilla juguetón.

- ¡oye! - me quejo golpeando levemente su brazo, este ríe y me entrega mi taza de café.

- si tu lo prefieres puedes quedarte esta noche aquí, tenemos muchas habitaciones de invitados. - ofrece muy amablemente, si podria pero no creo que sea correcto, a demás que sería bastante incómodo.

- gracias de verdad, pero deberia regresar a casa, llamaré un taxi.- aviso, sacando un teléfono.

- no como crees, dejame llevarte. - pide dejando su taza de café en la mesita al mismo tiempo que yo.

- no quiero darte más molestias, no hemos tenido contacto en tantos años y debe verse muy mal el que repentinamente te busque solo para pedir ayuda...

- que cosas dices Beck, sabes bien que siempre fuiste bienvenida en esta casa, somos... amigos. - sonríe, se pone de pie y me ofrece su brazo sonriente. - vamos te llevaré.

Bueno... solo me llevara a casa ¿que podría salir mal?


Sr. ManciniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora